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jueves, 25 de enero de 2018

De Alberto Lovera y Jorge Rodríguez a Oscar Pérez, @RubenContreras_



Por Rubén Contreras, 20/01/2018

Este régimen tiránico, despótico y dictatorial que infaustamente dirige el kiptocrata, oclocrata y cleptocrata de Nicolás Maduro,  con la masacre y asesinato de Oscar Pérez y sus seguidores, este 15 de enero, día del maestro, se ha ganado un sitial en la historia del bochorno que será recordada en los anales de la historia republicana de nuestra patria, como uno de los pasajes más oscuros cometido por algún indigno personaje.

Obviamente no se puede desconocer que en la historia de Venezuela hay pasajes oscuros, confusos, traumáticos y bochornosos, cometidos por quienes en su momento detentaron el poder.

A Simón Bolivar se le juzga malévolamente por el juicio a Piar, se le califica de blandengue por su perdón a Jose Francisco Bermúdez y no se le perdona la conmutación de la pena a Santander. A Guzmán Blanco se le recuerda por la muerte de Antonio Paredes y Juan Vicente Gómez por la deposición de Cipriano Castro y el juicio y cárcel   a su compadre Delgado Chalbaud. Igualmente a Pérez Jiménez por la muerte de Leonardo Ruiz Pineda.

A Raúl Leoni por la muerte del profesor Alberto Lovera y a Carlos Andrés por la muerte del guerrillero, asaltante e bancos y secuestrador Jorge Rodríguez, padre de los resentidos sociales Jorge y Delcy Eloína Rodríguez, quienes destilan odio, sarcasmo y sed de venganza en cada una de sus intervenciones públicas.

Al Felón de Sabaneta, el teniente coronel intergaláctico, se le recuerda y repudia,  por las masacres ocasionadas por la intentona del golpe militar del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992;  por los muertos de Puente Llaguno y de la Plaza Altamira, entre los tantos acaecidos durante sus 13 años de dictadura, y otros más; así como por la destrucción de Venezuela y la división de sus ciudadanos,  de lo cual hablaremos en otra oportunidad.

Al Oclocrata del Inmaduro se le recordará por muchos factores, ya que es si acaso, el único personaje en el mundo contemporáneo que come Castañuelas, pero la cátedra la ha dictado en su ejercicio como presidente de la república, en el cual ha demostrado su condición supina de ignorante y bastardía a la enésima potencia.

Obviamente que así como se estudia en la actualidad en diversas universidades del mundo, el caso  de la destrucción de Venezuela en todos sus órdenes y se pretende obtener una respuesta de como un país de potencialidades es llevado a la ruina;  a partir  del 15 de enero de 2018, entramos nuevamente en el libro de records de la historia mundial, al contemplar el asesinato a mansalva de unos ciudadanos por disentir de las ideas de los déspotas que usufrutuan el poder en Venezuela, así como de miembros de colectivos usados para tales fines y a los cuales había que eliminar para tener una justificación de los hechos.

Hasta ahora, que yo  sepa,  no se le conoce al finado Oscar Pérez, el haber ajusticiado, o asesinado a ciudadanos venezolanos en sus diversas acciones de protesta y toma de cuarteles o puestos policiales; si se había leído y escuchado por las diversas redes comunicacionales su deseo e interés de salir de este régimen despótico y dictatorial, y eso tenía enervado al inmaduro quien para demostrar su soberbia e incapacidad de dialogar y del perdón, emitió la orden de la pena capital para ese grupo romántico de soñadores de una Venezuela mejor.

Lo paradójico  es que al delincuente líder del colectivo del 23 de enero, después de ser asesinado según  nuestras fuentes por los milicos cubanos,  inmediatamente entregaron sus cuerpo al jefe Bernal y se procedió al entierro de rigor con los honores y protocolo delincuenciales del proyecto madurista. En cambio, el cuerpo de Oscar Pérez y sus acompañantes han sido vedados a sus familiares, negándoles a estos la autoridad  que tienen de verlo por última vez para darle cristiana sepultura.

Claro, las evidencias del vil asesinato lo manifiesta el parte del forense, todos fueron vilmente asesinados con tiros de gracia en la frente de cada uno de ellos, después de haber sido bombardeada la vivienda con Bazucas, como si estuvieran en combate, lo cual demuestra la saña, el odio, la prepotencia de esos asesinos que dirigen el estado y la peste militar de las fuerzas armadas.

El caso es que el 15 de enero se escribió una página negra en la historia de Venezuela, firmada por un ciudadano irresponsable, incapaz de dialogar y de perdonar los errores al adversario, demostrando con esa acción su talante antidemocrático y  manifiesta a la vez odio, resentimiento y determinación de la perpetuidad en el ejercicio del poder, que lo sellará y marcará como uno de más grandes asesinos de la historia Contemporánea venezolana y mundial.

El caso es que la diferencia, de los muertos señalados en gobiernos anteriores a este, muchos de ellos se conocieron después de haberse ejecutado los mismos, pero este asesinato fue radiografiado, telegrafiado o filmado a través de las redes y en los diversos audios escuchados, Oscar Pérez manifestó su rendición y que estaban a la espera de fiscales del ministerio público para sellar el acuerdo, pero dichos fiscales tan agiles para acusar al ladrón de Ramírez, esta vez no aparecieron por ningún lado, dejando el espacio para la bazuca y las balas de gracia, ya que al no permitir que sus familiares y afectos más cercanos, viesen y velasen los cuerpos y estos fuesen enterrados por los integrantes de la peste militar, deja entrever la masacre cometida;  permitiendo con esto que Maduro quedase marcado para la posteridad con el hierro del tiro de gracia y el bochorno.


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