Francesco Guarascio 24 de junio de 2019
El
número de personas que buscan asilo político en la Unión Europea está
aumentando de nuevo por los refugiados latinoamericanos, pero se espera que los
flujos se mantengan muy por debajo de los niveles durante la crisis migratoria
de Europa en 2015, según un informe publicado el lunes.
Entre
enero y mayo, los miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC),
que incluye a los 28 países de la UE más Noruega, Suiza, Islandia y
Liechtenstein, registraron más de 290.000 solicitudes de asilo, alza del 11%
frente al mismo periodo de 2018, dijo la Oficina Europea de Apoyo al Asilo
(EASO, por sus siglas en inglés).
El
aumento se debió en parte al incremento de venezolanos y otros solicitantes de
asilo latinoamericanos que huyen de las crisis políticas y económicas en sus
países.
Los
venezolanos presentaron 18.400 solicitudes de asilo en los primeros cinco meses
del año, casi el doble que en el mismo período en 2018, la segunda nacionalidad
con mayor número de pedidos en Europa después de los sirios. Se estima que 3
millones de personas han huido de Venezuela desde el inicio de la crisis del
país, la mayoría a países vecinos.
Los
estados europeos también registraron un aumento en la llegada de colombianos,
así como más solicitudes de asilo de ciudadanos de El Salvador, Honduras, Nicaragua
y Perú, según la EASO.
Eso
ha provocado un aumento de casi el 50% de las solicitudes en España durante el
año pasado a medida que se consolidaba esta tendencia, ya que la mayoría de los
venezolanos que se dirigen a Europa buscan refugio en un país con el que
comparten lengua y cultura.
Por
su parte, España se ha convertido en uno de los principales receptores de
solicitudes de asilo de la UE, casi tantas como Italia, uno de los países más
afectados por la crisis de 2015. El año pasado, Roma bajó las llegadas a la
mitad tras la introducción de controles fronterizos más estrictos.
No
obstante, Alemania sigue siendo con diferencia el país que más solicitudes
recibe en Europa, a pesar de que su número se redujo en un 17% el año pasado
hasta casi 185.000.
Sólo
una fracción de los solicitantes de asilo son aceptados por los estados
europeos, y los rechazados se ven obligados a volver a casa o a presentar una
segunda solicitud. La EASO dijo que el reciente aumento era probablemente
temporal, y que las cifras estaban muy por debajo del período de crisis de
2015.
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