Por Marino Alvarado
El Plan de la
Patria 2013-2019 al analizar los resultados es un largo listado
de promesas incumplidas. Se dijo que se convertiría al país en
una potencia y desde que se impuso, la economía está cada vez más
arruinada. Se prometió que se le garantizaría al pueblo la mayor suma de
felicidad y cinco años después lo que se puede constatar es un crecimiento
del hambre y la miseria. El propio Gobierno a través
del Instituto Nacional de Estadísticas tuvo que reconocer que en 2015
había más de dos millones y medios de hogares en situación de pobreza. Hoy
sin duda con los niveles inflacionarios que azotan a la población la pobreza es
mayor.
En materia de políticas
macroeconómicas (tasa de crecimiento, inflación, producción petrolera)
el fracaso es rotundo. Se fijó un crecimiento anual entre 3% y 4 % y
lo que ha ocurrido es un decrecimiento anual por encima del 5% con las
consecuencias negativas para la población. Calcularon
una inflación no superior a 20% y en el primer año del plan la tasa
reconocida por el Banco Central de Venezuela en 2014 fue de 68, 5%. Pero
cinco años después la tasa de inflación es en miles y para este año se calcula
pudiera llegar a 100.000%. Así un Gobierno que se
dice obrerista pulverizó el salario de los y las trabajadoras y llevó
más penurias a las familias. Calcularon una producción petrolera de 6
millones de barriles diarios y hoy la producción escasamente llega a millón y
medio. Como decía el ex presidente Chávez :“Quien tenga ojos que
vea”. El balance del gobierno de Maduro es altamente negativo.
Si revisamos las metas macro
sociales la situación es peor. Calcularon que para el 2011 la pobreza
sería de 15% y no habría pobreza extrema. Hoy la pobreza sobrepasa 80% y
los miles de basureros que existen en la geografía nacional se han convertido
en los comedores de las familias más pobres. Cada semana se reportan niños y
niñas muertos por hambre y la desnutrición se expande en la
población pobre.
En materia de servicios
públicos, prometieron mejorar la distribución de electricidad y fortalecer el
sistema eléctrico. Todo lo contrario ha sucedido y los apagones se han
convertido en una vivencia diaria sobre todo en los estados del occidente del
país.
En materia
de agua se propusieron como meta quienes actualmente gobiernan la
protección de cuencas hidrográficas y ambientes naturales; el fortalecimiento y
mejoras de los sistemas de agua potable y la consolidación del Plan Nacional de
Aguas con la participación protagónica de los comités de agua y otras
organizaciones del Poder Popular. Hoy lo que tenemos es una profunda crisis del
servicio de agua y se desmantelaron los llamados comités de agua con lo cual la
participación ciudadana fue debilitada. La escasez de agua ha obligado a
escuelas públicas y privadas a suspender clases por varios días. A centros de
trabajo a suspender actividades. A centros de salud a no prestar servicios en
algunas áreas. Además, la forzosa situación de tener las familias que acumular
en diversos recipientes la poca cantidad de agua que le llega es un factor
potencial de enfermedades que ponen en riesgo la salud de las personas en un
país, donde hay una enorme escasez de medicinas y con precios equivalentes a
varios salarios mínimos.
No hay duda que la continuidad
de Maduro y su equipo de Gobierno solo es garantía de aumento de
la miseria y que continúe la economía en ruinas. El cambio no solo es
una aspiración, es una necesidad para evitar que sigan muriendo niños de hambre
y la calidad de vida se deteriore mucho más.
14-07-18
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