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lunes, 23 de enero de 2017

Acompañar con esperanza por @armandojanssens


Por Armando Janssens


Cada época tiene sus enfoques e ideas-clave que sostienen y orientan el trabajo para la convivencia social. Hace largos años hablábamos de “desarrollo humano e integral” para así definir el mundo a construir. Era un mundo bastante homogéneo, occidental e integrador donde los valores cristianos formaban la base compartida de las grandes mayorías de nuestra población. Centenares de iniciativas, programas y cursos formativos los expresaban y los resultados se observaron a lo largo y ancho de nuestro país en muy variadas iniciativas.

Pero el mundo sigue girando y las percepciones de la realidad circuncidante también. El término de la “concientización” conquistaba, bajo la influencia de Paulo Freire y su exitosa acción alfabetizadora, a las amplias capas de la actividad social de América Latina. Se utilizaba este término a tiempo y a destiempo lo que progresivamente agotaba lo original de este concepto y se perdió paulatinamente. Apuntaba sobre la toma de conciencia de cada individuo que, por sí mismo o en grupo, descubría la realidad global y sus fuerzas transformadoras y aprendía a vivir desde allí su propia situación. Se trataba de “escribir su propia historia” en hechos y convicciones que incluían  también la dimensión política, lo que en aquel tiempo se analizaba, algunas veces,  en términos de “liberación”.

Pero los tiempos y las circunstancias cambian. De una sociedad que, en el progreso general se reconocía, llegamos en estas últimas dos décadas a una crisis general donde nos cuesta encontrar una comprensión y salida eficaz. No hay sector ni   grupo social  que no vive la crisis  global en nuestro país con las consecuencias del desabastecimiento, falta de medicamentos y de atención médica. En grandes capas de la población la pobreza y la violencia se instalaron, acompañadas de “cada uno se salve, con actitudes individuales centradas en la sobrevivencia de sí mismas y de su familia. Pero todas estas acompañadas de una desconfianza, no solamente en las instituciones, partidos y grupos, sino además en  desconocidos que se nos cruzan en la calle, hasta en la misma  gente cercana en la vecindad. El Tsunami social que nos afecta también influye en la moral que se degrada, como todos podemos observar.


Lamentablemente, no disponemos de grandes organizaciones,  de gremios, sindicatos y cooperativas o de partidos diversos como en muchos países occidentales. Nuestras organizaciones sociales son más bien limitadas y de poco alcance para impactar en la formación de la opinión pública y para crear nuevas mentalidades. En medio de todo eso, la modernidad de internet con sus redes, afianza lo personal y lo egocéntrico con todo su valor y con todas sus limitaciones. Las opiniones hasta en la vivencia religiosa se  construyen desde la forma individual de ver las cosas. No hay muchos dogmas, ni muchas verdades absolutas que se observan, ni normas obligatorias que se aceptan. Hay miles de verdades y sentires, las de cada uno en particular. Así vivimos en nuestro país, en un mundo sin “norte” donde andamos confundidos.

En este contexto se revalorizan las palabras “Acompañar con Esperanza” que reflejan mejor nuestra actitud actual en el trabajo social y sus múltiples programas y actividades. Se trata, tanto desde la cercanía permanente a la gente y su quehacer que lo define como de respeto para cada opinión que se formula. Es contrario a la imposición o a las definiciones cerradas, sino abierto a lo diferente y diverso. Y, además, con el necesario ingrediente de esperanza que tiñe cada reflexión hacia el futuro. Pide de parte de los promotores mucha madurez y una sana humildad. No se trata en este esfuerzo de comunicar nuestra verdad sino escuchando y respetando la construcción de lo propio, pero siempre dimensionando con la energía de la esperanza.

No significa que no tenga mis convicciones y valores y que no los quiera manifestar a los demás. Todo lo contrario. Son mi sostén de vida. Pero no pretendo imponerlos o declararlos como  santos y absolutos sino como un aporte de valor  que amplía la búsqueda de la gente hacia adelante.

El Papa Francisco insiste con frecuencia en ir a las fronteras de la realidad humana para estar allí con la gente y su profundo deseo de crecer en comprensión y responsabilidad.  Pero crecer en esperanza que para todos nosotros es tan importante hoy en día.

22-01-17

http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/acompanar-con-esperanza_76856


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