Por Jesús Alexis González, 16/01/2017
En Venezuela, dos de los aspectos vitales para el
desenvolvimiento apropiado de la economía como son el mercado de trabajo y
el salario (remuneración por el esfuerzo laboral) vienen siendo tratados
por la cúpula roja con relevante estupidez (torpeza
o falta de entendimiento para comprender las cosas) y marcada politiquería (degeneración
de la política hasta tratarla con superficialidad o ligereza) con fundamento en
el populismo de la “mano extendida” manipulando sin escrúpulos la conducta humana, asumiendo la tesis
validada por algunos autores según la cual
ese comportamiento está condicionado jerárquicamente por
las necesidades que atraviesan las personas estructuradasde forma piramidal desde
(1) Necesidades fisiológicas (alimentarse y vestirse), que
luego de satisfechas (aun parcialmente) facilita experimentar nuevos deseos
superiores a la luz de la siguiente escala: (2) Necesidades de seguridad (salud,
ingresos, vivienda); (3) Necesidades sociales (sentido de pertenencia a
una familia, grupo social, etc); (4) Necesidades de reconocimiento (confianza,
independencia personal, reputación, etc); y (5) Necesidades de
autorrealización, nivel más alto al cual solo se aspira llegar luego que las necesidades precedentes
han sido satisfechas (aun medianamente) hasta
condicionar la participación en variadas
actividades muy especialmente en las político-partidistas;
situación que explica en mucho la razón por la cual el tiránico ensayo rojo tiene
a la población pasando hambre como estrategia para mantenerla en el nivel
más bajo de la motivación humana.
N. Maduro, anunció (08/01/17)
el décimo quinto aumento del salario mínimo (SM) desde que inició su
nefasto mandato en 2013, momento cuando el ingreso mínimo integral (IMI) compuesto por el
SM y el cesta tickets (CT) se situaba en Bs 3.851,15 (Bs 2.074,15
de SM y Bs 1,.777 de CT), hasta “conducir” el IMI en 2017 a Bs 104.358,15
(Bs 40.638,15 de SM y Bs 63.720 de CT); siendo pertinente destacar que ese
transitorio IMI ha de experimentar un nuevo incremento a más tardar el 15/02/17
cuando habrá de ajustarse la Unidad Tributaria (UT) según se establece en
el Código Orgánico Tributario (Art.229), ajuste que ha venido mostrando una
tendencia ascendente desde el gobierno de H. Chávez en 1999 cuando su valor se
ubicó en Bs 9.600 con una inflación anual de 20% y al final de su
mandatoen 2012 se situó en Bs 90,00 (el 01/01/2008 se eliminaron 3 ceros
a la moneda con la Reconversión Monetaria) en un marco inflacionario
anual del 20,1%; mientras que durante el primer año del “gobierno”
de N. Maduro en 2013 se incrementó hasta Bs 107 con una inflación anual
de 56,2%, en Bs 127 e inflación de 68,5%
para 2014, en Bs 150 e
inflación de 270% en 2015, y en Bs
177 e inflación de 830%
en
2016 con un SM al 01/11/16 de Bs 27.092 al tiempo que se modificó
la base para el cálculo del CT de 8 UT a 12 UT hasta llevarla a BS63.720
para un IMI de Bs 90.812. Para el año 2017, según se
desprende de nuestra estimación, la UT aumentará en un 25% hasta llevar su valor a Bs 225 (al
15/02/17) con una inflación anual superior al 1.000% (de continuar el
actual “modelo” económico) que propiciará un valor de la UT por Bs 79.650 incrementando
el IMI hasta Bs 120.288,15 para mazo 2017, configurando un
aumento porcentual cercano al 3.200% con respecto al 2013 que a pesar de
ese enorme salto no compensará la inflación acumulada 2013-2016 superior al 4.000%
lo cual deja en evidencia una pérdida
del poder adquisitivo de los trabajadores; aunado a un desastroso entorno
macroeconómico 2016 caracterizado (entre otros males) por una caída
acumulada del PIB en un 23% (¡la mayor desde 1940!), a la par de una inflación de 830% que terminó por devorar el ya
debilitado y raquítico salario, en un ambiente de emergencia económica que
decretó el hambre (un promedio de 5 protestas diarias por comida) y la pobreza (73% de los hogares).
Tan infortunada intromisión gubernamental, impulsó una
desconfiguración del sector productivo nacional a la luz de la disminución
en el total de empresas, de la inamovilidad
laboral (previene el despido injustificado durante los años 2016, 2017 y
2018) y de un aumento salarial fijado unilateralmente por la tiranía
socialista (en tránsito a una dictadura
comunista); despiadado trio que afecta a las heroicas empresas “sobrevivientes”
de la marea roja al repercutir en un aumento de sus
costos totales habida cuenta a que el salario nominal del trabajador se
sitúa por encima de su contribución al
producto total, con el funesto agregado
que la burocracia roja impide ajustar los costos al tiempo de
obligar al empresario a mantener un “precio justo” (¿?) en detrimento de
los beneficios normales de la empresa requeridos para la reinversión, al estar desempeñándose en un proceso productivo
con costos marginales crecientes (cada unidad adicional producida tiene
un costo mayor al precio “regulado”)
en simultaneidad con precios marginales decrecientes para la empresa (el
precio se mantiene fijo mientras los costos suben), materializándose un diabólico binomio que propicia en
el empresariado un desestímulo convertido en un deseo por
interrumpir las actividades (impedido ante
la “carcelización” de la actividad empresarial) e inclusive a
esperar la “buenaventura” de la expropiación
de los “escombros” (¿apropiación?) por parte de la avasallante (actúa
sin tomar en cuenta los derechos de los demás) “jefatura revolucionaria”.
En el ínterin se contrae la oferta, y se abusa con los precios ante el aumento
del desabastecimiento y la escasez; perfilándose un escenario de hambre
creciente que el ineficiente “gobierno” no puede enfrentar con
importaciones habida cuenta de no contar con las divisas necesarias (propició la
“fuga” de unos $350.000 millones).
Reflexión final: La ausencia de
un plan gubernamental para controlar la inflación, al tiempo de “ordenarse”
aumentos unilaterales del IMI al margen de la productividad laboral y del
capital, ha traído (y traerá) como consecuencia que los aumentos
salariales se conviertan en una ILUSIÓN MONETARIA, al punto que este nuevo
IMI (tanto el fijado el 08/01/17 como el previsto para el 15/02/17) refleja una
caída del poder adquisitivo del trabajador superior al 55%, en lo
especifico del angustiante periodo “presidencial” de N. Maduro.
Economista Jesús Alexis González
@JesusAlexisGo10
www.pedagogiaeconomica.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico