Freddy Paz 01 de junio de 2018
@freddyspaz
Un
rosario de mentiras es lo que le han dicho al pueblo de Venezuela en estos
últimos veinte años. Promesas vacías de mejoría social, igualdad y prosperidad
económica que se ha ido llevando el inclemente huracán rojo que desbastó y
sigue dando sus mejores esfuerzos por tratar de destruir lo que queda de
nuestra nación.
Le
mintieron descaradamente a todo un pueblo, que cifró sus esperanzas en un
cambio para mejorar sus oportunidades, para elevar su calidad de vida, para
encaminarse en la senda de la construcción de un país próspero, de igualdad y
de inclusión. Veinte años después no vemos metidos en la más grande las
encrucijadas, enfrentando el fantasma del totalitarismo, del hambre, de la
enfermedad, de la inseguridad que nos acecha en cada esquina, y de servicios
públicos que no funcionan.
Le
mintieron a la gente cuando les dijeron que no iban a ver más niños de la
calle, mintieron al decir que los pobres en Venezuela comían alimentos
procesados para perros, cuando la realidad es que esos alimentos para animales
siempre fueron más caros que la carne y el pollo. Y hoy, veinte años después,
hasta los perros tienen que disputarse los desperdicios de comida en las calles
con los venezolanos que están hambrientos y no tienen que comer en sus hogares.
Mintieron
cuando dijeron que las riquezas de Venezuela serian para los venezolanos,
invocando hipócritamente el sentir nacionalista. PDVSA ahora es de todos; hoy
PDVSA está quebrada por la corrupción de unos pocos; así como las empresas de
Guayana que solo sirvieron para engrosar cuentas bancarias de unos vivos en el
extranjero y exacerbar como nunca el insaciable aparato de la corrupción.
Engañaron
vilmente al pueblo cuando le prometieron inclusión, hoy vivimos en un país de
gente discriminada por su forma de pensar o por tratar de ejercer sus
libertades políticas, gente que ha tenido que salir en volandas del país
buscando oportunidades más allá de las fronteras en un éxodo sin precedentes en
nuestra historia, convirtiendo a Venezuela en un país de familias rotas,
separadas por una crisis brutal generada por una élite de socialistas.
Han
mentido y prometido impunemente. En cada “reconversión monetaria”, en cada
control de cambio, en cada “emergencia económica”. El kilo de tomates que usted
compra hoy, por la astronomica cantidad de bolívares 1.140.000, no le costó
eso, si le sumamos los tres ceros que Chavez le quitó a la moneda; es decir, un
kilogramo de tomante cuesta 1.140.000.000,00 de Bolívares, de los de antes, con
lo cual se podia comprar mil ochocientos apartamentos en cualquier ciudad
dormitorio de la gran Caracas hace veinte años atrás.
Cada
vez que le dicen al pueblo, que ahora sí, que no los han dejado gobernar, que
han desatado una guerra desde el imperio, que factores económicos atentan
contra el pueblo de Venezuela, que no hay luz ni agua por los saboteos de una
“derecha” que ellos se han inventado, les están mintiendo. La única guerra que
hay es la que ellos han entablado en contra de todos nosotros desde hace veinte
años, en contra de los ciudadanos de este país que ahora vivimos en medio de la
oscuridad.
Será
el mismo pueblo de Venezuela, el que se canse de las mentiras y se encargue de
encontrar la verdad, y como ellos mismos se ufanan, la historia se encargara de
juzgarlos. Y el juicio de la historia y la sentencia de los pueblos es
inexorablemente implacable.
Freddy
Paz
@freddyspaz
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