martes, 18 de junio de 2019

Por credibilidad, eficacia y unidad por @aveledounidad



Por Ramón Guillermo Aveledo


La realidad y sus cambios constantes nos reclaman atención para adaptarnos y ser eficaces. Pero adaptarse no es instalarse, como advertía Mounier.

Abierto al cambio siempre estoy, sin olvidar lo esencial, sigo creyendo en el carácter clave que tiene la unidad de todos los que queremos un cambio, para que Venezuela tenga una democracia que nos reconozca el derecho a vivir y progresar en paz. Sin divisiones irreconciliables, sin exclusiones, sin discriminaciones.

Como esa es mi visión del futuro, la unidad es mi idea del presente. Unidad estratégica y política en torno a objetivos y acciones en común. Es la responsabilidad de los demócratas y la base de su credibilidad nacional e internacional. Además de las persecuciones y acosos conocidos y la presión descarada contra la Asamblea Nacional y sus miembros, las posibilidades de acción política se reducen.

Cada vez es más difícil viajar por el país. Mucho menos vuelos a menos ciudades. Carreteras inseguras y en mal estado con problemas severos de suministro de gasolina, enormes colas en todas las regiones. Problemas para conseguir repuestos y partes automotrices, así como cauchos que se venden en dólares, restringen los viajes terrestres. Escasos medios impresos y censura o constreñimiento de diverso tipo en los radiales y televisivos, ponen más cuesta arriba las comunicaciones.

Ese cuadro, propio de una confrontación final ante un adversario poderoso, inescrupuloso y malherido, obliga a los sectores democráticos, sean de la oposición de más larga data o de la significativa disidencia proveniente del chavismo, a pensar muy bien lo que hace y cómo lo hace.

No es sensato entretenerse en torneos eliminatorios para definir quien disputará con el grupito en el poder la final y tendrá el privilegio de sustituirlo. Eso es hacerle la tarea al continuismo de la arbitrariedad.


El poder arrogante ha fracasado en su lucha terca contra la realidad. Esta no se deja y cobra caro el error de ignorarla. Tampoco ha podido la represión abusiva acabar con el deseo de cambio de los venezolanos y con el admirable espíritu de lucha de nuestra dirigencia política, cuyos errores con tanta insistencia subrayamos y exageramos, pero que ya es hora que le reconozcamos su valentía y su persistencia. Unos y otros, pueblo y políticos, han derrochado lo que los psicólogos llaman resiliencia. Y ahora es cuando hará falta.

Pero el mandado no está hecho. Y al producirse el cambio político que todos lo deseamos del modo más pacífico y menos traumático, todavía quedará faena por cumplir, pues este país sufriente va a reclamar mucho esfuerzo, mucha inteligencia y mucha buena voluntad para salir adelante. Como saldrá.
Unidad en la estrategia para ser eficaces: definir unos objetivos comunes, trabajar por ellos y  dejar lo demás para después. Unidad en el mensaje, para ser eficientes. Unidad en el aprovechamiento de los escasos medios en función de los fines comunes.

17-06-19




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