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sábado, 13 de enero de 2018

La entrega del futuro en el Esequibo por @EcarriB


Por Antonio Ecarri Bolívar


Resulta sospechoso, por decir lo menos, que el presidente de la República y su ministro de la Defensa que se las pasan dragoneando contra la “intervención imperialista”, cada vez que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sanciona a algún sospechoso de corrupción, en cambio hagan mutis en un tema tan grave como es la explotación petrolera en la zona en reclamación del Esequibo.

La Comisión Permanente de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional aprobó un acuerdo de rechazo a las operaciones petroleras en la zona de reclamación del Esequibo, por parte del gobierno de Guyana, por violar el acuerdo de Ginebra firmado en 1966 y el artículo 10 de la Constitución de Venezuela, que establece la soberanía nacional de ese territorio. Ese acuerdo, aprobado por unanimidad, fue propuesto por el diputado zuliano Elías Mata, vicepresidente de la comisión y quien ha mantenido una firme posición al respecto.

La explotación del área, por parte de la empresa Exxon Mobil, viola lo establecido en el Acuerdo de Ginebra, pues allí quedó previsto, en su artículo 5º, la prohibición expresa de explotar recursos naturales en toda esa zona sin acuerdo previo de las dos naciones que mantienen ese diferendo. El diputado  Mata dijo en su intervención en la Asamblea Nacional lo que sabemos todos los venezolanos y que el gobierno oculta por razones inexplicables: “Guyana realizó operaciones petroleras en mayo de 2015 y la empresa Exxon Mobil informó sobre un descubrimiento en el pozo Liza-1 ubicado en el bloque Stabroek, y el 17 de noviembre de 2016 anunció la comercialización entre 800 millones y 1,4 millardos de barriles de petróleo crudo de alta calidad perteneciente a las aguas costeras del Esequibo, región que pertenece a Venezuela”.

Además, el parlamentario explicó que el 12 de enero de 2017 la compañía Exxon Mobil anunció un descubrimiento de petróleo en el pozo exploratorio Payara-1 ubicado dentro del bloque Stabroek. Para que nuestros lectores vean la magnitud del problema, debemos informarles que el bloque Stabroek ocupa un espacio marítimo de 26.800 km2 que comprende desde aguas territoriales guyanesas, área en reclamación e incluso aguas territoriales venezolanas. En este último caso se encuentra el pozo Payara 1, es decir, en la zona conocida como del Esequibo venezolano.  


La semana pasada el presidente de Guyana, David Granger, anunció otro hallazgo y se trata del sexto descubrimiento de petróleo desde 2015 en ese yacimiento, el más grande hasta la fecha. El pasado año Guyana informó que trabajaría con Exxon Mobil en el desarrollo del sector petrolífero en el país suramericano, lo que supondría una inversión de 5.000 millones de dólares por parte de la petrolera estadounidense.  

Uno se pregunta ¿cuál puede ser la explicación de un gobierno y una élite militar que se llenan la boca a diario con una eventual “guerra asimétrica” ante una imaginaria invasión imperialista, y  mientras tanto no diga una palabra, ni ejerza ningún acto de soberanía frente a esa flagrante agresión?

No se trata de aparecer como guapetón de barrio, echando plomo a la plataforma exploradora y explotadora de petróleo de la Exxon Mobil –aunque Jaime Lusinchi, por una agresión menor a esta, amenazó con bombardear el Caldas en aguas territoriales venezolanas y preservó nuestra soberanía– pero el gobierno de Venezuela le debe exigir al representante del secretario general de la ONU para la controversia fronteriza, entre Venezuela y Guyana, el reputado diplomático Dag Halvor Nylander, se sirva ordenar suspender, ipso facto, la explotación de petróleo dentro del área en reclamación, mientras se busca un arreglo pacífico de la controversia.        

Ha sido tan descarada la actitud de la Exxon Mobil que ha ofrecido 20 millones de dólares como fondo de ayuda a Guyana para los gastos judiciales frente  a una eventual reclamación judicial venezolana. Obviamente que no se nos escapa la influencia de la Exxon Mobil en el gobierno de Trump, habida cuenta que Rex Tillerson, secretario de Estado de ese gobierno, viene de ejercer la presidencia de la Exxon Mobil. Lo que se ve como una amenaza para Venezuela podemos convertirla en ventaja comparativa, si se ve a la nación ejerciendo su soberanía con dignidad y firmeza.  Todo lo contrario a lo actuado hasta ahora, porque el mismísimo finado Hugo Chávez llegó a la vileza de decir que la reclamación venezolana contra Guyana era una controversia adeca del pasado. Ya vemos cuáles son los efectos de la ignorancia y la traición a los intereses de la patria por ataduras ideológicas.

Lo cierto es que estamos hablando de las reservas petroleras más importantes del mundo, lo que fue reconocido por el Servicio Geológico de Estados Unidos como “la segunda mayor área del mundo con petróleo sin explorar”. La zona total en disputa con Guyana comprende alrededor de 160.000 km cuadrados y eso representa dos terceras partes del territorio de Guyana; sin embargo, estimo que lo más importante, en este momento, es precisar que esa zona rica en petróleo, de 26.800 km2, debe ser preservada para explotación conjunta y nunca como explotación exclusiva de Guyana, a quien no le pertenecen esas áreas marinas y submarinas.

Esperemos a ver si los arrestos antiimperialistas de este gobierno se orientan hacia la defensa de ese inmenso potencial de riqueza venezolano y no sigue alardeando de antiyanqui solo para proteger corruptos sancionados, con razón, por la comunidad internacional.


12-01-18




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