José Vicente Carrasquero 19 de febrero de 2018
@botellazo
El
legado del comediante eterno está en pleno desarrollo. La miseria se ha
apoderado del país y somete a los venezolanos a una situación de hambre y
postración sin precedentes en nuestra historia contemporánea. Contrario a lo
que piensan muchos venezolanos, lo que nos está pasando no es producto de un
inteligente plan de sometimiento. Es simple y llanamente el resultado de otro
capítulo de un país sujeto de las maldades del comunismo. Ya en su momento se
establecerán las responsabilidades.
El
comediante eterno llega al poder con los pies encharcados de la sangre de
aquellos soldados que llevó inocentemente al sacrificio para satisfacer sus
febriles sueños de emular a un gigante como Bolívar cuya imagen no hizo más que
explotar en su propio peculio.
Se une
a Chávez lo peorcito de la política venezolana. Algunos profesores
universitarios convencidos de que el socialismo es la salida le facilitan
apoderarse de nuestras riquezas y dilapidarlas de forma criminal. No hubo
inteligencia en este accionar, solo ansias de poder y la estúpida creencia de
que el petróleo podía financiar una sociedad policial como la cubana
manteniendo un nivel de vida tolerable para los venezolanos.
La
inexorable justicia divina se llevó al comediante que durante años trató al
país como si fuese de su propiedad. Atrás quedaron los tiempos en los que decía
que el pueblo era el soberano. Fueron al saco de la basura todas aquellas veces
que se usó la celebre frase del Libertador que condenaba el uso de las armas
contra la gente. Borracho de poder y dinero Chávez se rodeó de todo aquel
mediocre que estaba dispuesto a aplaudir sus ridículas intervenciones públicas.
Al momento del cierre de su ciclo vital, aparece sentado en medio de dos grises
figuras que auguraban una tragedia horrible para los venezolanos: el poco
instruido, analfabeta funcional Nicolás Maduro y la nulidad engreída Diosdado
Cabello.
No veo
hasta el momento más inteligencia que la perfidia de unos cubanos que ni
siquiera pudieron mantener una Venezuela que les ayudará a amparar a la
quebrada isla antillana. Por lo visto tengo una definición distinta de
inteligencia de aquellos que sostienen que esto es producto de un plan
perfecto.
Como
era de esperarse, el país en manos de dos limitados mentales solo pudo ir por
la ruta que estamos viviendo. Estos personajes han cometido todos los
desafueros posibles para mantenerse en el poder. Desde asesinatos y compromisos
con el terrorismo internacional hasta relaciones con el narcotráfico han
construido un expediente que los obliga a rendir cuentas a la justicia tanto
nacional como internacional.
¿Cree
usted que estos individuos venderán tan barato su pellejo yendo a unas
elecciones que perderían con toda seguridad? Evidentemente no. Lo que se ha
convocado para el 22 de Abril no es una elección. Es una puesta en escena del
mismo corte que la farsa comicial del 31 de Julio de 2017 a través de la cual
el legado del comediante eterno confiscó el poder constituyente a los
venezolanos.
¿Hay
alguna oportunidad de salir victorioso en esa puesta en escena? Evidentemente
no. Las señoras que dicen ser poseedoras del poder electoral cometieron un
delito el 31 de Julio que se paga con cárcel. Eso quiere decir que estas
camaradas se hicieron cómplices de los crímenes atroces de los siameses
Nicolás-Diosdado. Con esa espada de Damocles sobre sus cabezas las usurpadoras
del poder electoral tienen todos los incentivos necesarios para declarar que
Maduro, el presidente más rechazado de nuestra historia, ganó las elecciones
por 12 millones de votos y que otros 6 se quedaron en cola esperando para votar
por este grande hombre de la miseria nacional.
¿Existe
alguna posibilidad de repetir la proeza de 2015? No, definitivamente no. El
proceso electoral no existe. La apertura en el exterior del registro electoral
es parte de la farsa. La puesta en funcionamiento del consulado de Venezuela en
Miami es otro fragmento de la parodia que el chavismo está montando como una
tramoya para hacerle creer a los Zapateros del
mundo que su victoria es producto de una equitativa lucha electoral.
En
2006 el chavismo, ante la posibilidad de que Rosales se retirara de unas
elecciones groseramente desiguales, inscribió dos decenas de candidatos
fantasmas que todos juntos no pudieron reunir votos para llenar un autobús.
Para los chavistas las elecciones son mal necesario que justifican ante el
mundo las atrocidades que comenten contra el pueblo.
Esta
vez no tendrán ni siquiera esa previsión. Quienes se inscriban en esta tramoya
electoral estarán cometiendo un crimen contra la democracia y contra el pueblo
venezolano. Yo no se si calificarlo de inocencia o falta de conocimiento claro
de lo que está pasando. Lo cierto es que no hay manera que la cúpula putrefacta
que se ha hecho del poder lo entregue mansamente a través de un proceso
democrático.
No se
podrá decir que los venezolanos no agotamos los extremos de la lucha por el
poder con métodos pacíficos. El mundo tiene que despertar. Los pequeños países
del Caribe tienen que olvidarse de la Venezuela con capacidad de ayudarlos a
sobrellevar los costos del petróleo. Los socios ideológicos tienen que
reconocer que los siameses de Chávez no son de izquierda sino unos delincuentes
con terror de ser presentados ante la justicia.
La
repulsa internacional al gobierno de Maduro debe tener un eco interno de
rechazo a la farsa electoral del 22 de abril. La dirigencia venezolana tiene la
oportunidad de convocar un paro electoral que demande la renuncia de Maduro y
la instauración de un gobierno de transición que limpie las instituciones de la
escoria seguidora del comediante eterno y cree las condiciones para unas
elecciones competitivas para las cuales, ojalá, se presente un programa de
rescate nacional que de una vez por toda asuma que el petróleo no es suficiente
para lograr el desarrollo de un país y apueste por una economía de libre
mercado y rigurosidad fiscal.
Las
elecciones del 22 de abril, no existen, son una farsa con el precedente del 31
de Julio de 2017. Ya lo hicieron una vez, y por su supervivencia delincuencial
están obligados a repetirla.
José
Vicente Carrasquero
@botellazo
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