Por Xabier Coscojuela
La falta de debate en el
seno de la Mesa de la Unidad Democrática es reclamada por el secretario
general de Avanzada Progresista Luis Augusto Romero, quien justifica la
decisión de su partido de no apoyar la moción de abandono del cargo del
presidente de la República Nicolás Maduro, en ese hecho a lo que agrega que no
está basada en la Constitución y que no tiene ninguna eficacia desde el
punto de vista político.
Romero es politólogo
egresado de la Universidad Central de Venezuela, donde fue dirigente
estudiantil. Militó en el Movimiento al Socialismo donde fue presidente de su
juventud entre 1996 y 1998, año en que renunció a ese partido a raíz de la
decisión de MAS de apoyar a Hugo Chávez. “Soy teodorista hasta la médula”,
reconoce, agregando que la lectura del libro de Teodoro Petkoff
“Checoslovaquia, el socialismo como problema”, significó un antes y un después
en su formación política.
En 1998 fue elegido diputado
a la Asamblea Legislativa del estado Miranda, cargo que desempeñó por un año.
Después de eso estuvo 18 años sin militancia política hasta que decidió
incorporarse al partido que lidera el gobernador de estado Lara Henri
Falcón.
–¿Considera que Avanzada
Progresista (AP) rompió la unidad al no votar el abandono del cargo de Nicolás
Maduro en la Asamblea Nacional?
–Para nada, nosotros
asistimos a cuatro convocatorias que hubo en diciembre para discutir esto y
otros asuntos, no solo el abandono del cargo sino el de la estrategia global de
la unidad y además la reconfiguración del reglamento interno de la unidad para
su funcionamiento, lamentablemente de las cuatro convocatorias pudimos tener
una sola reunión –las otras tres no se dieron por falta de quórum-. Quisimos
dar este debate a lo interno pero no fue posible y en virtud de que nosotros
estábamos en desacuerdo con esta propuesta y no pudimos discutirla a lo interno
de la unidad nosotros decidimos abstenernos en la votación. Se lo hicimos saber
a la unidad con suficiente antelación puesto que consideramos que esa propuesta
del abandono del cargo como ya hemos dicho no es legal desde el punto de vista
jurídico e ineficaz e inconveniente desde el punto de vista político porque
genera unas expectativas que no se van a cumplir y va a generar unas
expectativas que la gente no va a ver satisfechas.
–¿Pero cuáles son las
críticas puntuales a esa propuesta?
-Porque a Maduro hay que juzgarlo
por el abuso del ejercicio de cargo. En la ruina de la economía, en el aumento
de la delincuencia en la corrupción, en el desabastecimiento, en la persecución
a la disidencia, la arremetida represiva que últimamente estamos viendo son,
digamos, desviaciones que Maduro evidencia en el ejercicio del poder. Por esa
misma razón acompañamos en diciembre el juicio político, perdón la
investigación por responsabilidad política, mal puede una Asamblea que en
diciembre iba a juzgar al presidente por responsabilidad política en menos de
un mes determinar que hubo abandono del cargo, al mismo que una semanas antes
determinaste que tenía responsabilidad política.
–¿Una contradicción para
ustedes?
–Claro usted revisa el 232,
el 234 y el 236 –si no me equivoco- y te das cuenta que ahí hay unas causales
que justifican el abandono del cargo, pero ninguna de ellas es constatable en
el caso de Nicolás Maduro, al contrario lo que hay es un expreso y acentuado
abuso de poder.
–¿Y por abuso de poder no se
puede destituir del cargo?
–Por otro mecanismo, tienes
que abrir el juicio político y luego eso va al Tribunal Supremo de Justicia.
Hay un procedimiento establecido para casa caso, pero no es el caso. Ahora
resulta que unos compañeros de la Unidad plantean que Maduro presente la
memoria y cuenta en la Asamblea Nacional, pero como lo va a hacer si declaraste
que abandonó el cargo. Es una contradicción evidente.
–Si en esas reuniones de
diciembre se hubiera acordado un reglamento y la mayoría de la MUD acordara el
abandono del cargo ¿ustedes hubieran votado, disciplinadamente, esa
decisión?
–Fíjese que es la primera
vez, de esto hay que dejar constancia, que nosotros rompemos en consenso y no
acompañamos a la mayoría de la unidad. Hemos tenido diferencias en otros ámbitos,
por ejemplo cuando se planteó el tema del referendo revocatorio –a comienzos de
2016- nosotros dijimos que eso no era excluyente con la exigencia de las
elecciones regionales, sin embargo la tesis que se impuso fue la del referendo
revocatorio y tanto fue que la acompañamos que Lara fue el estado donde,
porcentualmente, más firmas se recogieron para el referendo.
Ahora bien, si la Unidad
hubiese dado un debate y con argumentos nos hubieses persuadido que decretar el
abandono del cargo era el camino adecuado nosotros lo hubiéramos acompañado. La
pregunta también vale a la inversa: y si nosotros hubiésemos tenido la razón de
nuestro lado en el sentido de que era un camino inconveniente, el G4 que son
los partidos grandes de la MUD ¿hubiesen aceptado nuestra propuesta? Esas son
las circunstancias históricas que le corresponden vivir a la Unidad no solo un
tema de reglamento interno que es absolutamente pertinente para diseñar un
mecanismo de toma de decisiones que busque un equilibrio entre lo eficaz y lo democrático
a lo interno, sino el debate de la estrategia. Para nosotros la estrategia no
es la confrontación institucional, aparentemente para otros compañeros de la
Unidad sí lo es.
–¿Las diferencias son más de
fondo entonces?
–Hay diferencias de fondo evidentes,
por ejemplo con respecto al diálogo. Nosotros no asistimos al diálogo con la
actitud del que está claudicando, que está entregándose, que está cediendo,
para nosotros el diálogo es una oportunidad extraordinaria para denunciar, para
exigir, para desnudar al Gobierno, para quitarle la careta frente a los
observadores internacionales, para exigirle al Gobierno el cumplimiento de los
acuerdos, para tratar de resolver el tema de la escasez de alimentos y
medicinas, el problema del abastecimiento de la inseguridad.
Por eso para nosotros el
diálogo no es un problema existencial, que si lo es aparentemente para otros
componentes de la unidad, nosotros vamos ahí asumiendo que es un escenario más
de lucha, como lo es la calle pacífica. Nosotros vamos a participar en la
movilización del 23 de enero pero hubiéramos querido dar un debate sobre para
dónde va esa marcha, desde dónde arranca, cuál es el objetivo político de esa
movilización, va a haber una tarima, se van a dar unos discursos, hasta ahora
esa discusión no se ha dado. Ya la anunciaron, nosotros tenemos unos elementos
que aportar en esa discusión. El G9 no se ha reunido en lo que va de año.
–¿Y el G4?
–Bueno sospechamos que
encuentro bilaterales ha habido, es evidente que algunos factores políticos han
conversado, por cierto tienen todo el derecho del mundo, pero lo ideal sería
que todas estas iniciativas fueran discutidas previamente en el seno de la
unidad. Si nos convocas para informarnos desde donde arranca, donde termina,
quienes hablan y qué es lo que se va a decir, entonces eso no es una discusión
política simplemente nos están informando. Eso no es lo ideal y mucho menos en
esta coyuntura política.
–Por qué ocurren estos
desencuentros, por qué no es posible que se reúna el G4 y el G9, discuten y
acuerdan, ¿qué es lo que ocurre en el fondo?
–Porque hay una
confrontación entre los cuatro principales partidos. No de dos contra dos o uno
contra tres, eso va variando de acuerdo a las circunstancias. Hay una
confrontación interna en el G4 y eso lo termina pagando la unidad
completa.
–¿La razón de esa
confrontación?
–La visión estratégica de
cuál es el camino que debemos seguir, la hoja de ruta para salir de Maduro.
Nosotros hemos propuesto la acumulación de fuerzas, rebanar al Gobierno
electoralmente, convocar a las regionales. Hubiese sido ideal asistir a las
elecciones regionales este año que pasó, no se exigieron con la suficiente
antelación. No estoy diciendo que el gobierno las hubiese hecho pero nosotros
hemos debido dar esa batalla para lograr ese objetivo. Hay otros factores de la
unidad que consideran que las elecciones regionales no son pertinentes, que hay
que convocar una elección general lo antes posible, cuando eso no está
contemplado en la Constitución y en el caso del abandono del cargo se evidenció
que hay algunos factores de la unidad que consideran que Maduro debe salir del
poder a través de cualquier vía. Para nosotros el fin no justica los medios y
en ese sentido, esto que le voy a decir es un principio fundamental para AP: la
forma en que salgamos de Maduro va a marcar el devenir de lo próximo. Para
nosotros sí es importante salir de Maduro por la vía constitucional, pacífica y
electoral, porque eso va a determinar la gobernabilidad de lo que venga
después. Otros caminos es pan para hoy y hambre para mañana. Sería un proceso
mucho más traumático –ya de hecho lo es- no negamos el clamor del 80% de los
venezolanos por salir del gobierno de Maduro pero de esto hay que salir por los
caminos que establece la Constitución.
–Volviendo al tema del
abandono del cargo, AP se dividió cuando el diputado Julio César Reyes votó a
favor del abandono del cargo, ¿cómo se explica eso?
–El diputado Julio César
Reyes alegó que por razones de conciencia decidió acompañar al propuesta del
abandono del cargo, él es miembro de la fracción de Avanzada Progresista, eso
fue tratado en el comité ejecutivo nacional la semana pasada, se escucharon sus
argumentos, los miembros del CEN dieron los suyos y el CEN va a dar un
pronunciamiento donde se contempla una sanción como lo establecen todos los
partidos, porque en los partidos debe haber un sentido de pertenencia y un
respeto a las líneas de los partidos que son las que rigen el comportamiento de
sus militantes y, sobre todo, de sus dirigentes. El compañero Julio César Reyes
ha ratificado, a pesar de su actuación, su compromiso con el partido en los
sucesivos episodios que se produzcan en la Asamblea Nacional.
19-01-17
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico