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martes, 18 de julio de 2017

Retiro de la Constituyente, por @OmarBarbozaDip



Omar Barboza Gutiérrez 17 de julio de 2017

En días pasados la Conferencia Episcopal Venezolana le solicitó al Presidente Maduro el retiro del proyecto constituyente, y agregaron en la comunicación:

“Estamos convencidos de que esto es urgente si usted quiere resolver la grave crisis alimentaria, de medicinas y de inseguridad, que está causando incontables víctimas, así como devolverle a Venezuela su plena institucionalidad democrática, contemplada en la Constitución”.

Coincidiendo con ese planteamiento, un grupo de 60 reconocidas personalidades venezolanas encabezadas por el jurista Pedro Nikken, ex -Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, suscribieron un documento hecho público denominado “Llamado al entendimiento nacional”, donde señalan como necesario para evitar la escalada del conflicto político, el pleno funcionamiento de las instituciones y el Estado de Derecho. Concluyendo con tres propuestas para superar la crisis política: en primer lugar, suspender el acto electoral fijado para el 30 de julio (La Constituyente) y abrir un compás de oportunidad para el entendimiento. Segundo, mantener a la Santa Sede como mediadora en el proceso, como instancia capaz de ayudar a construir confianza, acercar posiciones y promover acuerdos. Y tercero, proponen la creación de un grupo de cuatro países amigos invitados de mutuo acuerdo que acompañen la mediación, y sirvan de garantes para el cumplimiento de lo acordado; y, además, que la vocería se reserve a la Santa Sede.

El pasado 10 de julio, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos, con seguridad representando la opinión de muchos Presidentes y líderes del mundo, además de su conocimiento directo de la situación venezolana, hizo público en su twiter  que él “considera que para una solución en Venezuela, es necesario que Nicolás Maduro desmonte la Constituyente”.

Si a eso le agregamos el contundente pronunciamiento mayoritario del pueblo venezolano en contra de lo que significa esa Constituyente, no hay lugar a dudas de que el retiro de ese proyecto es un clamor y una necesidad nacional urgente para restablecer la efectiva vigencia de la Carta Magna, y para que el pueblo decida en las elecciones libres previstas en la Constitución sobre el destino del país y la manera de superar esta crisis.

Cuando un Presidente de la República, quien como tal representa a un poder constituido, pretende usurpar el derecho que la Constitución le otorga al pueblo de Venezuela de ser el convocante de una Asamblea Nacional Constituyente y eso lo hace valiéndose del apoyo sumiso de un TSJ y de un CNE que están al servicio del Ejecutivo Nacional, y no de la Constitución ni del pueblo de Venezuela, y además  pretende imponer bases comiciales que desconocen la universalidad del voto así como la igualdad del valor del sufragio en cualquier parte del país donde se emita, está incumpliendo con su principal deber constitucional que es cumplir y hacer cumplir la  Constitución y las leyes.

Con esta conducta del gobierno nacional, estamos frente a la pretensión de imponer por la vía de la fuerza una maniobra que intenta una usurpación golpista para mantenerse en el poder, y prolongar los efectos negativos de esta gestión de gobierno sobre la calidad de vida de los venezolanos. El colmo de esta pretensión es que intenta venderle al pueblo esa usurpación como una propuesta para la paz, cuando realmente quiere prolongar la represión y el crimen en contra de los que piensan distinto al gobierno. La inmensa mayoría sabemos que esta Constituyente no resolverá ninguno de los problemas principales que afectan a la población, sino más bien lo que hace es prolongar en el poder las causas que los provocaron.

Parece que Maduro y quienes lo acompañan leyeron mal o no entendieron a Don Benito Juárez cuando dijo que el respeto al derecho ajeno es la paz. El único camino hacia la paz es el respeto a la Constitución, a los derechos de todos, y no la imposición arbitraria de un proyecto por parte de una minoría para prolongar en el ejercicio del poder a quienes son los responsables de la crisis que hoy afecta gravemente los derechos humanos y el ejercicio de todas las libertades en Venezuela.

El Presidente Maduro, si de verdad quiere la paz y contribuir de alguna manera a evitar la tragedia que vive el país, debe responsablemente retirar ese proyecto de Constituyente para que se pueda abrir la posibilidad de un acuerdo serio que enrumbe la conducción de la crisis hacia soluciones previstas en la Constitución referidas al derecho y a la necesidad que tiene la sociedad venezolana de vivir en forma civilizada.

El pueblo venezolano ya tomó la decisión con fundamento en la Constitución de hacer valer sus derechos, y todavía tiene la esperanza de no tener que seguir entregando vidas, especialmente las de nuestros jóvenes, para hacerlos respetar.

Omar Barboza Gutierrez

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