Por CONTRAPUNTO
El Día del Maestro encontró
a un gremio devastado por los bajos salarios, irrespetado profesionalmente,
acosado por razones políticas, conminado a desnaturalizar su función formadora
Los docentes que laboran en
todos los niveles y modalidades del sistema escolar venezolano han visto mermar
sus condiciones de vida, gracias a las desacertadas políticas económicas
implementadas por un gobierno, empeñado en replicar un modelo que ha fracasado
en todos los países donde se ha impuesto. En conclusión, éste es un Día del
Maestro en donde los protagonistas, los educadores venezolanos, no tienen nada
que celebrar”, indicó Leonardo Carvajal, miembro de la Asamblea de Educación.
Carvajal explicó que los
docentes son quizás el gremio profesional más golpeado “por ese nefasto
experimento social denominado socialismo del siglo XXI. Tan es así que el
salario más alto que un docente venezolano puede recibir no alcanza ni para
adquirir un 10% de la canasta básica familiar. Si hablamos del tema de la
vivienda, un maestro venezolano tendría que ahorrar por más de 60 años la mitad
de su sueldo, para poder pagar la cuota inicial de una vivienda de interés
social. Esto quiere decir que las nuevas generaciones de maestros no tendrán un
techo digno donde vivir”.
Por otra parte, Olga Ramos,
también coordinadora de esta institución, refirió que la sobrevivencia diaria
de los docentes venezolanos “los ha obligado a trabajar en dos y hasta tres
planteles diferentes, socavando con ello su salud y sin poder acceder a los
beneficios de un instituto previsional que hasta hace poco más de 20 años, mal
que bien, le garantizaba un servicio asistencial para él y su familia”.
Para Ramos, al deterioro
continuado de la calidad de vida hoy se añade el deterioro de las condiciones
de trabajo. “La nula inversión en la construcción de nuevos planteles y la casi
imperceptible inversión en el mantenimiento de la infraestructura existente,
han convertido a nuestras instalaciones educativas en viejos y deteriorados
edificios, donde niños y docentes conviven en condiciones casi de refugiados de
guerra”.
En opinión de los voceros de
la Asamblea de Educación los planteles oficiales cuyas instalaciones sanitarias
son prácticamente inexistentes dado su mal estado, que carecen de mobiliario
adecuado y suficiente; con laboratorios desmantelados; sin pupitres en buen
estado; en fin, en condiciones muy alejadas de cualquier estándar razonable
para desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje. “Por supuesto, no se
puede soslayar el tema de la inseguridad dentro de los planteles, tema que ha
dejado no solo los planteles a merced del hampa, sino un saldo lamentable de
víctimas entre estudiantes y docentes”, expresan.
Al hablar de hostiles
condiciones de trabajo, y de precarios sueldos, no se puede dejar por fuera la
insistente intención por parte de las autoridades educativas venezolanas, de
convertir a la escuela en un acicate para la implantación inconstitucional del
llamado socialismo del siglo XXI, asignándole a la escuela la misión de “formar
en los valores socialistas”, tal como está expresado en el Plan de la Patria,
violentando con ello el artículo 102 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
“Esta inconstitucional
misión, asumida como política pública, ha pretendido convertir de manera
compulsiva a nuestros docentes, en operadores políticos para el adoctrinamiento
de un catecismo ideológico que cierra toda posibilidad de pensamiento
independiente y creativo, norte de toda educación que se pretenda democrática y
abierta a todas las corrientes de pensamiento”, señala Tulio Ramírez, vocero de
la Asamblea de Educación.
Ramírez comentó sobre la
implantación unilateral, inconsulta y arbitraria de un nuevo diseño curricular
para la educación media. “Se obliga a los docentes a administrar un nuevo
currículum, sobre cuyo diseño no han sido consultados ni las instituciones de
formación docente ni el gremio magisterial. Un diseño que, de manera
improvisada, se implanta ya comenzado el año escolar, trastocando toda la
planificación institucional. Esta nueva ocurrencia de las autoridades
educativas, elaborada sin la participación de los profesionales llamados a administrarla,
se soporta sobre dos falsos supuestos: uno de ellos tiene que ver con la
existencia de docentes formados en áreas estratégicas del conocimiento y en la
transdisciplinariedad; y el otro, la existencia de educadores con la
disposición a ver mermados aún más sus ingresos, al aceptar pasivamente ser
concentrados de manera compulsiva como docentes a tiempo completo en un solo
plantel, sin información alguna sobre las remuneraciones a recibir”.
En conclusión, para la
Asamblea de Educación, este Día del Maestro 2017 encuentra a un gremio
devastado por los bajos salarios, irrespetado profesionalmente, acosado por
razones políticas, conminado a desnaturalizar su función formadora para asumir
la de evangelizador de la doctrina del socialismo del siglo XXI y con
condiciones de trabajo que distan mucho de las mínimas para desarrollar la
labor docente en un ambiente amable para los procesos de enseñanza.
16-01-17
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