Por Rafael Viloria
La Inflación: transformada hoy
día en hiperinflación, tiene a los venezolanos sin distingo de ninguna clase;
sometidos en una crisis que ni siquiera nos la imaginábamos. Por consiguiente
nadie estaba lo suficientemente presto para enfrentarla. Menos si la sensación
que percibíamos de que vivíamos en uno de los pocos países de América Latina más
ricos del mundo. Con la reserva petrolera más grande del planeta no obstante
paradójicamente la realidad resulto ser otra. Vivimos en lo que todos
percibimos como una crisis social, económica y política de magnitudes
imponderables, que pareciera caminar a un inevitable apocalipsis, si Dios
no mete su mano y nos acompaña hacia rumbos ciertos de salvación.
La crisis está en su zenit
mientras tanto, los venezolanos pareciéramos estar esperando que la mano de
Dios nos salve, sin que nos preocupemos por encontrar caminos, ante la
situación existente; En ausencia de nuestro propio interés, es la espera de un
mesías que nos salve. Naturalmente, tal conducta, (de acción dependiente) es la
que nos ha conducido a los extremos en que estamos inmersos.
Hay que despertar, reaccionar
y actuar en el marco de la situación planteada. ¿Qué tenemos que hacer para
encontrar el camino? En ese orden hay que necesariamente revisar algunas
experiencias, que en Venezuela, han dejado huellas importantes en el desarrollo
de una Economía Solidaria
Desde abril de 1960, en la
Península de Paraguaná del Estado Falcón, de la República de Venezuela, se
inició el desarrollo del Cooperativismo en este País. Esta tarea le
correspondió el ya fallecido Sacerdote José Elías Thielen. Allí promovió,
organizó y puso en funcionamiento la primera cooperativa de ahorro y crédito
(Especie de pequeño banco popular comunitario) que se denominó “Cooperativa
Tacuato”, en honor del Pueblo Tacuato de Paraguaná.
Hoy cincuenta y ocho (58) años
después el cooperativismo presenta un desarrollo nacional. De ese proceso quien
escribe este artículo, quien tiene una trayectoria de cuarenta y ocho (48)
años, tratará de señalar; ¿Que hemos hecho, que hemos dejado de hacer y que
podemos seguir haciendo? ¿Qué hemos hecho? Desarrollar un Proceso Social,
económico y político de modelo alternativo a lo largo de todo el país. Tomamos
como líneas de acción la promoción, organización y puesta en marcha con base en
una Economía Solidaria de cooperativas de ahorro y crédito. Tenían y
tienen como fin, la captación de las comunidades organizadas de ahorros con
fines hacia el crédito a tasas de interés que por lo general, se calculaban en
un 12 % anual.
Hoy la actividad primaria del
cooperativismo en Venezuela, ha permitido el surgimiento de centrales
cooperativas que prestan a las familias organizadas en las cooperativas que son
miles los servicios funerarios, de salud; que a lo postre genera importantes
economías, además de respuestas autogeneráis.
¿Qué hemos dejado de hacer en
el proceso? Hoy el cooperativismo venezolano: se encuentra, al igual que el
país, inmerso en una crisis social, económica y política. No obstante ello, no
le impedirá plantearse seguir el proceso con las experiencias desarrolladas a
contribuir con la superación de la crisis, a través del desarrollo de la
“Economía Solidaria”
Expresidente Ceconave
23-03-18
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