San Josemaría Escrivá 12 de mayo de 2018
Si los
cristianos viviéramos de veras conforme a nuestra fe, se produciría la más
grande revolución de todos los tiempos... ¡La eficacia de la corredención
depende también de cada uno de nosotros! —Medítalo.
No me
seas “teórico”: han de ser nuestras vidas, cada jornada, las que conviertan
esos ideales grandiosos en una realidad cotidiana, heroica y fecunda.
No puedes
conformarte con vivir —dices— como los demás, con fe del montón.
—Efectivamente, has de tener fe personal: con sentido de responsabilidad.
No te
portes como un memo: nunca es fanatismo querer cada día conocer mejor, y amar
más, y defender con mayor seguridad, la verdad que has de conocer, amar y
defender.
En
cambio —lo digo sin miedo— caen en el sectarismo los que se oponen a esta
lógica conducta, en nombre de una falsa libertad.
Resulta
fácil —también ocurría en tiempo de Jesucristo— decir que no: negar o poner en
entredicho una verdad de fe. —Tú, que te declaras católico, has de partir del
“sí”.
—Después,
con el estudio, serás capaz de exponer los motivos de tu certeza: de que no hay
contradicción —no la puede haber— entre Verdad y ciencia, entre Verdad y vida.
No
seas pesimista. —¿No sabes que todo cuanto sucede o puede suceder es para bien?
—Tu optimismo será necesaria consecuencia
de tu Fe.
"Y
¿en un ambiente paganizado o pagano, al chocar este ambiente con mi vida, no
parecerá postiza mi naturalidad?", me preguntas.
—Y te contesto: Chocará sin duda, la vida
tuya con la de ellos; y ese contraste, por confirmar con tus obras tu fe, es
precisamente la naturalidad que yo te pido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico