Por Vanessa Davies
La asamblea nacional
constituyente es el último recurso constitucional para dirimir el conflicto
político, opina el experto petrolero David Paravisini. Postulado a la ANC por
iniciativa propia, insiste en que no debe ser "una asamblea del PSUV"
Con mucha honestidad habla
David Paravisini, ingeniero y experto petrolero, de su candidatura para la
Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Lo asume con la convicción de que es el
camino correcto para que el país se pacifique. Por encima de intereses
partidistas o de visiones encontradas, Paravisini –militante de izquierda desde
hace más de 50 años– decidió ser candidato a la constituyente por iniciativa
propia y sin recursos.
“La campaña es muy dura”,
admite en conversación con Contrapunto. “Decidí hacerla en las comunas y
en los consejos comunales, con este mensaje: necesitamos paz para
desarrollarnos. Paz no quiere decir que no tengamos controversias, pero podemos
resolver las controversias sin el exterminio del otro”.
Su largo trayecto en la
política nacional –en la Universidad Central de Venezuela, en los partidos
Causa R y Patria Para Todos– incluye el apoyo al presidente Hugo Chávez a
partir del golpe de Estado de 2002. Lo sucedido en abril de ese año “me llamó a
la realidad”, subraya.
Paravisini asegura que se
lanzó a la constituyente porque está preocupado por la crisis nacional. Le
inquieta “la forma como estamos dirimiendo las diferencias”, porque en el
presente “hemos llegado a un punto en el cual pareciera que hay un sector que
no quiere sino la confrontación y solo admite guerra y destrucción”. Persiste,
según su percepción, “un ambiente de controversia política que lleva a patrones
que se corresponden con intereses de otras nacionalidades”.
Con base en ese diagnóstico,
piensa que venezolanas y venezolanos “tenemos que hacer lo imposible para que
esa guerra no se dé”. El dirigente afirma valorar “los esfuerzos del presidente
Maduro” por la paz, pero puntualiza que no dieron resultado, y por eso
justifica la convocatoria a la constituyente: “Creo que la constituyente es el
último recurso constitucional con el cual el pueblo puede resolver de manera
pacífica la controversia que tenemos”. Una forma de abordar las diferencias en
paz.
La otra ruta que puede tomar
el Mandatario, explica Paravisini, es arreciar el estado de excepción; es
decir, “defender el Estado y las leyes con un estado de excepción, que es un
estado de guerra. Creo que lo debemos impedir a toda costa”.
No debe ser una asamblea del
PSUV
Su compromiso, de ser electo
para la constituyente, es insistir en que se aborden en primer lugar las
desavenencias políticas. “Mal haríamos si convertimos esa asamblea nacional
constituyente en una asamblea ampliada del PSUV o del chavismo, porque no
avanzaríamos en lo absoluto”, advierte.
También debe discutirse el
problema de la administración pública venezolana; la división
político-territorial “que no se corresponde con las estructuras de ocupación
del espacio” y un modelo económico distinto, enumera el experto petrolero.
“Hablemos sobre esos temas.
Hablemos sobre Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que no es la empresa que
queremos. El Presidente sustituyó a toda la directiva, está haciendo una
crítica profunda a una empresa vital para que Venezuela pueda pensar en su
desarrollo”, expone Paravisini.
–Hay una fuerte oposición a la
constituyente.
–Las posiciones
predeterminadas, el condicionamiento a negar absolutamente todo lo que venga
del Gobierno es parte de la no comunicación que tenemos. Quisiera saber cuál es
el mecanismo que proponen quienes niegan la constituyente para llegar a un
diálogo. El Presidente ha tomado varias iniciativas y han sido rechazadas. De
quienes en la oposición atacan la constituyente lo único que he oído es
“Maduro, vete ya”: una propuesta anticonstitucional.
–¿Por qué no hacer las
elecciones regionales primero?
–Las regionales no resuelven
el conflicto planteado. La oposición quiere elecciones generales ya, que no
están en la Constitución. La vía para llegar a las elecciones generales que
pide la oposición es la constituyente. El Presidente los complació: convocó un
mecanismo en el cual el pueblo mayoritario decida lo que quiera decidir para
lograr el equilibrio de opiniones. Que haya rechazo hacia su gestión no quiere
decir que el Presidente tiene que irse, que tenga que renunciar o convocar
elecciones adelantadas.
¿La constituyente o la guerra?
–La oposición no va a la
constituyente. Va a ser una convención del PSUV.
–Estarán las personas que han
asumido la responsabilidad consciente de estar allí, y responder a la exigencia
histórica que se nos presenta a los venezolanos para ir al meollo del problema,
que es la paz.
–¿Qué propuesta haría usted
para resolver el conflicto en paz?
–Propongo que veamos si es
posible mantener la gobernabilidad en un ambiente como en el que estamos, en el
cual el país está amenazado desde afuera y hay sectores que solo identifican un
rechazo total al gobierno por razones como la economía y lo difícil de la
cotidianidad, problemas que el gobierno reconoce que no ha podido resolver y
cuando convoca la constituyente así lo admite. Por eso, una de las propuestas
que llevo a la constituyente es considerar una convocatoria de elecciones
generales, que creo que es el espíritu con el cual la convocó el presidente
Maduro. No entiendo por qué el chavismo que está molesto no lo acepta.
–¿Cómo le da el beneficio de
la duda el Gobierno?
–Lo otro es no darnos el
beneficio de la duda de usar un mecanismo que está en la Constitución. Si hay
una alta abstención, o el resultado de la constituyente es negado en un proceso
de consulta, quedaremos en una situación en la que se agotaron todos los mecanismos
pacíficos. Solo quedarían los mecanismos no pacíficos; la victoria de quienes
insisten en una guerra civil en Venezuela. Así lo hicieron en Libia, Irak,
Afganistán, Sudán: guerras, divisiones internas, debilitamiento del
Estado-nación para aprovecharse de las riquezas del país. Sería devolvernos a
la situación de país débil y saqueado por las trasnacionales.
–¿Y si la asamblea
constituyente no somete a consulta la nueva Constitución?
–En mi opinión sería un error.
El presidente Maduro no incluyó la consulta inicialmente, y luego pidió
incorporarla. Hay gente que dice que quiere “raspar” a la fiscal general, Luisa
Ortega Díaz. Eso no puede ser. Las bases comiciales presentadas por el
Presidente no lo permiten.
–¿Qué va a hacer usted cuando
boten a la Fiscal General?
–Yo no voy a la constituyente
a montarle trampas a nadie. Estoy en desacuerdo con anunciar decisiones de la
constituyente antes de que se constituya. Además, los resultados de la
constituyente deben ser consultados. La tarea que tenemos es que se convierta
en un espacio para conseguir formas de resolver los problemas, llegar a
propuestas y convocar al pueblo a aprobarlas. Las luchas sociales por justicia
y equidad no son de un año o de dos; son de siempre. Es un proceso de
acumulación de fuerzas, de flujo y reflujo. Hugo Chávez abrió un espacio en
Venezuela para las luchas sociales conviviendo con el capitalismo.
“Lo saca, pero con la
Constitución”
–¿Y si el pueblo no quiere al
presidente Maduro?
–Lo saca, pero con la
Constitución.
–¿Por qué no el referéndum
revocatorio?
–Porque el revocatorio tiene
unos procedimientos que en la oposición no se siguieron. Cuando no se
produjeron los resultados que esperaban, que era sacar a Maduro y al
vicepresidente, lo abandonaron. Para mí es muy clara la conclusión. La
oposición no quiere llegar al poder por procesos electorales, y en eso se
empata con sectores radicales del PSUV. Hay sectores opositores partidarios de
la confrontación electoral, pero otros no lo son y anuncian situaciones
violentas. Tenemos que defender que, si pierde Maduro, sea por los procesos
constitucionales.
David Paravisini señala que
hay “graves problemas dentro del Gobierno” y subraya que “por su debilidad y
por la guerra económica ha derivado hacia políticas económicas contrarias a los
intereses populares”.
Al mismo tiempo observa que
Venezuela está en el centro de una pelea mundial por el petróleo, lo que la
convierte en un bocado apetecible para gobiernos y trasnacionales. No lo asusta
que haya un cambio de gobierno, siempre y cuando sea por el sendero
constitucional y pacífico. “El ritmo con el cual el pueblo puede avanzar se
reducirá, quedará estancado, pero será por la vía pacífica”, insiste. La vía
debe ser electoral, y como las elecciones regionales no lo permiten, “la oportunidad
es la constituyente”.
–¿No teme que el Gobierno deje
de serlo?
–Miedo no. Son procesos de
lucha. Si perdemos, habría que hacer el balance de cuánta responsabilidad
tenemos nosotros mismos. El presidente Chávez dejó la estructura para apoyarnos
en un poder popular, y ni gobierno ni partido lo han usado. Todo se sigue
apoyando en la institucionalidad que el mismo presidente Chávez criticaba.
