Por Marino J. González R.
Venezuela vive la peor
situación social y económica de su historia. Los resultados de la IV Encuesta
Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2017), elaborada por equipos técnicos
de la Universidad Central de Venezuela, Universidad Católica Andrés Bello,
Universidad Simón Bolívar y de la Fundación Bengoa, permiten establecer las
dimensiones de este gran deterioro. Es importante notar que los datos
presentados la semana pasada son previos al inicio de la hiperinflación.
Desde que se elaboró la
primera Encovi en 2014, el ingreso de las familias venezolanas no ha hecho otra
cosa que disminuir. En ese año, el 24% de los hogares no tenía para comprar los
alimentos del día, por lo tanto, se encontraba en pobreza extrema. En la última
Encovi (2017) se constató que la pobreza extrema afecta al 61% de los hogares
del país. La pobreza total, es decir las personas que no tienen los
ingresos para cubrir las necesidades de alimentación, educación, salud,
transporte, entre otras, alcanzó al 90% de los venezolanos. También en la
última Encovi se exploró la pobreza multidimensional, la cual corresponde a la
indagación sobre los déficits que puede experimentar un hogar en aspectos tales
como vivienda, servicios, ingreso, educación y protección social. La
pobreza multidimensional aumentó de 41% de hogares en 2015 a 51% en 2017, con
lo cual se evidencia las limitaciones de las políticas en las áreas señaladas.
La inseguridad alimentaria,
es decir, las condiciones de riesgo que presentan las familias con respecto a
la ingesta de alimentos, afectaba, según Encovi 2017, al 80% de las familias
del país. Esto significa menor ingesta de alimentos, menor calidad, así como
posibilidades de desnutrición. Menos del 40% de la población puede comprar
alimentos como el pollo y la carne, apenas 11% reporta comprar frutas. También
la última Encovi registra un aumento del desempleo abierto, de 7% en 2016 a 9%
en 2017, combinado con solo 40% de empleos fijos, y con reducción de la
cobertura de casi todas las prestaciones sociales. En el área de seguridad, 20%
de los venezolanos reportó que había sido víctima de un delito, pero el 60% de
las personas no acudió a denunciarlo. Casi el 60% de las personas reporta
sentir miedo en su vivienda y 76% en los medios de transporte.
En el aspecto educativo,
Encovi 2017 reporta una pérdida de 7% en la cobertura educativa de la población
entre 3 y 24 años, cuando se compara con la registrada en 2014. De especial
preocupación es la reducción de la cobertura educativa en el grupo entre 18 y
24 años, esto es, 7% en el caso de los hombres y 13% para las mujeres. De esta
manera la cobertura de ambos sexos en este grupo de edad se encuentra en menos
de 40% en 2017. Finalmente, entre 2014 y 2017 se ha perdido casi 20% de
cobertura de seguros de salud. En 2017 el 68% de la población no tenía
seguros de salud, ni público, ni privado. Solo 20% de las mujeres
embarazadas en el estrato de menores recursos acudía al control prenatal en el
primer mes, mientras que en el estrato de mayores recursos era casi 75%.
Los datos de Encovi 2017
ilustran con nitidez el profundo deterioro de las condiciones de vida que han
experimentado los venezolanos a lo largo de estas décadas, pero especialmente
en los últimos cuatro años.
Es la peor catástrofe en las
condiciones de vida de los venezolanos en toda su historia, la mayor en América
Latina en los últimos sesenta años, entre las mayores del mundo en lo que va de
siglo. No hay manera de expresar este drama que afecta a la población.
Estas condiciones se están
agravando en la medida que la hiperinflación no se enfrente con decisión y
competencia. Los venezolanos viven horas graves, de sufrimiento. Son las
consecuencias directas de las peores políticas públicas implementadas en la
historia del país.
28-02-18
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