Páginas

jueves, 1 de mayo de 2014

Único en la historia

MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES miércoles 30 de abril de 2014


El domingo pasado tuve la dicha de asistir a Roma para cubrir la Canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. Es imposible describir con palabras lo que se vivió ese día en la Plaza San Pedro.

En el 2011 acudí a cubrir la beatificación de Juan Pablo II y por lo que pude ver esta vez, asistió casi el doble de la gente que en aquella oportunidad. Recuerdo que en ese entonces, siendo el Papa Benedicto XVI, se transmitió una gran fuerza de iglesia vibrante y joven. Recuerdo haber estado muy cómoda haciendo mi trabajo de reportera en la terraza que se prepara para los periodistas de todo el mundo. En esa ocasión la cola que hicimos para retirar nuestras credenciales y para la revisión era una fila normal y se veía mucha gente, pero no tanta como la que vi ahora.

Para ser sincera me sentí un poco como en Caracas. Desde que pisamos Roma tuvimos que hacer largas colas para todo. Y quienes estábamos en esas colas desbordábamos alegría porque iban a nombrar santos a un Papa muy querido por la gente mayor: Juan XXIII y a un Papa amado por los jóvenes, las familias, y muy especialmente por los venezolanos: Juan Pablo II.

Esta vez la terraza que se preparó para los periodistas estaba totalmente colapsada. Creo que asistieron el doble de periodistas que para la beatificación y nos encaramábamos unos encima de otros para ver quien lograba la mejor toma de video o la mejor foto. Algo muy particular, en esta ocasión, fue el interés que mostraron los periodistas de otros países al saber que uno venía de Venezuela. Definitivamente estamos en los ojos del mundo, y fue muy bello recibir apoyo y ánimo de muchos periodistas latinoamericanos.

Otra cosa que me llamó particularmente la atención fue el gran sacrificio que hacen miles de personas muy pobres, enfermas o ancianas que asisten a un acto de esta envergadura, donde muchos duermen en la calle y tienen que caminar mucho. Esa fe y ese fervor religioso logra verdaderos actos heroicos para ir a estar con esos dos Papas que dieron un gran ejemplo de santidad al mundo entero.

La ceremonia fue muy sobria y emocionante. Las flores eran preciosas, traídas de Ecuador. Tuvimos la gran dicha que nuestro querido Cardenal Urosa tuvo el privilegio de sentarse inmediatamente detrás de nuestro querido Papa emérito Benedicto XVI. 160 Cardenales estuvieron en esa misa irrepetible que reunía a cuatro Papas al mismo tiempo: San Juan XXIII, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y el "super estrella" (como lo llamo yo) Papa Francisco.

Quiero comentar dos partes de la homilía del Papa Francisco que describen maravillosamente a los nuevos dos santos en la Iglesia Católica:

"Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos. No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia".

Y es que gracias al ejemplo de tantos santos que han existido en la historia de nuestra Iglesia (conocidos o desconocidos) ésta se mantiene más viva y joven que nunca, a pesar de los errores que algunos de sus miembros hayan podido cometer. Porque esos santos siguen un modelo: Jesucristo. Ese ejemplo de santidad que tiene que dar todo bautizado en la Iglesia es lo que fascina a tantas personas que se acercan a ella para buscar seguir ese camino de plena felicidad.

El Papa Francisco señaló en su homilía que: "En la convocatoria del Concilio Vaticano II, san Juan XXIII demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado por el Espíritu. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; por eso me gusta pensar en él como el Papa de la docilidad al Espíritu Santo".

Y en cuanto a Juan Pablo II dijo lo siguiente: "En este servicio al Pueblo de Dios, san Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene".

"Que estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia. Que ambos nos enseñen a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama".

Pidámosle mucho a nuestro querido san Juan Pablo II, quien estuvo dos veces en nuestro país, que nos bendiga desde el Cielo, que nos ayude a luchar por ser mejores hijos de Dios cada día, que bendiga a todas las familias venezolanas y que nuestro país logre encontrar el camino que nos conduzca a vivir en la Verdad, la Justicia, la Libertad y la Paz para todos.

Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/140430/unico-en-la-historia

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico