Papa Francisco 12 de mayo de 2018
Evangelio
según San Juan 16,23b-28
Pidan
y se les dará: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, Él se lo concederá en mi
Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y
tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de
parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino
que les hablaré claramente del Padre. Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y
no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que Él mismo los ama,
porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine
al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre" Palabra del Señor
Reflexión
del Papa Francisco
Jesús,
por decirlo de modo un poco fuerte, nos desafía a que oremos, y dice así:
"Todo
lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su
Hijo".
Si me
piden algo en mi nombre, yo lo haré... Esto es muy fuerte.
¿Tenemos
el valor de ir a Jesús y pedirle así: Tú nos has dicho esto, hazlo. Haz
que la fe vaya adelante, haz que la evangelización avance, haz que
este problema que yo tengo se resuelva…? ¿Tenemos esta valentía en la oración?
¿O
rezamos un poco así, como se puede, empleando poco tiempo en la oración? ¿Y el
valor, la parresía, la audacia para decir la verdad, también en la oración?.
En la
Biblia leemos que Abraham y Moisés tuvieron el valor de negociar con el Señor.
Un valor a favor de los otros, a favor de la Iglesia, que hoy también es
necesario.
Cuando
la Iglesia pierde la valentía, entra en ella la atmósfera de tibieza. Los
tibios, los cristianos tibios, sin valor… eso hace tanto daño a la Iglesia,
porque la tibieza te lleva hacia dentro, y comienzan los problemas entre
nosotros: no tenemos horizontes, no tenemos valor, ni la valentía de la oración
hacia el Cielo, ni tampoco el valor de anunciar el Evangelio.
Somos
tibios... Nos centramos entonces en nuestras cosas pequeñas, en nuestros celos,
en nuestras envidias, en el carrerismo, en el avanzar de modo egoísta… en todas
estas cosas. Pero eso no hace bien a la Iglesia: la Iglesia debe
ser valerosa.
Todos
nosotros debemos ser valientes en la oración, desafiando a Jesús. Que el Señor
nos dé a todos la gracia de la valentía y la perseverancia en la oración. (Homilía
en Santa Marta, 02 de mayo de 2013)
Oración
de sanación
Señor,
Dios de mi vida, cómo no seguir las indicaciones que me das en tu Palabra si
ellas son fuente de sabiduría y están cargadas de tanto amor.
Tú
quieres lo mejor para mí, por eso me dices que le insista al Padre, que lo
busque, lo llame, que le pida con fe, que confíe en su bondad y en su amor.
Mi
Señor, Tú guardas aquello especial para mí y que tanto lo necesita mi alma,
sólo esperas a que yo abra mi corazón y crea en tu proyecto de vida.
No
temo buscarte ni pedirte ni me cansaré de invocarte el tiempo que sea, porque
sé que sabes el tiempo indicado para darme todas tus bendiciones.
Gracias
tu amor sin medida. Cuento con tu presencia que me protege y en que me das las
soluciones que necesito para salir victorioso en tu tiempo.
Gracias
por hacerme comprender que tu amor sobrepasa toda necesidad. En Ti he podido
encontrar la paz verdadera, fuerzas y consuelos para mi alma.
Tú
eres quien me cuida, quien me provee. Eres Tú mi refugio y mi tienda del
encuentro. Eres Tú quien me sostiene y me llevas por caminos de bien.
Confío
en que escuchas mi plegaria, en que la atiendes y colmas de gracia a mi
sediento corazón. Confío en tu Amor de Padre y eso me basta. Amén.
Propósito
para hoy
Practicar
el desprendimiento de los bienes materiales donando algo que me gusta a la
parroquia más cercana.
Frase
de reflexión
"Queridos
jóvenes, no tengan miedo a casarse. Unidos en matrimonio fiel y fecundo, serán
felices". Papa Francisco
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