Por Emma Sánchez Álvarez
La directora de la ONG Control
Ciudadano afirma que "Maduro ha amenazado con jaque mate a todo aquel que
pestañee y que tenga un perfil institucional" en la Fuerza Armada
Rocío San Miguel no solo es
una abogada venezolana que defiende los derechos humanos, sino también, la
directora de la Asociación Civil Control Ciudadano para la Seguridad, la
Defensa y la Fuerza Armada Nacional. En entrevista con Contrapunto, evalúa
las consecuencias de lo sucedido en la Fuerza Armada Nacional durante las
últimas semanas: detención de oficiales y soldados por presunta "traición
a la patria" y, especialmente, el encarcelamiento del exministro de
Relaciones Interiores, Miguel Rodríguez Torres.
—¿Cómo interpreta usted el
arresto de militares por parte de los organismos de seguridad del Estado?
—La Fuerza Armada en estos
momentos está en una situación de jaque, en la que cada una de las piezas que
la conforma tiene temor de que se lleve a cabo una arremetida feroz del
“madurismo” en contra de efectivos militares con liderazgo en la institución.
—Según su información,
¿cuántos militares han sido encarcelados?
—Es difícil saberlo. Las
prácticas que adelanta la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) no
tienen ningún mecanismo de control democrático. En este momento podrían estar
siendo sometidos a declaración decenas de efectivos militares, obligándolos a
rendir informe, deteniéndolos no solamente en Boleíta sino también en otras
unidades y espacios militares, con el objetivo de cruzar información y
establecer una ruta de acción por parte del gobierno que permita controlar la
situación que está planteada en los cuarteles.
—Todos estos procedimientos
contra militares activos, ¿están avalados por la ley?
—Es difícil que los ciudadanos
tengan la certeza de la existencia o no de las conspiraciones que indica el
gobierno. Es decir, en primer lugar, los juicios no son públicos como ordena el
Código Orgánico de Justicia Militar, que se reformó precisamente en 1998 para
incorporar el juicio oral y público; y en segundo lugar, la presentaciones de
estos militares ante los tribunales de control no se conocen ni divulgan, con
lo cual es difícil saber la trama y qué hay detrás de todo esto. Tengo la
impresión de que el plan del gobierno es ejecutar una maniobra de jaque mate, y
restablecer el concepto de Fuerza Armada Nacional sumisa y leal a Maduro.
—En Cuba, en 1989, el régimen
de Fidel Castro enjuició y fusiló a cuatro militares leales a la Revolución
cubana bajo la acusación de narcotráfico y traición a la patria. Algunos
analistas han explicado que esto le sirvió al gobierno cubano para limpiar su
imagen ante las acusaciones que hizo EEUU. Por supuesto que en Venezuela no
existe la pena de muerte, sin embargo, ¿no podría inferirse que toda esta
arremetida contra militares del 4F, leales a Chávez, es una maniobra
recomendada por los cubanos?
—Ya ocurrió un fusilamiento
moral de un líder militar en su momento: Raúl Isaías Baduel, y estamos
acudiendo a un expediente de fusilamiento moral dentro de las filas del
chavismo del mayor general Miguel Rodríguez Torres, aunque hay una distancia
importante entre la trayectoria de Baduel y la de Miguel Rodríguez Torres que
tiene que ser tomada en cuenta. Pero sin duda hay una línea. Ni el gobierno de
Maduro ni el Estado venezolano se permiten fusilamientos, de manera que no
asistiremos a esta escena. Por otra parte, no me cabe duda de que, según el
comunicado emitido por el gobierno, Rodríguez Torres va a enfrentar un juicio
con las penas máximas que prevé el Código Orgánico Militar. Hay una serie de
consideraciones que están llevando a Maduro a una radicalización en el sector
militar; obviamente, por el miedo y la debilidad como gobernante.
—¿Maduro haría entonces
"caída y mesa limpia" en el sector militar?
—No. Eso está por verse. Yo no
puedo hacer una disección final. Estos son escenarios en movimiento que se van
configurando en Venezuela de una manera distinta de como habían sido en los
años precedentes. Hay que estar atentos viendo cómo se desarrollan estas
variables. No veo a Maduro en la capacidad de hacer caída y mesa limpia en la
FANB. Es decir, ha avanzado de una manera sin precedentes en la historia,
metiendo presos a comandantes de batallones y a un líder histórico del 4F.
Habrá que ver si va a seguir en esa línea. Pero caída y mesa limpia no lo veo.
—¿Cuáles serían esas penas
máximas para el mayor general Miguel Rodríguez Torres?
—El comunicado emitido por el
gobierno habla de complot, atentados armados a las instituciones y de traición.
Es decir, tres componentes que el gobierno está montando en este momento en
términos jurídicos para adelantar un juicio que le imponga la pena máxima de 28
a 30 años de prisión.
—En realidad, ¿estaba
fraguándose un golpe de Estado?