AN y ANC pueden convivir
–¿Cómo va a convivir la
asamblea constituyente con la Asamblea Nacional?
–Ya eso sucedió. En 1999
vivimos con una asamblea constituyente y con el Congreso de la República recién
electo en 1998. Una de las decisiones de la constituyente de 1999 fue crear un
congresillo, que sustituyó el Congreso entre la aprobación de la constituyente
y las elecciones. La asamblea constituyente coexiste con todas las
instituciones del Estado.
–¿No ve la constituyente como
una forma de acabar con la AN? ¿Qué pasa con la AN mientras tanto?
–Tiene que seguir sesionando,
aunque tiene una sentencia del poder judicial de desacato, que la inhabilita.
Pero las elecciones generales anticipadas resolverán el problema de la
representación. Los venezolanos elegirían a sus autoridades. Ya eso pasó antes.
El presidente Chávez tuvo que reelegirse.
–¿Quiere el presidente Maduro
perpetuarse en el poder?
–Esa afirmación no atiende la
potencia de una asamblea nacional constituyente, que puede replantear todo el
problema del Estado y dejar que el pueblo diga con su voto el ritmo y la
velocidad de las conquistas que hemos hecho. ¿Por qué la oposición no acepta la
constituyente? Porque no quiere consulta de ningún tipo, sino imponer las cosas
como con Pedro Carmona (presidente de Fedecámaras que se autojuramentó como
Presidente de la República en 2002).
–¿Toda la oposición?
–La que lleva la bandera de
las discusiones. La que le niega a la constituyente cualquier posibilidad. Por
eso tenemos que hacer una campaña motivadora, hablar de qué es una asamblea
constituyente. Sería un error si la convertimos en expresiones de un solo sector
de la sociedad. El pueblo está pidiendo paz. La vida de la comuna, el consejo
comunal, las estructuras productivas, el sector privado que avanza necesitan
paz.
–¿Cómo puede haber paz en esta
situación económica?
–Primero se debe comprender la
guerra económica, porque no solo hay ineficiencia del Gobierno. Tenemos
créditos cerrados en el exterior, guerra financiera contra Pdvsa, persecución.
Es verdad que hay una alta responsabilidad del Gobierno. Hay instrumentos que
dejó el presidente Chávez y que no usamos, nos concentramos en la
institucionalidad burocrática y corrupta y ese elemento estalló. Sin embargo,
esta no la peor administración que ha existido en Venezuela.
El contrato social todavía no
está roto
Paravisini quiere llevar a la constituyente
propuestas para el sector energético, como la recuperación de un ministerio de
energía realmente fuerte. También, una mejor seguridad social (sin diferencias
entre civiles y militares, por ejemplo) y el reconocimiento –en igualdad de
condiciones– para tres sectores económicos: público, privado y comunal.
No obstante, asevera que lo
primordial es lograr acuerdos mínimos para la convivencia. “La constituyente es
una herramienta política que está allí. ¿La usamos o no la usamos? Con la
constituyente se pueden resolver los conflictos políticos, pero la
constituyente no puede resolver el problema económico”, remarca. Dentro de las
dificultades de la economía destaca “las cosas positivas que están sucediendo,
pero que no se ven debido a la conflagración”, como las experiencias de las
comunas y consejos comunales.
En lo inmediato, a su juicio,
“debemos atender el problema de cómo resolver nuestras controversias”, porque
“la patria se nos está yendo, se nos está llevando a resolver la controversia
con una guerra civil; eso es romper el contrato social”.
–¿No está roto ya?
–No está roto. Hay gente que
no está de acuerdo, pero hay una fuerza importante de la sociedad que cree que
el contrato social no está roto y trata de resolver esto por fórmulas pacíficas.
Ese sector no ha mostrado su fuerza todavía. Las calles han sido ocupadas por
quienes manejan la tesis de resolver las controversias por la vía no pacífica y
anticonstitucional, pero hay un pueblo y unas instituciones que plantean
resolver el problema por la vía pacífica.
–¿Y qué hará David Paravisini
si no entra en la constituyente?
–Desde la calle haré lo que
pueda para que no nos matemos. Tengo hijos e hijas, hermanos, hermanas. Las
personas de mi edad (casi 70 años) tenemos esa ventaja: entendemos mejor que
nadie lo que está pasando. Sufrimos la controversia, porque las divisiones
están en la familia. Haré lo imposible para resolver nuestras diferencias en
paz.
02-07-17
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