Pompeyo Márquez 04 de junio de 2015
Es importante la coincidencia entre
Henrique Capriles y Ramón Guillermo Aveledo: Unidad es victoria. Capriles lo
expresa así: “La Unidad es plural y le pertenece a todos los venezolanos.
Tenemos visiones distintas, pero un solo objetivo común que es cambiarle el
rumbo a nuestro país”. Aveledo dice: “La unidad de los demócratas no es una
responsabilidad. Es la responsabilidad. Unidad política y estratégica, unidad
programática, unidad estructurada en el propósito, en el trabajo, en el
mensaje”.
Así es, ¡Unidad es victoria! Y sobre
todo si se va unido en cada circuito electoral ante las próximas elecciones. El
Nacional comenta así la convocatoria a las exitosas protestas del sábado 30-M:
“Podría decirse que esa manifestación fue para la oposición como una epifanía
en la que unidad y pluralidad no fueron excluyentes y se demostró que la
interdependencia entre estos términos es favorable a la concertación”.
Durante la lucha contra la dictadura
militar de Pérez Jiménez también así se fue tejiendo la más amplia unidad
nacional de quienes se oponían al régimen. Hemos sostenido que así será en el
presente en la lucha contra la dictadura militar chavomadurista. No hay otra
salida. La crisis se profundiza y en particular la crisis económica. Los
pronósticos son de una hiperinflación de tres dígitos, mayor escasez y 7% de
descenso de la economía a finales de 2015, a lo cual debemos agregar la
agudización de la inseguridad personal y la crisis en educación y en salud.
Todo ello golpea en forma inclemente a los sectores de más bajos ingresos,
junto con sectores de la clase media.
Estamos frente a un gobierno inepto y a
su vez carcomido por la corrupción, cuyo más reciente episodio enloda a Rafael
Esquivel. Todo esto plantea la necesidad de un cambio de gobierno y de régimen.
Está cercano ese cambio, sobre todo si consideramos que una victoria en las
elecciones parlamentarias crearía una nueva realidad política, ampliamente
favorable a las fuerzas de la alternativa democrática.
Hay que calibrar esa realidad. Por un
lado cómo afecta al país el ejercicio de un gobierno como el que hemos
calificado y, por el otro, el potencial de las fuerzas del cambio que tiene una
expresión concreta: 80% de los venezolanos señala que la situación del país es
mala y la tendencia es que se tornará peor. No hay que dejar escapar esta
oportunidad. Todo indica que las fuerzas del cambio deberán ratificar esta
mayoría con una contundente victoria de la alternativa democrática unida.
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