Por José Guerra
Agobiado por la hiperinflación
y sin saber qué hacer para enfrentar la crisis económica, el gobierno de Maduro
optó por aplicar una nueva reconversión monetaria y lanzar el petro como moneda
para las transacciones comerciales. Conviene recordar que en febrero de 2007,
el presidente Chávez propuso una reconversión monetaria que consistió en
quitarle tres ceros a la moneda para, según él, tener una moneda fuerte, una
economía fuerte y un país fuerte. El resultado fue un absoluto fracaso: la tasa
de inflación acumulada entre diciembre de 2015 y diciembre de 2017 alcanzó a
2.257,4%. Hoy de aquel bolívar fuerte no queda ni vestigios. ¿Por qué fue tan
elevada la inflación en ese lapso? Por los desarreglos monetarios y fiscales en
los cuales incurrió el gobierno de Chávez, quien no era una persona dada a
entender los asuntos económicos ni tampoco parecía que le preocuparan tanto. De
un gabinete económico dirigido por Jorge Giordani y Nelson Merentes no era
mucho lo que se podía esperar. Ambos contribuyeron a llevar al país al actual
caos.
Pero con Maduro se han roto
todos los parámetros de la sanidad fiscal y monetaria. Uno no sabe a quién le
hace caso Maduro en temas económicos pero si hay alguien que lo asesora o
aconseja como se dice del señor Serrano Mancilla, él es entonces el artífice de
esta tragedia que viven los venezolanos. La idea de hacer una reconversión
monetaria y quitarle tres ceros más al bolívar, es una medida cosmética que
intenta esconder la hiperinflación. Carece de cualquier sentido establecer un
nuevo cono monetario sin que el mismo esté antecedido de medidas firmes para
contener la hiperinflación. Además, hacerlo en tampoco tiempo, dos meses, luce
apresurado y una medida desesperada, con fines electoreros. Se estima que esta
nueva reconversión le puede costar al país más de US$ 10 millones que bien
pudiesen servir para mitigar la falta de alimentos y medicinas que hoy sufren
los venezolanos.
También ha salido la idea del
petro como moneda a ser usada en las transacciones corrientes de la economía.
El petro tiene como respaldo las reservas petroleras, sin embargo, de acuerdo
con el artículo 12 de la Constitución, las reservas petroleras son enajenables
y no se pueden dar en garantía. Algo similar establece la Ley Orgánica de
Hidrocarburos. Para realizar una transacción en petros, ello exige que primero
se establezca una relación entre el bolívar y el petro debido a que esta
supuesta moneda no tiene valor intrínseco. En los hechos, todo parece indicar
que el gobierno va a implantar un sistema bimonetario, el cual es muy difícil
de manejar. Todo esto sugiere que el gobierno de Maduro no encuentra qué hacer
con la economía y en ese desconcierto sigue dando bandazos. Venezuela merece
algo mejor que este gobierno absolutamente incapaz, que despilfarró la mayor
riqueza petrolera de la historia venezolana y que ha demás ha sumido al pueblo
en el hambre y la desesperanza.
25-03-18
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