Por Luis Ugalde S.J.
La gente exige
desesperadamente un paso decisivo para salir de este desastre y el gobierno
inventa una votación fraudulenta para perpetuarlo. La Iglesia, especialmente,
en las grandes tragedias nacionales, debe decir la verdad, hablar, movilizar
conciencias y actuar en defensa de la vida, y el 23-4-18, día en que empezó la
campaña para una votación fraudulenta, exhortó a los venezolanos a no dejarse
atrapar en la desesperación y el miedo. Nos recuerda su propia historia cuando,
luego de que mataron a Jesús, el miedo y la desesperanza se apoderaron de ellos
hasta que el encuentro con Cristo Resucitado los cambió, los reagrupó y los
lanzó a la calle, llenos de esperanza, predicando a Jesús como vida y
demostrando que el amor es más fuerte que la muerte.
Ahora nuestros obispos hablan
de lo que todo el mundo sabe y el gobierno se empeña en negar: “Comprobamos,
alarmados, cómo los males señalados en nuestra Exhortación Pastoral de enero de
este año se han agravado: la hiperinflación ha acrecentado el empobrecimiento
general de la población, con la descomposición de la calidad de vida de todos.
La carencia generalizada de los servicios públicos de luz eléctrica, agua, gas,
en todo el país que hace más difícil la vida. Todo ello ante la
sorprendente indiferencia de los responsables gubernamentales de estas áreas
para solventar estos problemas.
“El Estado ve cada día más
comprometido su rol sustitutivo para asegurar los insumos básicos para la
subsistencia del pueblo. Todo esto se traduce en más hambre y
desempleo. A ello se suma el aumento de la insalubridad por la aparición
incontrolable de epidemias y de enfermedades en las poblaciones más
vulnerables, con el agravante de la carencia de medicamentos para los
tratamientos. Toda esta problemática está generando un gran número de protestas
a lo largo y ancho de todo el país que, aunque silenciadas por los medios de
comunicación, se van acrecentando.
“La emigración está
tomando cada día mayores proporciones. Afecta a todos los niveles sociales. Se
realiza en condiciones cada vez más precarias. Rompe los lazos familiares, trae
consigo desolación y abandono de los mayores y de los niños. Las muertes, que
ya comienzan a producirse de hermanos emigrantes, siembran mayor dolor en sus
familias. Agradecemos a los países que han acogido, a través de sus
organizaciones de ayuda humanitaria, a los venezolanos que se han visto obligados
a salir del país. De igual forma a las instituciones eclesiales que trabajan
con migrantes, a las Cáritas, por la atención brindada a los hermanos
venezolanos”.
Elecciones presidenciales
ilegítimas
“Ante problemas humanos de tal
magnitud se deslegitima la realización de las elecciones presidenciales, convocadas
para el próximo 20 de mayo”. El gobierno inventó votaciones dictatoriales
precipitadas para evitar las obligadas elecciones presidenciales libres y
justas y democráticas de fines de 2018. Para ello el régimen creó, de manera
anticonstitucional y fraudulenta una asamblea nacional constituyente que, como
instancia supraconstitucional, usurpa el Poder Ejecutivo, el Judicial, el
Legislativo y el Electoral y decide las elecciones fraudulentas del 20-M, sin
condiciones democráticas.
“Tal como están concebidas,
sin las suficientes garantías que identifican todo proceso electoral libre,
confiable, transparente con innumerables inhabilitaciones de posibles
candidatos, lejos de aportar una solución a la crisis que vive el país, pueden
agravarla y conducirlo a una catástrofe humanitaria sin precedentes. Por
tanto, es urgente su postergación para el último trimestre del año.
“Hacemos nuevamente un
apremiante llamado, en primer lugar, a los gobernantes y responsables de la
nación, a tomar conciencia de su responsabilidad en todos estos males, a
escuchar al pueblo y a abocarse, sin más dilación, con la ayuda y colaboración
de la empresa privada, e incluso de países hermanos, si hace falta, a controlar
la hiperinflación, a facilitar la búsqueda de soluciones políticas que detengan
estos males, antes de que alcancen proporciones incontrolables y cotas
dolorosas de destrucción y muerte. En segundo lugar, todos los venezolanos
hemos de tomar conciencia de que está en juego en estos momentos no solamente
la realización de un evento comicial más o la merma transitoria de la calidad
de vida de un pueblo, sino su misma existencia como nación libre, fraterna y
democrática.
“Con la fuerza de la fe y el
empuje de la esperanza, es posible asumir valientes y decididas actitudes de
solidaridad y darle un rumbo distinto a esta historia de muerte”.
Parece muy difícil que el
gobierno pueda perder esta votación fraudulenta y descarada del 20-M, pero al
día siguiente la situación será más desesperada y mayor el clamor por el
cambio.
03-05-18
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