—Nosotros, por primera vez en
6 años, incorporamos el escenario de golpe de Estado en el análisis político y
militar de Venezuela. El tiempo nos está dando la razón en el sentido de que es
una variable que va a ir creciendo en el tiempo. En nuestra opinión, los apoyos
y lealtades al gobierno de Maduro pueden fracturarse en función de dos razones:
los recursos de los que dispone Maduro ya no permiten incentivos a la lealtad,
y por otra parte, están haciendo mella en la cohesión del respaldo a Maduro las
sanciones internacionales y la averiguación preliminar que adelanta la Fiscalía
de la Corte Penal Internacional.
—¿Pero no es difícil pensar en
el escenario de golpe de Estado, vista la sumisión que hasta ahora ha tenido el
sector militar con este gobierno? ¿Y por qué están apresando a los militares
que participaron en el alzamiento del 4F?
—Ya desde el año pasado
estábamos viendo un cambio de rostros en la casta militar. Es decir, los
llamados líderes del 4F y 27N van de salida en el gobierno de Maduro, y están
renovando generacionalmente el sector militar. Esto va a producir y está
produciendo sus efectos en la institución. Yo no veo un golpe de Estado
violento en Venezuela, por lo menos en el corto plazo. Lo que hay que medir y
analizar en el tiempo es cómo, eventualmente, podría funcionar esta ecuación
militar que está en ciernes, producto de las enormes presiones a la que está siendo
sometida la FANB. Y si en vez de un golpe militar ocurre una transición en el
marco del poder, producto de pactos entre el sector político y militar
chavista.
—En ese escenario de
transición, ¿la candidatura de Henri Falcón sería el "as bajo la
manga" del chavismo?
—Se ha especulado sobre eso.
Yo lo veo todavía difícil. Es decir, para el gobierno no hay garantías
suficientes en este sentido, pero creo que el caudal político de Henri Falcón
está dado por la posibilidad de ser reservorio de un voto chavista importante,
de personas que abandonan el “madurismo”, y de poder movilizar el voto en los
ciudadanos, incluso entre opositores, para tener un activo importante de cara a
las elecciones. El problema de Henri Falcón es que tiene muy poco tiempo en
términos políticos, 60 días para las elecciones, con lo cual tiene dos
desafíos: la movilización del voto chavista y opositor, y la adhesión de
líderes políticos de la MUD a su candidatura. Si lo logra, creo que podría
crecer su opción, y no lo veo necesariamente como una persona que haya pactado
con Maduro en esta dirección, sino que Henri Falcón genuinamente puede
representar garantías para el chavismo en un mecanismo de transición sin
retaliaciones.
—Tengo entendido, por
declaraciones del asesor técnico de la oposición, Jorge Roig, que a la
dirigencia del chavismo se le dieron garantías en ese sentido en caso de perder
unas elecciones transparentes...
—No lo sé. Todavía es una caja
negra lo que ocurrió en República Dominicana, sobre lo cual habrá que indagar
en la historia. Allí hay una clave y un acertijo que es muy importante para
determinar lo que está ocurriendo.
—¿Qué cree usted que mantiene
en el poder a Maduro, habida cuenta de la situación tan deplorable que viven
los venezolanos?
—La Fuerza Armada Nacional…
—¿Por qué en este momento
están siendo perseguidos algunos de los militares que apoyaron el chavismo?
—El generalato y el
almirantazgo venezolanos hasta este momento apoyan a Nicolás Maduro. Hemos
visto nueve detenciones, de las cuales cuatro de ellas son de comandantes de
batallón. Esto no tiene precedentes desde 1992 en Venezuela. Todavía falta
analizar el alcance que pueda expresarse en términos de persecución por parte
del gobierno de Maduro a la Fuerza Armada Nacional, pero hasta este momento, el
generalato y el almirantazgo han dado muestra de apoyo al Presidente. Está por
determinarse también cuál va a ser el rol a jugar por Diosdado Cabello, un
histórico del 4F.
—No han apresado a varios que
participaron y protagonizaron el 4F...
—Bueno, Arias Cárdenas no está
preso; Vielma Mora forma parte del gabinete del Presidente; Wilmar Castro
Soteldo es ministro también. Hablar de que todos los participantes del 4F están
presos no es una realidad. Hay factores vinculados al 4F y al 27N de segundo orden,
y cuando me refiero a segundo orden es porque debemos restarle la importancia y
el peso específico que representa Diosdado Cabello, quien todavía está en el
gobierno. Pero sin duda, hay una ruptura muy clara y definida como el
enfrentamiento entre el madurismo y el chavismo. Creo que hay que seguir de
cerca el rol y el desarrollo que vayan a tener en sus manifestaciones estos
individuos y, por supuesto, conocer de primera mano la declaración que vaya a
darse por parte del ministro de la Defensa, si es que va a declarar; monitorear
la declaración de Tareck El Aissami, de quien depende el Sebin, y medir de
cerca cuál es la posición que están asumiendo los actores.
—¿Quién manda en Venezuela:
Maduro, Cabello o Padrino López?
