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martes, 13 de febrero de 2018

El abrazo de Miguel y Nicmer por @ELOIYAGUE



Por Eloi Yagüe Jarque


El escenario no podía ser más público, se trataba de la Plaza Brión de Chacaíto, en Caracas. El pasado domingo 4 de febrero (una fecha emblemática que a partir de ahora adquirirá un carácter simbólico menos guerrerista y más humano) se llevaba a cabo una jornada de protesta pacífica ciudadana convocada por Alianza en Protesta Pacífica, una coalición de 120 organizaciones sumadas a esta iniciativa, como Provea, Codevida, Alianza Venezolana por la Salud, Dale Letra, Caracas Mi Convive, Las Piloneras, entre otras organizaciones que llamaron a concentrarse para escuchar a líderes vecinales, comunitarios, del sector salud y voceros de organizaciones no gubernamentales.

Allí se encontraban también dirigente políticos como Miguel Pizarro, diputado de Primero Justicia, y Nicmer Evans, ex chavista que ha desarrollado una posición crítica por la que le han pasado factura sus antiguos compañeros.

Al terminar las intervenciones ambos se abrazaron. Es un gesto que no puede pasar desapercibido. Algunos verán en él una expresión demagógica, oportunista, un acercamiento planificado con alguna ulterior intencionalidad. Yo prefiero verlo de otra manera, prefiero verlo como un gesto espontáneo de dos jóvenes líderes políticos sinceramente preocupados por el país.

Ambos, tanto Pizarro como Evans tienen mucho que decir, han sufrido en carne propia laintolerancia de este régimen. Pizarro es un líder juvenil que tiene una comunicación franca y directa con los miembros de su generación, bien sea obreros, estudiantes o líderes comunitarios. Evans, politólogo, ha fundado un partido llamado Movimiento por la Democracia y la Inclusión (MID) y se lanzó como candidato a la alcaldía de Libertador en las recientes elecciones municipales, sorteando los obstáculos que le pusieron desde el oficialismo donde al parecer molesta más la disidencia de izquierda que la oposición de derecha.


En fin, ambos se abrazaron lo cual no significa una claudicación ni que hayan dejado de profesar sus respectivas posturas políticas. Se trata, simplemente, de un acercamiento entre quienes conciben la política como un acto de civilidad, no de salvajismo; como una manifestación de tolerancia y respeto a la diversidad ideológica.

Tal vez este abrazo no tenga grandes repercusiones mediáticas, no salga en televisión, si acaso en las redes sociales gracias a alguien que tuvo el celular listo para sacar la foto en el momento oportuno. Pero ello no le resta significación: los que estábamos allí no lo olvidaremos. Por el contrario, trataremos de darle un significado que tenga que ver con el difícil momento que estamos viviendo como colectivo.

De hecho, de nosotros depende que gestos como ese sean cada vez más frecuentes e inolvidables. Tenemos la responsabilidad de propiciarlos porque si algo está claro es que la crisis económica, política y social es de tal magnitud que ningún partido político por sí solo puede resolverla ya que se requiere una convergencia de múltiples esfuerzos en todos los ámbitos, que es necesario estimular y coordinar.

Acaso ha llegado el momento de deponer lo que nos separa y fortalecer lo que nos une: la condición humana y la circunstancia, hoy dolorosa, de pertenecer a este país llamado Venezuela en el que un gesto sencillo como un abrazo puede ser el primer paso para la necesaria reconciliación.

Foto: Archivo Efecto Cocuyo

11-02-18




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