Páginas

viernes, 8 de junio de 2018

Alerta, alerta, alerta que camina la pipa de Betancourt por América Latina, por @fariasjoseluis




José Luis Farías 07 de junio de 2018
@fariasjoseluis

Corto y Picante:

Los más execrables sujetos del Pranato rojo celebraron avant la lettre la expulsión de Venezuela de la OEA, soñaban con una épica a lo Cuba de los años sesenta. Para su infortunio, fue otro el resultado. Tal vez por ser el más anunciado fue el menos esperado por la gavilla roja: la OEA desconoció la farsa electoral del 20 de mayo.

El texto de la resolución de la OEA resolvió: “Declarar que el proceso electoral desarrollado en Venezuela, que concluyó el 20 de mayo de 20018 carece de legitimidad por no cumplir con los estándares internacionales, por no haber contado con la participación de todos los actores políticos venezolanos y haberse desarrollado sin las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente y democrático”.

Maduro es para América un gobernante ilegítimo producto de un proceso fraudulento, un usurpador de la voluntad popular expresada por más de un 80% del padrón electoral que se negó a cohonestar semejante ilegalidad.

Al hampa roja le fue aplicada el verdadero fondo de la llamada Doctrina Betancourt. Un postulado esbozado en términos pragmáticos por el presidente Rómulo Betancourt, el 13 de febrero de 1959, en una declaración a propósito de la toma de posesión de su segundo periodo presidencial.

“Solicitaremos cooperación de otros gobiernos democráticos de América para pedir, unidos, que la OEA excluya de su seno a los gobiernos dictatoriales porque no sólo afrentan la dignidad de América, sino también porque el Artículo 1 de la Carta de Bogotá, Acta constitutiva de la OEA establece que sólo pueden formar parte de este organismo los gobiernos de origen respetable nacidos de la expresión popular, a través de la única fuente legítima de poder que son las elecciones libremente realizadas. Regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranice con respaldo de las políticas totalitarias, deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante la acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica internacional.”

La esencia de la Doctrina Betancourt es la defensa del sistema democrático en las repúblicas americanas. Ahora ajustada a las nuevas circunstancias, pues ya no estamos en la Guerra Fría ni en la internacional de los sables con América Latina plagada de dictaduras como ocurría cuando la aplicaron en 1962 para la expulsión de Cuba de la OEA.

En la actualidad los lunares antidemocráticos y totalitarios No son tantas. Aún los regímenes más funestos, salvo Cuba, tratan de preservar las formas democráticas. Dado el caso, obviamente se consideró más conveniente dejar al Pranato rojo en la OEA que echarlo a victimizarse y convertirse definitivamente en “Estado fallido”.

El hecho de que no se haya consumado la ansiada expulsión de Venezuela de la OEA, explica el gimoteo y las babosas palabras de Arreaza que merecieron la paliza de Ampuero, el embajador de Chile. Además de su amenaza de retirarse del organismo y la cara de pocos amigos del oportunista Samuel Moncada.

La resolución de la OEA contiene una agenda cuyo eje central es el desconocimiento de la dictadura de Maduro. Una decisión que da licencia a quienes pueden y deben hacerlo, para restablecer el orden constitucional en Venezuela. La dirigencia opositora no puede voltear la vista ante semejante reto. Así que le sale gritar y ejecutar, conforme a un audaz plan político que sobrepase lo declarativo, la nada original consigna de “Alerta alerta, alerta que camina, la pipa de Betancourt por América Latina” en defensa de la democracia venezolana que es la defensa de la democracia americana.

José Luis Farías
@fariasjoseluis

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico