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domingo, 1 de julio de 2018

Ana Rosario Contreras: Las enfermeras estamos en pobreza extrema por @ElPitazoTV



Por Armando Altuve


La presidenta del Colegio de Enfermería del Distrito Capital aspira a que el Ejecutivo nacional otorgue al personal salarios similares a los que ha aprobado para los funcionarios de la Fuerza Armada Nacional

El teléfono celular de Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería del Distrito Capital, no ha parado de sonar desde que arrancó el pasado lunes, 25 de junio, el paro indefinido del personal de enfermería en los hospitales públicos del país para exigir mejoras salariales. De hecho, lo mantiene conectado al CPU de su computadora para cargar la pila y evitar que se le apague. A su celular no han dejado de llegar mensajes ni llamadas sobre reportes de lo que ocurre en los centros de salud donde hay protesta activa, denuncias o solicitudes de entrevista. “El gremio de enfermería decidió alzar su voz porque está cansado”, asegura.

Contreras afirma que tomar la decisión de ejecutar un paro indefinido no fue fácil, aunque reconoce que, desde hace cuatro años, el sector salud está inmerso en paralización técnica porque no hay insumos para atender a los pacientes. Fue el reciente aumento de salario mínimo integral de Bs. 5.196.000, decretado por el presidente Nicolás Maduro, lo que motivó al personal de enfermería a pararse. “Pareciera que el Presidente no está enterado de que hoy un cartón de huevos cuesta cuatro millones de bolívares”, cuestiona.

Como enfermera con más de 30 años de servicio, Contreras relata lo que es vivir con un salario de Bs. 1.200.000 mensual: dice que no le da pena admitir que en su casa ha tenido que cocinar lentejas con arroz tres veces a la semana; asegura que olvidó el sabor del pollo y piensa que el banco le embargará bienes porque su sueldo no le permitirá pagar sus tarjetas de crédito. El sueldo no alcanza para comprar detergentes para lavar los uniformes ni reponer sus zapatos. “Las enfermeras estamos en pobreza extrema”, enfatiza.

El grito desesperado resonó en otros estados: el 25 de junio, cuando empezó el paro, la actividad se desarrolló en 19 hospitales de Caracas; al día siguiente, en varios centros de salud de 17 estados y, luego, en todos los 24. A la protesta se sumaron médicos y obreros. El paro es presencial. No se abandonará el hospital y solo se atenderán las emergencias, a pesar de que los servicios también registran fallas en insumos y medicamentos. “Maduro estaba al tanto de este descontento y sabía que esto iba ocurrir”, sostiene.


Contreras indicó que el salario de las enfermeras debe equiparse con el de los funcionarios de la Fuerza Armada Nacional | Foto: Hirsaid Gómez

─ ¿Por qué ahora el personal de enfermería decide pararse de manera indefinida?

─La lucha del sector salud ha sido activa desde el año 2014, cuando observamos que los hospitales comenzaban a registrar fallas en insumos y medicinas; incluso eso nos motivó a apoyar el llamado a la apertura del canal humanitario y a la declaratoria de la emergencia humanitaria que efectuó la Asamblea Nacional el 4 de marzo de 2016. Eso era necesario, porque estábamos viendo a los pacientes morir en los centros de salud.

El personal de enfermería ha sido testigo presencial de cómo se ha agravado la crisis de salud: hemos visto unidades de nutrición que no les garantizan alimentos ricos en proteína a los pacientes, que se les da una arepa sola; hemos tenido que ver cómo las enfermeras, luego de que el médico pide la aplicación de un antibiótico, al ir a la farmacia les dicen que no hay el que el especialista recomendó o te dicen que tienen otra presentación que el paciente no requiere, pero es lo que hay disponible; los médicos no aplican tratamientos en consonancia con lo que establecen los pautas y protocolos, sino con lo que el Gobierno manda a los hospitales y, por eso, muchas veces, la recuperación del paciente es lenta o no se obtienen los resultados esperados.

Si vamos al laboratorio, nos encontramos con que no hay reactivos; si vamos a radiología, nos dicen que no hay material para las placas; si no hay agua y se le pide al personal de mantenimiento que solvente el problema, nos comunican que no hay repuestos. El profesional de la enfermería ha sido testigo presencial de la crisis de salud. Y a eso le sumas el tema de los bajos salarios que no cubren las necesidades de las enfermeras, el sueldo no le alcanza para comprar ni siquiera un detergente para lavar sus uniformes, no les rinde para alimentar a sus familias.

─Posiblemente, algunos al oír la palabra paro pensarían que nadie iría a trabajar a los hospitales. Pero hemos visto la presencia activa de los enfermeros en los centros de salud; hay una protesta y un reclamo, más que un abandonó de los centros de salud ¿Cuál es la característica de este paro indefinido?

─Lo que hemos visto es una presencia multitudinaria de todas las enfermeras, a la que se han sumado médicos y obreros también, porque tienen el mismo clamor por un salario digno. Así como estamos viendo fallecer a nuestros pacientes por falta de insumos, también estamos viendo que nuestras enfermeras no pueden siquiera pagarles estudios a sus hijos. Esto es un paro presencial. A lo mejor una fábrica puede pararse, pero nosotros no podemos dejar de brindar atención en las emergencias, por ejemplo. Entonces, se pidió responsablemente a las enfermeras que no abandonaran los centros de salud porque nosotros no queremos ser como el Gobierno, que abandonó su responsabilidad. Nosotros no vamos a agudizar la crisis que generó el Gobierno.

─ ¿La escasez de insumos y medicinas ya no suponía un paro técnico de los servicios?

─Desde hace rato el sector salud está en paro técnico. Nuestra línea de acción con esta protesta es no dejar de cumplir los tratamientos, ¿pero cómo se aplica eso si no hay medicinas? Si ese tratamiento que requiere el paciente no se cumple durante el paro indefinido de enfermeras, es porque no hay medicinas en el centro de salud. Este paro es muy sui géneris y a nosotros nos duele el paciente. Sin embargo, nos ponemos la mano en el corazón y pedimos calidad de vida. Las enfermeras estamos en pobreza extrema. No tenemos dinero ni para lavar los uniformes, ni para comer bien. Hay enfermeras más delgadas, incluso hasta hemos sabido que algunas se desmayan por hambre.

─ ¿Cuál es el balance de la jornada de paralización?

─En principio, el paro se convocó solo para ser acatado por los hospitales del municipio Libertador de Caracas, pero la situación de pobreza extrema en la que estamos las enfermeras obligó a que este llamado se extendiera al resto del país. El 25 de junio, 19 hospitales de Caracas se pararon; es decir, una paralización de 80 %. Luego, el paro se acató en 17 estados del país y, a los días, el paro era asumido en los 24 estados. Se mostró el desespero de las enfermeras.

Nosotros tomamos la decisión de ir a un paro indefinido el 25 de junio luego de que el presidente de la República, Nicolás Maduro, decretara un salario mínimo integral de 5.196.000 bolívares; al oír eso, el gremio cayó en depresión. Entonces, en una asamblea concluimos que el Presidente no está entendiendo la grave crisis económica del país o no quiere entender que un cartón de huevos está costando cerca de cuatro millones de bolívares; no quiere entender que con una caja Clap (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) nosotros vamos a parar la protesta y nos vamos a conformar. Desde el año pasado, las autoridades del Ministerio de Salud, incluso el mismo Maduro, saben de nuestras peticiones. Maduro estaba notificado de que esta acción del personal de salud sería tomada.

Contreras pidió al nuevo ministro de Salud que busque soluciones a la crisis de salud | Foto: Hirsaid Gómez

─ ¿Cree que con la designación del nuevo ministro de Salud, Carlos Humberto Alvarado, habrá una luz al final de túnel para allanar el camino a una solución?

─Sin dar juicios a priori, esperamos que se convierta en un gestor de soluciones a los problemas de salud y no se en un actor político partidista, como lo era López, que, a mi juicio, solo completó el cuadro nefasto de los funcionarios que han tenido la responsabilidad de velar por la salud en el país. Nosotros vimos que Maduro catalogó de humanista al nuevo ministro; entonces, esperamos que profese ese humanismo. Lo que esperamos son soluciones reales y no pantallerismos. López solo se dedicó hacer reparaciones en hospitales y, al final, sabíamos que esas unidades nuevas no tenían insumos ni había personal para atender a los pacientes que ingresaban.

─ ¿Cómo valora la gestión del exministro de Salud, Luis López?

─López pasó sin pena y sin gloria. En 2017, nosotros le enviamos una comunicación con nuestras demandas a la exministra Antonieta Caporale y su respuesta fue enviarnos a los colectivos para agredirnos luego de que entregamos el documento. Cuando ella sale del despacho, intentamos acceder a Luis López, pero cuando le fuimos a entregar el pliego de peticiones, su respuesta fue enviar a la Guardia Nacional. Cuando decimos protestar masivamente en el Hospital Vargas, ¿cuál fue la respuesta de López? Mandar al jefe de seguridad del Ministerio de Salud para que golpearan a un dirigente sindical como Pablo Zambrano, e incluso secuestrar a un camarógrafo de Vivo Play. Fue un ministro que nunca escuchó. Nosotros no pedimos una reunión secreta con los ministros, pues la realidad de los hospitales es bien conocida. Hoy el personal de enfermería también recibe amenazas por protestar por sus derechos laborales, pero ¿qué les puede pasar? los van a despedir por 600.000 bolívares quincenales?

