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domingo, 25 de marzo de 2018

El vía crucis del venezolano por @hcapriles



Por Henrique Capriles


La cotidianidad del venezolano se convirtió en una carrera de obstáculos en la que cada día aparecen por doquier nuevas dificultades que sortear.

Hasta la actividad más sencilla representa un reto que puede implicar horas de dedicación y toda una logística familiar que no siempre garantiza los resultados esperados.

El gobierno nacional convirtió la vida de los venezolanos en un vía crucis diario.

Allí están nuestros abuelos. Mujeres y hombres que dedicaron los mejores años de su vida a luchar por sus familias y por su país, haciendo colas de horas y desde la madrugada para cobrar, en muchos casos incompleta, una pensión con un monto miserable que se pueden gastar en minutos.

Esta semana que culmina se vieron en todo el país las escenas de desesperación y protesta de nuestros abuelos por la burla del Gobierno hacia ellos. El pago de sus pensiones según el número de cédula y el retiro incompleto por la falta de efectivo generó protestas espontáneas frente a las entidades bancarias.

¿Y cómo no van a reclamar si muchos gastan lo poco que les queda para poder llegar al banco a retirar su dinero y no siempre consiguen con qué regresar? ¿Cómo no van a protestar si la pensión se diluye en un dos por tres?

La escasez de efectivo se suma a los múltiples problemas que colocan un gran peso en la vida de nuestra gente. Son cada vez más los estudiantes y trabajadores que ante la imposibilidad de conseguir efectivo para movilizarse deciden abandonar sus actividades.

Sólo en transporte una persona puede gastar 8 mil bolívares diarios si usa dos carritos para ir y dos para regresar, mientras las entidades bancarias, cuando tienen dinero, restringen los montos de retiro a una cifra que difícilmente supera los 10 mil bolívares.

Es tal la crisis de efectivo que ya se ven monedas locales, ahora al Panal, que surgió en el 23 de Enero, se suma el Elorza en Apure. Esto es grave, estamos hablando del caos que se genera por el modelo del fracaso que pretende eternizarse en el poder.

La situación es insostenible pero el gobierno mira para otro lado. Para lo único que le interesan los graves problemas que padecen los venezolanos es para culpar a otros de aquello que es su responsabilidad y justificar nuevos desmanes.


Esta semana que culmina, mientras nuestros abuelos hacían cola desde la madrugada, Maduro se aprestaba para propinarle otro golpe al país: la eliminación de tres ceros más al bolívar, reconociendo así el fracaso de una política económica que sólo ha generado destrucción y pobreza en el país.

Esta reconversión es una medida tardía, aislada, que en nada contribuye a resolver la crisis económica y social que estamos viviendo si no es acompañada de un plan de estabilización y crecimiento económico. Esto no aporta nada para atacar la hiperinflación que es la cruz más pesada que vivimos los venezolanos. Le van a quitar ceros al bolívar pero no a la inflación.

Cada paso es una demostración más de lo desconectado que está Maduro de lo que siente y vive nuestro pueblo. Los venezolanos están claros en que detener este retroceso, desandar los pasos de la destrucción y comenzar a reconstruir, no será posible mientras él y su entorno se mantengan en el poder.

¿En que se van a beneficiar los pensionados con esto? ¿Acaso el dinero les va a rendir más si no controlan el alza descontrolada de precios? ¿Acaso esto traerá las medicinas y aliementos que necesitan los venezolanos? ¿En qué contribuirá esta reconversión a mejorar la situación de la salud en el país que esta semana se vio reflejada en la dramática Encuesta Nacional de Hospitales que presentó nuestro diputado de la Asamblea Nacional José Manuel Olivares?

Con este gobierno los hospitales llegaron a una paupérrima situación, una escasez de medicamentos de 88 % y una falta de material médico quirúrgico de 79% que pone a los pacientes y sus familiares a tener que comprar todo, desde un catéter hasta la anestesia.

Las fórmulas lácteas para recién nacidos desaparecieron del 66% de los servicios pediátricos públicos. Más de la mitad de los quirófanos no funciona y 70,7% de las salas de emergencia presentan fallas, mientras casi 30% simplemente no están operativas.

Realizarse un simple estudio de rayos X es un drama porque el 94 % de los servicios del área no funcionan, así como tampoco lo hace el 97% de los tomógrafos.

La crisis de los servicios también afecta la salud, casi 80% de los hospitales presenta problemas con el suministro de agua y las fallas eléctricas impiden la realización de tratamientos que son la diferencia entre la vida y la muerte.

A todo este crítico panorama, súmele que en varios estados del país oficializaron el racionamiento eléctrico mientras que en el resto del país los apagones son una constante, hay zonas del país que pasan más tiempo sin electricidad que con ella. Nuestro sistema eléctrico funciona apenas en 30%, literalmente la oscuridad se apodera de Venezuela. Otro colapso cortesía de Maduro que sólo se profundizará mientras se mantenga en el poder.

Son esos los números que sí queremos reconvertir los venezolanos. ¿Dónde están las medidas urgentes que se necesitan para que nuestro pueblo no siga muriendo de hambre y de mengua?

En febrero, una familia necesitaba 96,5 salarios mínimos, más de 37 millones de bolívares, solo para comprar los alimentos básicos y necesitaba 53 millones de bolívares para cubrir los gastos de la canasta familiar.

La reconversión monetaria que plantea el gobierno no cambiará el hecho de que no hay salario que alcance para cubrir ninguna canasta básica. Los venezolanos tienen claro lo que significa esta nueva guillotina con la que ya son 6 los ceros que le quitan al bolívar, el billete de 500 que quieren poner a circular, en realidad es un billete de 500 millones. ¿A quién creen que engañan?

Les encanta el sonido de la palabra soberanía pero todo lo que hacen atenta contra ella. Ponerle a la moneda nacional el adjetivo “soberano” no le devuelve al pueblo el poder y los derechos que le confiere la Constitución y que ellos mantienen secuestrados.

La responsabilidad de esta situación, por más que se empeñan en ocultarlo, es del gobierno. Cada día con Maduro en el poder significa más hambre y más pobreza. Por eso tenemos que seguir luchando para recuperar nuestra democracia y con ella la posibilidad de elegir el destino de nuestra patria.

Hoy, Domingo de Ramos, pido que esta Semana Santa sea un tiempo para la reflexión, el encuentro y la oración que tanto necesita nuestro pueblo.

Pidamos para que los enfermos sanen, para que quienes sufren puedan encontrar alivio, para que los venezolanos logremos la paz. Tengamos a nuestra amada tierra en nuestras oraciones y acompañemos nuestras plegarias con acciones que nos conduzcan a encontrar el camino hacia la construcción de la Venezuela que todos soñamos.

¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

25-03-18




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