Por Piero Trepiccione
La teoría sistémica es muy
tajante. Cuando un sistema político se va cerrando sus posibilidades
de funcionamiento se reducen al mínimo y se pierden los procesos de desarrollo
natural que se dan gracias a la interacción con otros sistemas.
En Venezuela en los dos últimos años estamos viviendo un ciclo
político que marca una tendencia de aislamiento internacional y
por ende, un cierre de posibilidades infinitas de intercambios económicos,
comerciales, tecnológicos y culturales que fortalecerían nuestro propio
desarrollo. El gobierno venezolano, en lugar de facilitar válvulas de escape
democráticas y constitucionales para garantizar la alternabilidad en
el poder y variar las fórmulas económicas en aras de contrarrestar la crisis,
ha venido optando por el “repliegue estratégico” equivalente a un
“atrincheramiento” en el poder para evitar la oxigenación de
la democracia y la economía. Esto, obviamente está teniendo y
tendrá consecuencias terribles para la población en general. Con un
cuadro hiperinflacionario y en medio de una
marcada recesión económica el fenómeno de marca venezolana no tiene
precedentes ni en la región ni en el mundo entero, como bien lo han señalado
versados analistas tanto económicos como políticos. Esta singularidad, junto al
aislamiento condicionado por muchos países del continente y del mundo entero,
crea enormes dificultades para avanzar en lo económico y estructural que afectan
al país.
El juego del gobierno ha
sido hasta ahora consolidar una base de apoyo político de alrededor del treinta
por ciento de la población. Para ello usa todos los mecanismos de políticas
públicas en el ámbito social en función de generar un retorno político
condicionado, mejor conocido como “clientelismo”. Aunado a ello, realiza
una completareingeniería electoral y política cuyo objetivo central es la
dispersión del descontento social para que éste no se agrupe en una mayoría
política que ponga en riesgo la permanencia en el poder de las fuerzas
chavistas. Inscritas en esta dirección por ejemplo, fueron
laselecciones del 30 de julio de 2017 -no reconocidas por más de cincuenta
países alrededor del orbe- donde solo participaron fuerzas aliadas al gobierno
dándole un cien por ciento de representación en una asamblea constituyente
absolutamente aderezada por una especie de “apartheid político” donde se decide
supra-constitucionalmente el futuro del país sin tomar en cuenta siquiera al
setenta por ciento de población que expresa su rotundo rechazo al clima
nacional actual y particularmente al estatus económico.
La teoría general de
sistemas desarrollada por Von Bertalanffy en la década de los cuarenta del
siglo pasado da cuenta de los estudios sobre los sistemas interpersonales
(familia, instituciones, países, etcétera) y muestran que las conductas se
inscriben en circuitos de retroalimentación, ya que la conducta de cada persona
afecta a la conducta de los demás y a su vez es afectada por esas conductas que
le llegan de vuelta, creándose una causalidad circular de estructura más
compleja y muy necesaria a partir de las interacciones entre países y culturas
diversas con la consiguiente generación de alternativas de respuestas
adaptatorias y transformadores de los entornos internos y externos. Con el
aislamiento internacional producido por las respuestas políticas y económicas a
la crisis actual por el gobierno bolivariano y el fenómeno migratorio que
impacta la región, nuestra tendencia sistémica nos lleva a la parálisis en
un momento-cumbre donde justamente debemos como país hacer lo contrario. Pero
la teoría general de sistemas también nos habla del
concepto “sinergia” que describe “cómo la cooperación de dos causas
distintas contribuye a generar el mismo resultado.
Un sistema es una totalidad,
y sus componentes y atributos solo pueden comprenderse como funciones del
sistema total. Esto representa una organización formada por elementos
inter-dependientes, donde la conducta y expresión de cada uno de ellos, influye
y es influida por todos los demás, generando una realidad que supera la lógica
lineal causa-efecto”.
Esto, naturalmente, puede
ser la respuesta de la sociedad venezolana frente al cierre cada vez más
evidente promocionado desde el gobierno central. Esta sinergia también se está
dando desde el exterior con el alineamiento cada vez mayor de países y
gobiernos en favor de la causa de la democracia y los derechos humanos en
Venezuela. un sistema político que intenta cerrarse para preservar el poder
indefinidamente se topa más temprano que tarde con los elementos sinérgicos que
aúpan la interrelación y la unión de la sociedad en procura de un gran
objetivo.
25-02-18
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