Por José Rafael López Padrino
En medio de una gran
inestabilidad económica, política y social el iletrado Maduro anunció en cadena
nacional una nueva devaluación del Bolívar a partir del próximo 4 de junio. Al
margen de la trastocada neolengua bolivariana llamándola “reconversión monetaria”,
lo cierto es que el régimen, al suprimirle tres ceros al ya anémico “Bolívar
fuerte” está poniendo en práctica la segunda macro-devaluación de nuestro signo
monetario. Este anuncio con tinte electorero es el reflejo del fracaso de la
política económica aplicada en los últimos años.
La logia cívico-militar
pretende maquillar el desastre económico e hiperinflación que afecta a la
nación. La realidad es que la economía se ha desplomado casi en un 52%, en
relación a los últimos cuatro años. Venezuela padece la inflación más alta del
mundo, con una tasa intermensual que oscila entre un 80% y un 100%. La
inflación al cierre de 2017 fue de 2.000% y para 2018 se calcula que podría
llegar a un 7.000%. Además, la deuda externa está en el orden de los US$ 190.000
millones. El PIB ha caído 39% en los últimos cuatro años y se calcula que el
Banco Central de Venezuela (BCV) tiene menos de US$ 10.000 millones en reservas
operativas. Además, el 81% de las familias venezolanas tienen ingresos que las
coloca por debajo de la línea de pobreza. El 74.3% de la población ha perdido
en promedio 8.7 kilos por persona, y alrededor de 9.6 millones de venezolanos
comen dos veces al día o menos. Las importaciones de comida y medicinas se han
reducido entre 69% y 87% respecto al 2017.Esta dantesca situación es el
producto de los sistemáticos desaciertos del régimen en materia económica. Esta
es una radiografía parcial de la gran estafa económica y social que representa
el mal llamado “socialismo del siglo XXI”.
Esta segunda mega-devaluación
del Bolívar es un capítulo más de la perversa agenda bolivariana, no debemos de
olvidar que el insepulto tte coronel le eliminó también tres ceros a nuestra
unidad monetaria en el 2008. Esta mega-devaluación, al igual que en el 2008,
representa una acción aislada que no resuelve el grave problema de la
hiperinflación, de la escasez de alimentos y medicinas, de la pérdida del poder
adquisitivo de los venezolanos golpeados por las políticas neoliberales de
Maduro y su mafia cívico-militar. Eliminarle tres ceros al Bolívar fuerte
representa un retoque contable para facilitar los cálculos aritméticos del
Banco Central de Venezuela (BCV), más no incidirá en el abaratamiento del costo
de la vida.
Con la eliminación de los tres
dígitos los precios de los alimentos, insumos y servicios “caerán”, pero el
desfase entre los precios y la capacidad adquisitiva se mantendrá pues el
salario también se reducirá en 3 dígitos. Además si no se controla la
hiperinflación, los precios seguirán en ascenso y en pocos meses la eliminación
de los tres dígitos será cosa del pasado. Históricamente la creación de una
nueva convertibilidad monetaria suele ocurrir como parte de un plan de
estabilización económica, como ha ocurrido en otras latitudes. La cruda
realidad es que en 10 años de “robolución bolivariana” un millón de
Bolívares viejos pasó a valer 1 Bolívar del llamado falazmente “soberano”; la
peste bolivariana nos hizo un millón de veces más pobres y miserables.
Otros factores que conspiran
contra la descabellada medida de crear una nueva moneda por parte del régimen
son el tiempo y los recursos. En el 2008, el tte coronel implementó una
mega-devaluación monetaria idéntica a la actual, restándole tres ceros a la
moneda, pero el Banco Central de Venezuela tuvo un año de plazo para
imprimirlos en la Casa de la Moneda e importar los nuevos billetes al país.
Desde el 2010 la cantidad de
billetes circulantes en Venezuela supera los 15.500 millones de piezas de
acuerdo con las estadísticas del BCV, lo que significa que el país deberá
suplantar esta cantidad de billetes en solo “seis semanas”, pero no tenemos ni
el tiempo, ni los recursos para alcanzar esta exigente meta.
El fracasado y arrogante
régimen bolivariano con esta nueva “mega-devaluación monetaria”
generará un incremento de la hiperinflación, deterioro de las condiciones
de vida, mayor desempleo, pobreza, hambre y miseria.
A nuestro Bolívar no tan solo
le cambiaron su rostro por la de un mulato afrodescendiente, sino lo
transformaron en una moneda paria, en un Bolívar famélico, cuya convertibilidad
es cada día más incierta.
30-03-18
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