martes, 24 de enero de 2017

Niño genio predice caída de la dictadura por @ClaudioNazoa


Por Claudio Nazoa


En cuanto a predicciones, soy tan certero como Nostradamus. Todo empezó cuando siendo aún muy niño predije, con exactitud, la caída del general Marcos Pérez Jiménez, el penúltimo dictador de Venezuela.

Estudiaba en Caracas, en la Escuela República del Ecuador. Mi maestra, la profesora Digna de Rivas, me mandó una tarea de matemática que debía entregar el 23 de diciembre del año 1957. La entregué, pero el 23 de enero de 1958. ¿Casualidad?

Estaba haciendo la tarea cuando algo extraño ocurrió: mi mano, en escritura automática, comenzó a sacar cuentas que no tenían sentido, pero que asombraron al mundo.

Conté el número de letras que forman el nombre de Marcos Pérez Jiménez: 18. Le sumé los 5 años que mi hermano Mario tenía, dio 23. ¡Primera coincidencia! La tarea debía entregarla en diciembre de 1957. La terminé en la madrugada del 23 de enero de 1958. ¡Esto no era casualidad!

¡Vaticiné el día de la digna fecha en la que ocurriría el derrocamiento! No olviden que mi maestra se llama Digna, ¿casualidad? Además, el día que hice la tarea tenía un lápiz solamente y en la calle vi a 9 mochos. Sin olvidar los 5 años de mi hermano y tomando en cuenta que la palabra mocho únicamente rima con ocho, descubrí algo asombroso: ¡23-1-1-9-5-8! (23/1/1958) ¡La fecha exacta!

Mi predicción se hizo pública. De niño me hice más famoso como vidente, que de adulto con los huevos, los cuales también vaticiné que se encarecerían. ¡Y así fue!


¡Ya va! ¡Me está pasando otra vez…! Pocas veces revelo mis predicciones pero siento que esta debo compartirla... Se me viene a la cabeza un pájaro que mira flores y que vuela libre al salir de una jaula verde. ¡Ya va!... Cuatro números: 2-0-1-7 ¡Anótenlo!: ¡2017! ¡Un momento! ¡Viene más!… Me llegan rostros. Dos hombres… ¡Uno es bello y el otro es feo, pero pico e’ plata!... No hay que ser pitoniso para predecir lo que va a pasar. Alguien se afeita un bigote. Veo a un gentío vestido de rojo huyendo a Cuba.

¡Están avisados! Guarden este artículo. Después no digan que no lo predije.
La voz de mi santa madre me saca del trance:

—¿A quién ves como nuevo presidente?

—¡Mamá, deja la vaina! Me desconcentras... ¡Veo cejas tupidas, también!

—¡Nooo, hijo, prefiero al enjaulado, al bello o al feo pico e’ plata!

—¡Mamá, cállate, que empavas la vaina que está clarita y a tirito!

23-01-17




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