Julio César Arreaza B. 23 de junio de 2019
La
Sra. Bachelet nos visita en el momento más oscuro de la patria. Decimos sin
exageración que los venezolanos de esta hora nos toca realizar un esfuerzo
descomunal similar, guardando las distancias, con el realizado por nuestros
predecesores en la lucha por la Independencia. Nosotros enfrentamos a una
corporación criminal aliada globalmente al eje del mal, que han lesionado en
grado máximo nuestra soberanía y nos niegan decidir el destino grande de país y
trabajar con empeño para legarles una patria digna a las venideras
generaciones.
Bachelet
ha comprobado la violación del Estado de Derecho, a la representación, a la
ausencia de justicia, en un régimen autoritario que ya dura 20 años; la
existencia de 687 presos y 12.000 personas sin libertad plena, con obligación
de régimen de presentación. Tan grande como una catedral es la realidad de 31
diputados fuera del Parlamento, producto del acoso policial contra la única
institución legítima y representativa. El régimen la viene devanando hasta
eliminarla.
Se
enteró de las cárceles clandestinas y los testimonios varios sobre centros ilegales
de reclusión. De la pérdida de 300 mil vidas humanas que no les tocaba morir.
Tuvo que batuquearla la cifra récord mundial de 341.000 solicitudes de asilo
que suman 460.000 desde 2014. Es obvio que los venezolanos huyen en condiciones
de extrema vulnerabilidad, presionados por factores negativos del contexto.
Huyen del hambre, la enfermedad y la persecución. Intentan sobrevivir y luchar
también contra el rechazo y la xenofobia, la trata, el secuestro de grupos
irregulares, la explotación por empleos informales, trochas y coyotes.
Reclamamos
para nuestros hermanos la condición de refugiados como medida de protección,
porque es claro que ellos salen porque les acarrea mayores peligros permanecer
aquí. La integración debe ser social, económica y política. Sabemos que los
países hermanos adonde migramos, son países en desarrollo y estructuralmente
con muchos problemas.
No
hay embarcaciones para el rescate de los naufragios en altamar consecuencia de
la salida de pequeñas embarcaciones con hermanos que sueñan con mejores
condiciones de vida.
Sufrimos
y padecemos una situación de depauperación intencional para el control social
de un régimen forajido que engendró un Estado fallido; jamás resignados, nos
mueven ideales de libertad, queremos dejar testimonio de lucha, sabiendo que
destruyeron los mecanismos electorales como medios para dirimir conflictos.
Todas
las vías conducen a que Maduro salga del poder, para rescatar la democracia y
la libertad. Reclamamos justicia para que los responsables de las violaciones
sistemáticas salgan de sus cargos y cumplan las condenas.
¡No
más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!
Julio
César Arreaza B.
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