Por Marino J. González R.
Hace pocas semanas el FMI
informó sobre las previsiones económicas para el año en curso. Dentro de los
anuncios tuvo especial relevancia que la institución multilateral señalara
que la tasa de inflación de Venezuela para 2018 se estima en 13.864%.
Dicha tasa sería la más grande de las hiperinflaciones ocurridas en América
Latina, al menos en los registros del FMI. También sería la segunda más alta en
todas las hiperinflaciones del mundo, después de la experimentada por la
República Democrática del Congo en 1994 (casi 24.000%).
La estimación del FMI para
2018 ya es una pésima noticia, especialmente porque entrando ya en el séptimo mes
de hiperinflación, todo indica que la tendencia es el empeoramiento de las
condiciones económicas y sociales del país.
Desafortunadamente, las malas
noticias no se agotan allí. Dada la capacidad técnica del FMI, con todos sus
equipos humanos y la larga experiencia en el apoyo al desarrollo de las
economías en los cinco continentes, es previsible que las estimaciones que
realizan tienen la mayor aproximación posible. Eso no significa que sean
exactas, pero indican un escenario a considerar en toda plenitud. Especialmente
porque fue esta institución la que anunció hace dos años que Venezuela, con las
políticas implementadas, iba en el curso de hiperinflación. De hecho, en ese
momento el FMI señaló que la tasa de inflación estimada para 2018 era 3.000%. Como
se ha indicado, la nueva estimación es poco más de cuatro veces superior a la
realizada dos años atrás.
El FMI considera que, de
continuar Venezuela en la dirección actual de las políticas económicas, la tasa
de inflación para cada uno de los años comprendidos entre 2019 y 2023, sería
casi 13.000%. También pronostica el FMI que, en ese marco de políticas, el
crecimiento económico sería negativo en todos los años hasta 2023.De manera que
Venezuela, con la segunda mayor capacidad de compra de América Latina en 1998,
quedaría relegada al lugar número 16 (sobre 19 países de América Latina) en
2023 (una caída de 5 puestos con respecto a 2017, año de inicio de la
hiperinflación). Esto significaría que, en 2023, Venezuela solo superaría a
Nicaragua, Honduras y Haití.
Este es, sin dudas, el peor
escenario económico en el mundo en este momento. Todas las tendencias indican
que el escenario empeora en la medida que la hiperinflación sigue su marcha
descontrolada. Los objetivos del gobierno en las próximas semanas indican que
no se tomarán medidas adecuadas para superar la hiperinflación. Tampoco la
gravedad de la crisis ha sido lo suficientemente grande para que se haya
producido una alianza sólida como alternativa al actual gobierno. Los
venezolanos contemplan con angustia el escenario de destrucción y desprotección
que continúa marcando su vida cotidiana.
02-05-18
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