─Entendiendo la realidad económica, caracterizada desde hace meses por la hiperinflación, ¿cuánto debería devengar una enfermera?

─La respuesta la tiene la Constitución. El artículo 91 establece el derecho al trabajo como un hecho social, y el mismo texto se obliga al Gobierno a tomar como referencia para calcular el salario tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica. El Cendas (Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores) indicaba que el precio de la canasta estaba cerca de 200 millones de bolívares. Si bien no hay no hay un precio oficial, porque el Banco Central de Venezuela no da cifras, la mayor referencia del ciudadano es cuando va al mercado y se da cuenta que con 5 millones no podrá comprar todos los productos que necesita. Una enfermera debería ganar, en este momento, cerca de 500 millones de bolívares: ese debería ser un salario adecuado a la realidad económica y al costo de la canasta.

Contreras: “nosotros no queremos tener reuniones secretas con los ministros de Salud” | Foto: Hirsaid Gómez

─En una economía hiperinflacionaria es complicado plantear un salario ideal…

─Nosotros somos conscientes de que hay una crisis económica y nosotros no le vamos a dar cifras al Gobierno, porque sabemos que toda propuesta de salario la pulverizará la inflación; pero lo que nosotros como gremio sí le pedimos al Gobierno es que, al calcular el salario del personal de salud, tome en cuenta los mismos criterios con los que ajustó el sueldo de los militares, que ronda los 100 millones de bolívares. Si los funcionarios de la de la Guardia Nacional, por resguardar la seguridad de los venezolanos, a pesar de los excesos en que cometen al reprimir a los ciudadanos, tienen derecho a un sueldo digno, el personal de enfermería, que cura a quienes a veces ellos agreden por protestar, también merecemos un salario adecuado.

─ ¿Han sido obligadas las enfermeras asumir prácticas contrarias a lo establecido para una buena asistencia médica?

─Te lo explico solo con un caso: cuando me formé como enfermera, hace más de 30 años, en los hospitales se usaba una inyectadora de vidrio que se esterilizaba; pero cuando ese proceso no se hacía bien, había riesgos de infección. Con el tiempo, se empezó a usar material descartable, que solo se usa una vez. Hemos denunciado que en hospitales como el pediátrico Julio Criollo Ribas, de El Cementerio, se les pide a las enfermeras usar una inyectadora descartable por 24 horas; es decir, están instando al personal de enfermería a recurrir en una práctica que viola protocolos en pediatría. No desconocemos las carencias, pero no nos pueden obligar a violentar nuestras buenas prácticas, porque la responsabilidad del profesional es individual y, por encima de cualquier responsabilidad penal, se puede comprometer la vida de un niño, que, además, según las diferentes legislaciones del Estado, goza de una protección especial.

─¿Cómo se pueden proteger las enfermeras ante esa situación?

─Una forma de protegerse es reportando la irregularidad. Pero, insisto, más allá de una responsabilidad legal, es la ética la que está en juego. Nuestra Ley de Ejercicio de la Enfermería sostiene que el primer compromiso que debe asumir el profesional es con la vida y la salud. El respeto a esos derechos implica aferrarme a mis buenas prácticas, que deben ser seguras y libres de riesgos prevenibles. Yo puedo prevenir una contaminación del paciente, si me lavara las manos con jabón, pero en los servicios no hay. Se podría reducir el riesgo de infecciones si un servicio se limpia adecuadamente con los desinfectantes hospitalarios, pero no hay productos, ni siquiera se cuenta con agua corriente para mantener la limpieza.

─ ¿Qué ha pasado con el enfermero del Hospital Universitario de Caracas, Alonzo Román, quien fue detenido por presuntamente hurtar insumos del centro de salud?

─Román sigue detenido en la delegación del Cicpc (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas) de Santa Mónica. El 19 de junio solicitamos ante el Ministerio Público que se abriera una investigación sobre los militares de la Guardia del Pueblo que actuaron en este procedimiento, porque consideramos que hubo un abuso de poder, porque ese caso no tuvo denunciantes; él no fue detenido en flagrancia y, además, se le violentó su presunción de inocencia.

