Dwight Longenecker 05 de enero de 2019
Las historias del Evangelio no
son ficciones rocambolescas, el padre Dwight Longenecker nos lo demuestra
Durante
las temporadas de Navidad y Epifanía, la mayoría de los cristianos aceptarán la
historia de los tres Reyes Magos como parte del encanto celebratorio.
Los
escolares se vestirán con túnicas carmesís y moradas y llevarán coronas y
pequeños cestos en su procesión tras la estrella de Belén.
Este
año, una nueva película animada sobre la historia cautiva al público y el
relato de los magos místicos de Oriente que iniciaron un arduo viaje para
encontrar la verdadera luz de la vida continuará encantando e inspirando a
todos.
Pero,
¿sucedió realmente?
La
mayoría de académicos de la Biblia consideran que la historia está en la
categoría de midrash: un relato judío configurado para satisfacer
una profecía del Antiguo Testamento o un pasaje de la Escritura.
Algunos,
como Marcus Borg y John Dominic Crossan, enseñan que la historia de los Magos
es simplemente una encantadora parábola que nos enseña la lección de que para
encontrar la verdad debemos realizar un largo viaje con la orientación de
“arriba”.
En su
monumental estudio de los relatos evangélicos sobre el nacimiento de Jesús, el
erudito de la Biblia Raymond Brown coincidió en que era casi un punto de
ortodoxia entre los expertos bíblicos el que la historia de los Magos no era
más que una ficción piadosa y que sugerir lo contrario sería un suicidio
profesional.
Sin
tener una carrera académica por la que preocuparme, pensé que sería interesante
investigar el tema yo mismo y comprobar si podría haber alguna base histórica
para el antiguo cuento de los Reyes Magos que vinieron de Oriente para adorar a
Cristo niño.
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Y lo
que descubrí fue sorprendente. Profundizando capa tras
capa de leyenda y tradición acumulada, encontré que los hechos históricos
coinciden con el sencillo relato de Mateo perfectamente.
Ahondé
en geografía, historia antigua, arqueología, religión y cultura del Imperio
romano de tiempos del nacimiento de Jesús y me maravilló resolver una
explicación perfectamente buena sobre quiénes fueron los Reyes Magos, de dónde
venían y por qué viajaron para rendir homenaje al recién nacido Rey de los
judíos.
Los
Reyes Magos eran diplomáticos del vecino reino de los nabateos. Con su capital
en la famosa ciudad de Petra, el rey nabateo Aretas IV tenía toda la motivación
de cimentar una alianza con Herodes el Grande. Cuando los magos de su corte
discernieron que había nacido un nuevo heredero al trono judío, Aretas los
envió como emisarios a la corte de Herodes para rendir homenaje.
Sus
presentes de oro, incienso y mirra eran ofrendas diplomáticas representativas
del reino árabe. Con un trasfondo judío y conociendo las profecías del Antiguo
Testamento, también estarían buscando al Mesías venidero.
Estos
y muchos otros detalles convergieron mientras profundicé en la historia.
Naturalmente,
pregunté por qué nadie había hecho esta investigación antes, y la respuesta es
intrigante. Los escépticos académicos de la Biblia asumían que la historia era
ficción. Según señalé antes, cuestionar esta asunción estaba mal visto en el
mundo académico. Por tanto, nadie hizo su labor de sabueso. ¿Por qué habría
nadie de iniciar una investigación para identificar al Peter Pan histórico?
Mientras
tanto, los creyentes simplemente aceptaban las tradiciones que habían recibido
sobre que los Reyes Magos eran astrónomos místicos de Persia o India o África
que siguieron una estrella fugaz mágica a través de las arenas del desierto.
Porque aceptaron las tradiciones y leyendas sin rechistar, tampoco indagaron
para encontrar a los Reyes Magos históricos.
Cuando
inicié mi estudio, encontré otras buenas razones que explicaban por qué la
identidad de los Reyes Magos no se había descubierto antes. Durante mucho
tiempo, la civilización nabatea se había perdido para los historiadores. Su
cultura al noroeste de Arabia se ocultaba en ruinas bajo en las arenas del
desierto y, como no dejaron historia escrita, se sabía muy poco de ellos.
Solamente
en los últimos 50 o 60 años hemos aprendido más sobre este fabuloso y
misterioso reino del desierto. Más recientemente, las avanzadas técnicas de
arqueología y estudios forenses, combinadas con nuevas ciencias como la
arqueoastronomía, han ofrecido más pistas para identificar a los Reyes Magos.
¿Por
qué es importante desvelar la identidad de los tres Reyes Magos? Es
importante porque la gran mayoría de las personas ponen la historia del nacimiento
de Cristo en la misma gran caja mágica que otras historias fantásticas de
Navidad.
Afrontémoslo,
pastores que escuchan ángeles cantando y magos místicos que siguen una estrella
mágica, es algo que encaja impecablemente con muñecos de nieve parlantes, Santa
Claus y sus elfos, un trineo mágico con renos voladores que pasan zumbando por
el cielo nocturno cubriéndolo todo de polvo de hadas mágico, luces
centelleantes y magia.
Fundamentar
la historia de los Magos dentro de la polvorienta historia del antiguo Oriente
Medio nos recuerda que las historias del Evangelio no son ficciones
rocambolescas ni historias de hoguera de campamento ni parábolas religiosas. La
historia importa porque la verdad importa y, ya que la Navidad es el momento en
que la Verdad eterna asumió carne humana y entró en la historia humana, los
Magos importan.
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