Fernando Camino Peñalver 07 de octubre de 2017
@fernandocaminop
Los
gobernadores demócratas que resulten electos el próximo 15 de octubre, van a
desempeñarse en dos escenarios: El primer escenario será cumplir con sus
funciones, coexistiendo con el actual régimen y el segundo escenario, será
trabajar en equipo con el próximo gobierno democrático.
En
ambos contextos tendrán que asumir la responsabilidad de afrontar el principal
problema que está sufriendo la población: la escasez y la carestía de
alimentos. Los gobiernos regionales en salvaguarda de su población, tendrán el
deber de canalizar hacia el gobierno central, las gestiones pertinentes para
promover el crecimiento de la producción agrícola y agroindustrial, de acuerdo
con las condiciones agrológicas y las ventajas competitivas de su región.
Además de la producción, también es importante el almacenamiento y la
comercialización, para garantizar a la población una oferta suficiente y
oportuna de alimentos.
En ambos
casos, el gobierno regional debe concertar con los sectores productivos, con
los gremios y los sectores académicos, el diseño de proyectos de desarrollo,
para así atraer la inversión privada y también lograr los recursos financieros
por parte del poder central.
En el
primer escenario, tratándose de un régimen centralista, el gobierno regional
servirá como mecanismo de presión, movilizando a la sociedad civil y obligar al
ejecutivo nacional a destinar los recursos suficientes para la producción y
abastecimiento de alimentos a la población, sobre todo la de los sectores más
vulnerables.
En el
segundo escenario, la participación efectiva de las gobernaciones en el diseño
y ejecución de las políticas agroalimentarias, estará apoyada por el proceso de
descentralización que será impulsado por el nuevo gobierno democrático. La
descentralización va a contribuir decisivamente con el impulso de las pequeñas,
medianas y grandes empresas en el sector agropecuario, agroindustrial,
pesquero, forestal y del agroturismo.
En ese
sentido, el gobierno regional será promotor de un modelo de desarrollo local,
basado en la aplicación de nuevas tecnologías, para el logro del desarrollo
económico y para elevar la calidad de la vida en el medio rural y en la
población urbana. Dentro del marco del desarrollo económico regional, debe
tener prioridad la producción y el abastecimiento de alimentos.
Como
lo hemos señalado, el gobierno regional debe ofrecer los incentivos necesarios,
para atraer las inversiones, tanto públicas como privadas para el medio rural,
con la finalidad de fomentar la producción de alimentos. Para facilitar el
manejo de los recursos públicos se deben crear los fondos de desarrollo
regionales. Estos fondos administrarán los aportes provenientes de los
organismos financieros, nacionales e internacionales, destinados a la
producción. Deberá establecerse también, un fondo de desarrollo rural
para administrar los aportes públicos destinados a financiar la infraestructura
social, como el desarrollo de viviendas, obras sanitarias, vialidad,
electrificación y los espacios destinados a la educación y a la salud.
El
trabajo mancomunado de los gobiernos regionales con el gobierno nacional,
profundizará el proceso de descentralización, paralizado por este régimen
centralista y hegemónico, en detrimento del desarrollo regional y del bienestar
de nuestra población.
Fernando
Camino P.
@fernandocaminop
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