Por Alfredo Infante S.J.
Despierto en ti. Transito tus
segundos, minutos, horas. Te despliegas ante mí, incierto, lleno de preguntas,
oscuro y luminoso a la vez. Ofreces tus días para que construyamos un hogar digno
donde el derecho y la justicia se besen.
Me asalta la humana duda de
quién ha palpado el hambre de los niños; la depresión de las madres que se
levantan para conquistar la vida cada día; el dolor de las familias que
despiden en los aeropuertos y terminales a sus amados hijos. Vienen a mi
memoria cuál cascada las miradas y las voces de los caídos, torturados,
encarcelados y el grito indignado y anónimo del transeúnte en la calle.
Mi corazón rebosa de
indignación y sueños por construir. Indignación ante el poder criminal que
desconoce nuestra dignidad. Sueños ante la semilla que brota, crece y se hace
árbol en medio de la tormenta renovando la vida. Sí, 2018, tú serás el tiempo
que queramos que sea: tiempo de molinos con tanques, botas y cadenas triturando
el trigo de nuestra dignidad, o tiempo dónde la levadura del amor como fuerza
de vida fermente nuestra dignidad y juntos amasamos el pan nuestro de una
Venezuela, hogar común, dónde nos reencontremos libres como hermanos
resurgiendo de las Cenizas.
2018, tus segundos, tus
minutos, tus horas, tus días, tus semanas, tus meses, serán lo que hagamos de
ti.
03-01-18
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