Por Xabier Coscojuela
Venezuela se ha vuelto el
segundo país donde más homicidios ocurren en América Latina, pero en cuanto a
los sobornos pagados por la brasileña Odebbrech somos campeones.
En ambos renglones el
gobierno de Nicolás Maduro y el resto de los "poderes" que le sirven
guardan un riguroso y estricto silencio. No dicen ni media palabra sobre los
homicidios ni tampoco sobre las coimas cobradas a la empresa brasileña por los
favores recibidos.
Según la información que
vino de Nueva York, donde investigan también la trama ya que el dinero pasó por
el sistema financiero gringo, algunos con influencia en el gobierno de Maduro
recibieron 98 millones de dólares.
Ese no es el primer
escándalo de corrupción que salpica a la dirigencia chavista y seguro que no va
a ser el último. Ya lo ocurrido en el Plan Bolívar 2000 parece algo lejano.
Después de ese se han producido otros episodios y, en la inmensa mayoría de
ellos, los encargados de investigar y de castigar la corrupción se han lavado
las manos olímpicamente.
Recordemos que una de las
justificaciones del injustificable golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 era
la inmensa corrupción que existía en el país, según los golpistas.
Es cierto que había
corrupción en aquella época, pero comparado con lo que se ha robado en estos 18
años los adecos eran unos roba gallinas. Hay ejemplos de personeros de la
"revolución" que viven tranquilamente en el Imperio con unas
propiedades imposibles de adquirir con el sueldo de oficial del Ejército o
Tesorero nacional.
Otros que fueron ministros
y, repentinamente, deciden mudarse a Alemania sin cargo público conocido, como
si vivir en ese país europeo fuera barato ¿El sueldo de ministro es tan
productivo? El caso del primo de Rafael Ramírez, Diego Salazar, así como Nervis
Villalbos, exviceministro de Energía o Carlos Aguilera, investigados por
recibir depósitos en cuentas en Europa, tampoco tuvo eco en el gobierno de
Maduro.
Los casos se suman y se
multiplican y ante todos ellos la jerarquía chavista calla. Cuando fueron
mayoría absoluta en la Asamblea Nacional votaron en contra de todas las
investigaciones solicitadas por la oposición.
Algunos de esos diputados
hablan generalidades contra la corrupción, pero cuando les tocó pasar del dicho
al hecho se quedaron paralizados.
La bandera anticorrupción de
4F está ahora demasiado manchada y hecha girones.
Ahora bien, ¿qué pasa con la
fiscal general de la Republica Luisa Ortega Díaz? Guardó silencio en la mayoría
de los casos de corrupción ocurridos y parece que va a mantener la misma
conducta en este caso de Odebrecht.
En Brasil un juez decidió
investigar una irregularidad y dio origen a la operación Lava Jato que generó
un terremoto político en ese país. En este caso hasta la última campaña de Hugo
Chávez parece haber recibido dinero de Odebrecht.
En Venezuela la alcahuetería
de algunos permite a los corruptos disfrutar lo robado mientras la mayoría del
país sufre las consecuencias. Esperemos que la Asamblea Nacional haga su
trabajo y revele quienes fueron los que guisaron en esta oportunidad con los
dineros recibidos de Odebrecht. Ya basta de tanta impunidad.
21-01-17
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