MUD 30 de enero de 2017
@unidadvenezuela
El
presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón,
denunció este lunes que los ataques perpetrados contra instituciones religiosas
en diversas partes del país en los últimos días, parecieran no ser hechos
aislados sino acciones “preparadas para amedrentar a la Iglesia Católica”.
Entrevistado
por Jesús Chuo Torrealba, secretario ejecutivo de la Unidad Democrática, en su
programa radial matutino La Fuerza es la Unión, Padrón señaló que “estos
eventos hay que mirarlos con precaución y cuidado porque tengo la impresión de
que ya no son hechos aislados, como suele decirse en el argot policial”.
Este
domingo Torrealba denunció en su cuenta en Twitter lo ocurrido ayer a eso de la
una de la tarde en la iglesia San Pedro Claver ubicada en Monte Piedad, de la
parroquia 23 de Enero, cuando fue cercada y tomada por colectivos en momentos
en que se oficiaba una misa arzobispal arquidiocesana.
“Se
presentaron unos colectivos, cerraron la iglesia y obligaron a los feligreses y
al sacerdote a escuchar un discurso agresivo contra la Iglesia, contra la
Conferencia Episcopal Venezolana. Empezaron a buscar entre los asistentes a
líderes sociales – unos opositores,
otros independientes – que estaban allí simplemente porque son vecinos de la
zona. Los feligreses los protegieron y quien oficiaba la misa, monseñor Jesús
González de Zárate, obispo auxiliar de Caracas, hizo frente a la situación con
coraje, dialogó con los sujetos y logró que esta situación absurda se
resolviera sin mayores daños a los presentes”, contó Torrealba.
Dos
horas antes se había presentado otra situación irregular en la parroquia
Claret, de Maracaibo, durante la misa del padre Ovidio Duarte. “Cuando estaba
hablando precisamente de la doctrina social de la iglesia, hicieron acto de
presencia, extrañamente, oficiales de la Policía Nacional Bolivariana e
intentaron desalojar a los feligreses, creando una situación ciertamente
delicada”, agregó.
Estos
hechos se suman a los ataques contra la residencia de monseñor José Antonio
López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, luego de sus palabras en la homilía
del día de la Divina Pastora; y posteriormente el apedreamiento, el 20 de
enero, contra la residencia de monseñor Adán Ramírez, dean del cabildo
catedralicio de Caracas.
“Uno
va sumando estas acciones y parece haber alguna línea y un elemento que los
une. No son acontecimientos aislados sino que da la impresión, pareciera que se
trata de eventos preparados para causar amedrentamiento a la Iglesia Católica,
que ha tenido una posición muy clara frente al gobierno señalando las
dificultades y problemas y la crisis que vive el país”, dijo Padrón.
“Tenemos
que mirar esto con mucho cuidado y denunciarlo, porque si no se denuncia no
llega la alerta al pueblo. Es necesario que nuestro pueblo católico, que el
pueblo religioso esté atento a esta situación”, añadió Padrón, recordando, no
obstante, que no es la primera vez en la historia que la Iglesia Católica es
atacada.
Un alto a la locura
Al
respecto, Torrealba recordó el caso de monseñor Oscar Arnulfo Romero, sacerdote
salvadoreño y defensor de los derechos humanos, asesinado por grupos violentos
el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba misa.
“Esta
situación es sumamente grave no solamente para los católicos, religión que
profesa la mayoría en el país, sino para todos los venezolanos de cualquier
religión”, apuntó Torrealba.
“Es
importante estar alertas ante esto que está ocurriendo”, añadió, recordando que
la semana pasada fue el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las
Víctimas del Holocausto, en homenaje a los millones de judíos que fueron
asesinados por el régimen nazi.
“Fue
una tragedia que marcó el siglo XX de la humanidad (…) El Holocausto no empezó
con asesinatos, sino con palabras y leyes que justificaban la violencia, con
jueces que permitieron esa desgracia y le dieron piso legal”, indicó.
“Cuando
uno ve lo que está pasando en Venezuela, donde hay gente que muere por comer de
la basura o iglesias atacadas, uno se da cuenta de que es importantísimo que
todos los venezolanos hagamos un alto en esta carrera a la locura y hagamos lo
necesario para volver poner a este país
sobre los rieles del camino del progreso y sobre todo del respeto. Es muy
grave lo que está ocurriendo. No nos
acostumbremos a la barbarie como parte normal de la vida”, dijo.
“Después
de la violencia verbal viene la violencia física, después la violencia
institucional y después el desastre”, advirtió.
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