Freddy Paz 28 de marzo de 2018
La
política es eso, mera política, asuntos humanos, aunque muchos de los hombres
que la regentan se endiosen. Dios sigue siendo Dios y su Reino sigue siendo
decisivo para el sentido de la vida humana, y a Dios se le deben los tributos,
la honra y la gloria que le corresponden como a Dios único.
Samuel,
el último de los Jueces, trató de convencer al pueblo de Dios que no necesitaba
un rey y que estaría mejor sin uno. “Sin embargo, el pueblo rehusó escuchar a
Samuel. Y dijeron: ¡No! , que haya rey sobre nosotros. El rey nos gobernará,
saldrá al frente de nosotros y llevará a cabo nuestras batallas.”
A lo
largo de la historia, los pueblos que han puesto a Dios de primero, han tenido
gozo, bendición del señor. La Biblia relata historias como David, José, Daniel,
que pusieron a Dios de primero, que lo honraron y glorificaron. Y recibieron su
bendición.
Caso
Contrario, sucedió con otros hombres no temerosos de Dios, hombres que
desobedecieron a Dios. Cómo SAUL, primer Rey de Israel, personaje central de
los capítulos 13 al 31 del libro 1 de Samuel. Su historia es triste y trágica,
su desobediencia a Dios lo llevó a perder el trono y a terminar sus días en el
total fracaso.
Como
nación, necesitamos buscar a Dios; la biblia dice: “Yo aprecio a los que me
aprecian, pero desprecio a los que me desprecian”. Esta semana Santa es fecha
propicia para la reflexión, para el encuentro con Dios, con su hijo JESÚS. Para
cambiar el rumbo, los venezolanos, hemos caído en pecado, junto a buena parte
de nuestros gobernantes, que somos envueltos por la soberbia, la avaricia, la
envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza. El gobierno se equivoca
atacando a los hombres de Dios, se equivoca practicando, la santería, palería,
brujería, la idolatría.
Y de
allí parte de las consecuencias que estamos viviendo. Hemos retrocedido como
nación y hemos perdido nuestra calidad de vida como ciudadanos. Sumado a un
deseo desesperado de gobernar, por escalar puestos, sin importarles sí se está
o no preparado para ejercer un cargo, o el arte de gobernar; les ambiciona
mantenerse en el cargo, disfrutar las mieles de la corrupción, frustrando con
sus acciones a todo un pueblo, y pretendiendo ocultar la derrota gubernamental,
con decisiones autoritarias, que en nada nos ayuda como país a superar el drama
que todos estamos viviendo.
Freddy
Paz
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