─ ¿Es cierto que a Román le “sembraron” más insumos de los que le consiguieron en su locker?

─Hay testigos que irán a tribunales que aseguran que Román no tenía en su locker la cantidad de insumos que salieron en las fotos que tomaron las autoridades y después difundieron en medios del oficialismo. Aquí debo agregar algo: ese día, cuando las autoridades requisaron todos los lockers de las enfermeras, estaba la jefa del Departamento de Enfermería; pero el estante de Román solo fue supervisado por los funcionarios de la Guardia del Pueblo. Lo que creemos es que esto fue un montaje para buscar culpables de la crisis.

─ ¿Responsabilizar a los enfermeros de la escasez de insumos en los hospitales?

─Sí. Con esta detención arbitraria y la de dos colegas en el Materno Infantil de La Guaira, el Gobierno quiso dar a entender que aquí no ha crisis humanitaria; que no puede comprar insumos por el bloqueo económico, pero lo poco que envía se lo roban las enfermeras.

La enfermera admitió que existen mafias en los hospitales que roban insumos y pidió denunciarlas | Foto: Hirsaid Gómez

─ ¿Qué decidieron hacer las enfermeras del Hospital Universitario de Caracas tras la detención de Román?

─ Luego de la requisa que hicieron las autoridades, las enfermeras decidieron que no iban a guardar más nada en sus lockers, y si durante la guardia el paciente necesita algún insumo, que el hospital resuelva. Las enfermeras dijeron que no se dejarían tratar como unas delincuentes por guardar medicamentos. Cuando Román estaba de guardia, le pidieron que abriera su locker y se encontraron dos inyectadoras, dos yelcos y dos soluciones. Las enfermeras dijeron que les estaban dejando el material para que lo resguardara en su locker porque había mafias que se estaban llevando los insumos y eso se ha denunciado dentro del Hospital Universitario.

─Tengo entendido que es una práctica común del personal de enfermería guardar material para reservas de insumos.

─Claro, eso es lo que nosotras llamamos reservas, caletas, cajita feliz. Y esa práctica se ha acentuado desde el momento en que los suministros comenzaron a mermar en los hospitales. A las enfermeras se les entrega una serie de insumos médicos y, generalmente, se guarda parte de ese material en una caja para que una enfermera que tenga guardia y necesite, por ejemplo, tomar una vía, tenga un yelco a la mano. Eso nadie se lo lleva del hospital, sino que se resguarda en el locker que se le asigna a la enfermera en el centro de salud.

─Hay familiares y pacientes que acusan directamente a las enfermeras de vender insumos del hospital.

─Hay gente que dice que las enfermeras los venden; pero no voy a defender a ultranza a una enfermera, porque en esta vida, como hay buenos, también hay malos. Pero si alguna persona o paciente ve que una enfermera le quiere vender un medicamento o insumo del hospital, denúnciela ante el Departamento de Enfermería; si no, al Colegio de Enfermería, porque esa práctica es antiética. Nosotras no podemos quedar como bachaqueras. Entiendo que hay una situación económica difícil, pero no se puede actuar como un delincuente.

─La detención de Román le resta un enfermero más al Hospital Universitario de Caracas, un profesional que hace falta ante la diáspora del personal de enfermería que ustedes en el colegio han registrado. ¿Tienen estimaciones de cuántas enfermeras se han ido del país por la situación económica y de los salarios?

─Hasta noviembre, solo en hospitales de Caracas, calculamos que unas 300 enfermeras se fueron a probar suerte en el exterior. En principio, eran muchachas que iban a los hospitales y se desencantaban con los salarios. Desde que comenzó el año 2018 y la crisis económica se complicó, empezamos a ver que eran mujeres con hijos y que arrastraban muchas carencias, y ahora vemos que hasta enfermeras jubiladas se van de los centros de salud sin esperar su pago por años de servicio, que es lo que se ha registrado en los hospitales Pérez Carreño, Maternidad Concepción Palacios y Universitario Caracas.

─ ¿A qué países emigran las enfermeras?

─Se van a Chile, Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, España, incluso a China y a Nigeria.

─ ¿Las enfermeras han dejado de ejercer?

─Sí, y las encontrarás vendiendo café en el bulevar de Sabana Grande o trabajando como taxistas. Las colegas nos dicen que no van a ir a trabajar a un hospital que no ofrece condiciones para ganar un salario que no les alcanza para comprar nada. Ni siquiera trabajando en el sector privado pueden compensar el salario que devengan en el sector público. Porque si en las clínicas, por los altos costos en los servicios, no se reciben ingresos, ¿cómo se les paga a las enfermeras?

29-06-18




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