Sergio Arancibia 20 de junio de 2019
En
Chile, tanto el Banco Central como la persona de su Presidente, son
instituciones que gozan de alta consideración y respeto por parte del resto de
los poderes públicos y de toda la ciudadanía en general. Tienen altísima
autonomía en el ejercicio de sus funciones, hablan poco y cuando lo hacen, el
país los escucha y los analiza.
En
días recientes, el Presidente del Banco Central de Chile se ha referido a la
emigración que ha recibido Chile en los años recientes, fundamentalmente
proveniente de Venezuela, y ha hecho un balance muy positivo del aporte
presente y futuro que ella significa para la economía nacional
De
partida, los estudios censales realizados muestran que la emigración venezolana
exhibe, en promedio, un nivel de escolaridad superior a la media chilena. Ese
nivel de escolaridad, medido por la cantidad de años de estudios, es de 15.6
años en el promedio de la emigración venezolana. Se trata, por lo tanto, de una
masa emigrante que culminó en su país de origen los estudios secundarios y una
buena cantidad de todos ellos tiene estudios universitarios completos. Si a eso
se agrega que la educación universitaria venezolana goza de un buen nivel de
calidad, y genera profesionales de alto nivel de productividad, se llega a la
conclusión de que el capital humano que recibe Chile por la vía de la
emigración proveniente de Venezuela constituye un factor productivo que tiene
que pesar, en el mediano y largo plazo, en los niveles medios de productividad
que presente el país.
A
corto plazo no todos los emigrantes pueden desarrollar actividades laborales en
que se haga patente toda su productividad, sino que tienen que llevar adelante
inicialmente actividades para las cuales están sobre calificados, pero con el
correr del tiempo y con la mayor asimilación laboral, cultural y social, se
abre la posibilidad de que cada uno se ubique en actividades laborales afines
con su formación y su experiencia. Por ello, el aporte en términos de mayor
productividad sobre la economía chilena no es fácil que se presente de
inmediato con la llegada de los emigrantes, pero es dable suponer que vaya
presentándose paso a paso, lo cual hace subir las expectativas sobre el
crecimiento futuro de la economía chilena.
A
todo lo anterior hay que agregar que muchos de los migrantes salen de su país
de origen con ánimo de asentarse en un nuevo destino, y traen consigo pequeños
capitales que se suman al consumo y/o a la inversión de por sí presentes en la
economía chilena.
Todas
estas consideraciones llevan al Presidente del Banco Central de Chile a
expresar que se está en presencia de una emigración única en el mundo, por su
calidad y por la cantidad relativa que presenta con respecto al país receptor.
Estamos
en presencia, por lo tanto, de un país que ve con buenos ojos el aporte que
significa el capital humano proveniente de Venezuela. La otra cara de esa
situación, es la inmensa cuantía del capital humano que ha perdido Venezuela
con los cuatro millones de sus hijos que han tenido que salir del país
Sergio
Arancibia
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