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jueves, 29 de marzo de 2018

Lecciones para la democracia por @martadelavegav



Por Marta de la Vega


Las elecciones legislativas de Colombia del 11 de marzo de 2018, abren un horizonte de cambio y a la vez el fortalecimiento de la democracia en el país vecino. A pesar de la crisis de legitimidad de las instituciones políticas, atizada por el modo como se ha implantado el proceso de paz y las prebendas otorgadas a las FARC, con una justicia transicional complaciente y de concesiones que vulneran la aplicación imparcial y proporcional de la justicia y una reconciliación estable, el colombiano expresó su rechazo a los candidatos del partido político de la antigua guerrilla de las FARC. Alias Catatumbo y alias Iván Márquez obtuvieron para Cámara y Senado 52.000 votos, el 0,34% del total de los sufragios escrutados.

Amplios sectores de la ciudadanía repudian las estructuras clientelares y el populismo efectista de políticos dadivosos en busca de apoyos. Ha sido visibilizada y denunciada la compra de votos. El Congreso de la República es hoy, de todos los órganos de poder público, el de mayor desprestigio. Su imagen favorable llega apenas a 19,5% según encuestas de Invamer para la revista Semana (18-03-2018), Blu Radio y Caracol Radio. Los partidos políticos, según la encuesta bimensual de Invamer Gallup de febrero de 2018, tienen una aprobación de solo 7% y el Congreso, 12%. La imagen favorable del gobierno de Juan Manuel Santos no llega a 20% debido, entre otros factores, a las secuelas del proceso de paz.

Según el Observatorio para la Democracia de la Universidad de los Andes de Bogotá, respecto de 2004, el porcentaje de quienes consideran la democracia la mejor forma de gobierno bajó a 53,2%. La abstención fue del 52%, ligeramente menor que en las elecciones de 2014, pero revela el desgano de potenciales electores, por desencanto del sistema democrático o a lo mejor por no sentirse en sintonía con las propuestas de los aspirantes a la Cámara y al Senado. Más de 2 millones de votos resultaron nulos o en blanco, aunque pudo influir un tarjetón poco amigable y de difícil manejo. Persiste la desigual participación en el liderazgo político de las mujeres: solo 19% de las candidatas fueron electas. Preocupante. No hay democracia verdadera si se excluye a la mujer de la esfera política.


La corrupción se ha convertido en uno de los problemas más molestos para los colombianos. El manejo turbio del aparato judicial y el cartel de la toga una vez desenmascarados, han llevado a la cárcel a 3 expresidentes de la Corte Suprema de Justicia y a 2 senadores. Significa que funcionan los tribunales y las sanciones se aplican, pese a la condición privilegiada de algunos rufianes de cuello blanco. A escala regional, los escándalos han salpicado a miembros de casi todos los partidos y la clase política ha quedado golpeada en especial por su relación con empresas como Odebrecht, como ocurrió con las campañas presidenciales de Santos y Zuloaga.

Esta elección legislativa anuncia rumbos distintos para quienes aspiran a gobernar Colombia: Ningún partido obtuvo mayoría. Una multiplicidad de minorías cuyo mayor ganador fue el partido Centro Democrático, exige alianzas, coaliciones y concertación para garantizar gobernabilidad y construir consensos. Un proyecto nacional compartido e incluyente, a favor de la gente, con respeto a los otros, equidad y oportunidades para las mayorías

Gana el país

Rechazo a la violencia y a la lucha armada como medio de acceder al poder. Se despolarizan la lucha política y la estereotipada confrontación derecha-izquierda que ha estimulado el resentimiento estéril y pervierte la aspiración a profundizar la democracia. Repudio al proyecto castro-chavista para Colombia; al populismo como mecanismo de gobierno y a la corrupción como dinámica política de participación.

Gana la democracia

28-03-18




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