Por Fernando Facchin B., 10/04/2015
Uno de los grandes debates que debe darse en Venezuela se basa en el
hecho cierto de un parlamento que no representa la voluntad ni el sentir del
ciudadano; entre la AN y la situación
real del país cada día se profundiza más un verdadero abismo; en la AN están
instaladas las rojas hordas de la mediocridad política y abuso de poder, por
tal razón hoy se requiere del factor motivacional a la sociedad, lo que
permitiría canalizar el esfuerzo, la energía y la conducta electoral de la
ciudadanía hacia el logro del éxito en las parlamentarias, es de considerar que quienes aspiren a la
diputación deben tener una base política, un pensamiento y una ideología,
conjuntamente con un compromiso político que contribuya a la motivación
ciudadana.
Es hora poner a prueba nuestra vocación de grandeza contra la
mediocridad imperante. El país está
abierto al peligro y a la esperanza, en consecuencia, la dinámica política en lo sucesivo debe ser
en función al triunfo electoral en las parlamentarias, proceso que se construye
en un escenario donde parece no habernos percatado de los desafíos que implica;
en política, cuando hay contradicciones graves, polarización y división, no se
va a ninguna parte, o se llega, irremediablemente, al fracaso.
El gobierno no va a pasar de la mediocridad a la
institucionalidad, todo indica
confrontación. El desafío es ser reactivos a las posiciones de confrontación
del gobierno y establecer una agenda en base a los objetivos políticos
electorales; en tanto se agrave la situación interna del país, la realidad se
tornará peligrosa por varios factores; entre ellos porque el oficialismo utilizará
las armas para mantenerse en el poder.
Los legisladores tienen como objetivo socio/político la búsqueda del
bien común, el fortalecimiento de los valores éticos, morales y la preservación
de los principios democráticos de solidaridad, justicia, equidad, igualdad,
libertad, transparencia y respeto al Estado de Derecho, aparte de su función
legislativa y de control del ejecutivo, con ninguno de esos objetivos y
funciones cumple el actual parlamento, el cual presenta un perfil cada vez
menos político y cada día más mediocre.
Debemos entender que estamos frente una gran oportunidad para que la
sociedad haga una evaluación de los candidatos a diputados y aprecie la
condición de cada candidato a diputado a la AN, por cuanto ellos ejercerán un
cargo de absoluta relevancia política y tomarán decisiones que nos afectarán a
todos los ciudadanos, porlas razones expuestas, el perfil de un diputado debe
ir acompañado de su condición académica, intelectual y política, conocimiento y
sensibilidad social. Conviene ser conscientes de por quién vamos a votar. El
debate debe ser político.
Publicado en el Diario El Carabobeño, 10/04/2015
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