Ludmila Vinogradoff 08 de
junio de 2018
@ludmilavino
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En
Venezuela es un lujo enfermarse y una tragedia si se contrae una enfermedad
grave que no tiene cura por falta de medicamentos y de hospitales equipados.
Decenas de miles de pacientes crónicos con diversas dolencias
están en el umbral de la muerte y claman por ayuda humanitaria.
La
dramática situación de los venezolanos condenados a morir por falta de
tratamiento y medicinas los ha empujado a protestar sin descanso ante el Ministerio
del Poder Popular para la Salud aunque les den un portazo en sus
narices y sus reclamos se los lleve el viento.
Como
el régimen de Nicolás Maduro niega la crisis sanitaria, los
pacientes van con sus dolencias a cuestas en fase terminal y se los restriegan
en su cara. La mujer con un seno canceroso muestra ante las cámaras el estado
deteriorado de su pecho. Los niños cancerosos con la cabeza afeitada y
tapabocas también desfilan. Otros los llevan en su camilla y los que no pueden
marchar son llevados en su silla de rueda.
Las
embarazadas dan a luz en la calle o en la frontera de
Colombia y Brasil porque en los hospitales venezolanos no se brinda la atención
necesaria. La viruela, el sarampión, la malaria, la difteria, ya erradicadas
hace más de 60 años, comenzaron a diezmar a la población infantil al sur del país,
donde no llega ningún tipo pastillas ni de vacunas para la prevención.
Pero
tampoco hay alimentos por lo que la desnutrición que está llegando al 16% de la
población infantil, según Cáritas, afecta a más de 300.000 niños que están a
punto de sucumbir.
Al
frente de la legión de enfermos que desfilan ante el Ministerio de la Salud se
encuentra el diputado y médico William Barrientos, quien denunciar que más de
250.000 enfermos del Virus de Inmunodeficiencia Humana (HIV) no reciben
tratamientos antirretroviral que pueden morir. “Esto es un auto genocidio
inducido por parte del régimen”, dijo.
Sus
reclamos no fueron atendidos en el ministerio. «Es más le tiraron la puerta en
su cara» cuando los vieron en la entrada. «Es preocupante la inacción del
régimen. Pedimos con urgencia la apertura de un canal humanitario para la
recepción de medicinas y alimentos. Pero el Gobierno la niega, dice que no
existe».
Las
protestas ante el Ministerio de la Salud también están siendo organizadas por
varias ONG como Codevida y Prepara Familia, que esperan presentar
sus reclamos.
«En el
Ministerio de la Salud no nos atendieron. Es una falta de respeto al pueblo
venezolano. La gente se está muriendo. Es una burla por parte del gobierno»,
expresó Francisco Valencia, director de Codevida.
Los
manifestantes, que portaban pancartas, enfurecidos gritaron consignas y
reclamos ante la falta de atención por parte de las autoridades.
En el
lugar también se presentaron personas en sillas de ruedas, que desde las 5:00
de la mañana pedían pañales para adultos.
Más de
5.000 enfermos renales esperan por trasplantes desde hace un año y 3.500
pacientes trasplantados sufren por la escasez de inmunosuprerores; es una
situación que ha causado 75 rechazos de órganos y 6 personas fallecidas en el
primer trimestre del año.
Cada
día se agrava la crisis sanitaria por «culpa de una cúpula indolente con el
sufrimiento de los venezolanos», añade el médico Barrientos. Dijo que en
Caracas han muerto unos 28.000 pacientes con sida por la falta de medicina
oportuna. «En el resto del país estamos hablando de 1.120.000 mil
portadores de sida que no reciben ningún tipo de tratamiento».
Los
pacientes de trasplante renal están en la misma situación de los del sida. La
escasez de El diputado zuliano dijo que los pacientes de trasplante renal están
en esa misma situación. La escasez es de un 95 por ciento de medicamentos en
términos general.
El
régimen de Maduro ha fracasado en su política sanitaria. El sistema
ambulatorio y el hospitalario público, que utiliza el 85% de la población, ha
colapsado porque no tiene insumos médicos para atender a los enfermos. «Por eso
los pacientes se están muriendo de mengua», dice Barrientos.
La
Asamblea Nacional ha lanzado varios exhortos para que el régimen acepte la
ayuda humanitaria internacional y se puedan recibir las donaciones. Pero Maduro
no da su brazo a torcer.
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