—Aquí manda Maduro, que no
quepa la menor duda. Tiene el poder formal, y hasta ahora, tiene el apoyo de la
Fuerza Armada Nacional.
—¿Y Diosdado Cabello -de quien
se dice que tiene mucha incidencia en el sector militar- qué papel juega?
—Creo que un papel importante,
es un histórico del 4F y estará por verse si se separa formalmente del
madurismo. La revolución bolivariana ha adoptado unas fórmulas de pragmatismo a
toda prueba, y Diosdado Cabello ha demostrado ser, en los últimos 19 años, un
pragmático a carta cabal. Está por verse si cederá al pragmatismo en función de
preservar el legado del chavismo, o formará parte de los líderes que van a
encabezar esta ruptura en la revolución.
—¿De qué forma Control
Ciudadano hará seguimiento de lo que está ocurriendo en la Fuerza Armada
Nacional?
—Control Ciudadano monitorea
25 temas vinculados a la Fuerza Armada Nacional. Medimos el discurso político
de los mandos militares; los nombramientos, designaciones, estructura, aspectos
vinculados con la justicia militar, la composición y nombramiento de militares
en cargos clave. Es decir, esto nos permite de alguna manera anticipar
escenarios, y que hace 15 días habláramos -por primera vez en 6 años- de la
incorporación en nuestros escenarios de la posibilidad de golpe de Estado con
muy baja probabilidad. Esta es una aclaratoria que todavía la ratificamos. Pero
es un escenario que no existía en los años precedentes, y que tiene que ser
analizado en sus variables. Nosotros no tenemos influencia sobre los actores
políticos ni los actores militares; solamente ejercemos el derecho de
contraloría ciudadana sobre el sector Fuerza Armada Nacional.
—¿Ese escenario de golpe de
Estado que ustedes monitorearon sería, por la sujeción del sector militar al
gobierno, propiciado por el mismo chavismo-madurismo y no por la oposición
fracturada?
—En los escenarios por venir
en Venezuela no veo con un rol determinante y estelar a la oposición que hemos
conocido en los términos de la MUD. Veo actores individuales de la oposición
estableciendo alianzas y acciones que sí pueden alimentar los escenarios por
venir. Pero no es la MUD como un todo, sino las capacidades individuales que
cada uno de los actores políticos puedan tener para alianzas y reconfigurar
escenarios.
—¿Podría ocurrir que el sector
medio militar presione al generalato y almirantazgo para que se cumpla la
Constitución?
—No. En este momento y a esta
hora hay una parálisis total en la institución Fuerza Armada Nacional. Maduro
ha amenazado con un jaque mate a todo aquel que pestañee y que tenga algún
perfil institucional. Te puedo asegurar que el nivel de presión que se está
viviendo en este momento en la FAN es de alerta máxima, y yo no creo que
podamos ver presiones de mandos medios a los generales y almirantes en estos
momentos. De ninguna manera. El nivel de presión que viene ejerciendo la
Dirección de Contrainteligencia Militar es severo, así como el Servicio
Bolivariano de Inteligencia Nacional, con lo cual es difícil pensar en
presiones que vayan a ejercerse de abajo hacia arriba. La presión, por el contrario,
es colateral, y es producto de la enorme crisis en la que está avanzando el
país. Una crisis indetenible, que también afecta a la familia militar
venezolana y que se va a agravar en el muy corto plazo. Esto, sumado a la
deslegitimación acelerada que está socavando el poder de Maduro ante la
comunidad internacional, sirve la mesa para escenarios muy complejos en el
corto y en el medio plazo.
—¿Y cómo se produciría un
golpe de Estado sin los sectores medios de la FANB?
—Hablamos al principio y dije
que, por primera vez en 6 años, vimos esto como un escenario de baja
probabilidad que hay que monitorear en el tiempo. Esto se analiza en sus
variables. Yo en lo personal lo veo así. Hablar de un golpe de Estado en
movimiento es otra cosa. Nosotros, por razón de ser simples mortales inmersos
en las destrezas y en las capacidades de manejar herramientas de prospectiva,
incluimos esto en nuestros escenarios. Pero no tengo herramientas para decirlo.
Tenemos otro escenario que hemos medido también, como es el del gobierno
perpetuo de Maduro. Otro escenario es la negociación; lo medimos igual. Estos
escenarios van creciendo o disminuyendo en sus probabilidades.
—¿Pero ese escenario de golpe
de Estado improbable estaría fraguado por quiénes?
—Yo creo que hablar de quienes
y por qué es cuesta arriba. Para que el desarrollo de un cambio de poder ocurra
por la vía del golpe de Estado tiene que ser liderado por personas que tengan
el poder objetivo para darlo. Es decir, hablar nominalmente si es fulano o
mengano es muy difícil.
—Los únicos que tienen el
poder para darlo son los chavistas...
—Sin duda alguna. No veo de
ninguna manera un golpe de Estado ejecutado por la oposición. Creo que la mayor
amenaza que tiene Maduro en su poder proviene del chavismo, y por supuesto, tanto
del chavismo civil-político como militar.
20-03-18
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