Por Andrea Tosta
La presencia de Acción
Democrática (AD) en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) pendía de un hilo
desde hacía meses. “Cuando los acuerdos no se respetan, no puede haber unidad”,
justificó el diputado adeco William Dávila a El Pitazo, quien
confirmó que los roces entre la organización y la MUD se generaban desde
finales del año pasado. La separación de la tolda blanca se esperaba
dentro de la coalición de partidos como “el divorcio de un matrimonio fallido”,
como confesó de forma extraoficial una fuente del G4.
El secretario general del
partido, Henry Ramos Allup, atribuyó el pasado 5 de julio a “temas operativos
que impedían el rápido funcionamiento” las causas de la separación de
la organización de la plataforma unitaria. Dávila amplió que las
designaciones de las vocerías y las convocatorias se generaban a destiempo. “La
falta de eficacia y de prontitud de la respuesta de los integrantes de la MUD
con esas cosas tan sencillas le quita credibilidad. Como ha venido funcionando
no ha sido lo más apropiado y no estamos al compás del pueblo venezolano. El
retiro de AD tiene que servir de una voz de alerta, de revisión”.
Otra fuente de la alta esfera
de la MUD especificó que el problema es motivo de roces constantes entre la
dirigencia de AD y Un Nuevo Tiempo (UNT) con los representantes de Primero
Justicia (PJ) y Voluntad Popular (VP) que, en oportunidades, “burocratizan”
decisiones de menor impacto político como las ruedas de prensa. “Es algo que lo
hemos venido reclamando varios. No puede ser una unidad artificial, donde se
dice una cosa en reunión y divulgan otra en comunicados”, indicó a El
Pitazo.
La designación aún pendiente
del secretario general o coordinador de la Unidad también hizo mella en el
distanciamiento del “partido del pueblo”. Era una tarea pendiente desde hacía
cinco meses, según el diputado Dávila, y figuraban nombres como el de los
políticos Ramón Guillermo Aveledo y Gerardo Blyde; también se barajó el nombre
de Jorge Roig, expresidente de Fedecámaras, e incluso la vuelta de Jesús “Chúo”
Torrealba, quien para el momento de la victoria opositora en los comicios
legislativos de 2015 estaba al frente de la plataforma unitaria. “Eso es
algo que se pudo haber hecho, ya se debería haber nombrado el secretario de la
Mesa y no se ha decidido a estas alturas”, aseguró el diputado Dávila.
La Unidad resolvió una
coordinación sin cabeza pública para una llamada “junta de conducción”, que
incluyó a los partidos La Causa R y el Movimiento Progresista de Venezuela
(MPV). El diputado Simón Calzadilla desmintió el 30 de mayo de este año, fecha
en la que anunciaron la reestructuración de la agrupación con un G6, que
Aveledo volviese a dirigir la MUD . La intransigencia de un solo partido
“vetó” la presencia renovada del politólogo, confesó una fuente del G4
a El Pitazo.
Juntos, pero no revueltos
Dentro del ahora G5 se
comenta: “Sin AD no hay Mesa como la conocemos”. El diputado Dávila aseveró que
la separación se hizo con el respaldo de la militancia adeca. “Ahora estamos
más motivados a luchar. AD no es un simple movimiento electoral, es la
revolución democrática”, reiteró.
Para el director del Centro de
Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Benigno
Alarcón, es una separación que no está escrita en piedra. Un regreso de AD a la
MUD está en su panorama como una posible opción. “Entre los acuerdos y el hecho
que decidieron salirse para presionar, puede terminar en que se tome una
decisión en la Mesa y a lo mejor regresa”.
Con la tolda blanca fuera de
la coalición, el profesor de la Ucab explicó que “es muy probable que haya
acuerdos y negociaciones a la hora de una elección, cuando se vea obligada a
coordinar con los otros partidos. Si no, van a terminar perdidos”. La falta de
encuentro mínimo es una de las cuentas pendientes, cuya última
materialización fue la tarjeta unitaria para las parlamentarias de 2015.
“Lamentablemente es una debilidad. Hoy y siempre, no hay coordinación en los
acuerdos importantes, de mayor contenido, en la estrategia, más allá de la
competencia electoral”.
Alarcón enfatizó que es mejor
una “alianza funcional” y “operativa” para unificar a aquella fracción
opositora, ahora desprestigiada. Que AD esté fuera de la MUD “puede
implicar la muerte de la coalición, dependiendo de cómo se maneje, o su
fortalecimiento si quieren mantener la unidad”. Dentro de la tolda blanca
tampoco hay intenciones en unirse a los esfuerzos de la plataforma liderada por
Henri Falcón, una vez derrotado en los comicios del 20 de mayo, ni tampoco
crear una particular.
A un año del compromiso
“¿Qué razones hay para que no
haya sinceridad en los acuerdos?”, se preguntó Dávila, en referencia al incumplimiento
del “Compromiso Unitario para la Gobernabilidad”. AD lo firmó hace casi un año,
el 19 de julio de 2017, junto a 20 organizaciones más, entre las que
destacan PJ, VP y UNT (el llamado G4), incluso Vente Venezuela y Alianza Bravo
Pueblo, ahora opuestos a la dirección política de la coalición.
La mayor ruptura se remite a
la candidatura unilateral de Henri Falcón en los comicios conjuntos del pasado
20 de mayo, solicitados por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC),
desconocida por la MUD, avaladas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y
adelantadas para el segundo trimestre de 2018. El exgobernador de Lara se
separó de las filas de la Mesa y compitió en las presidenciales, cuestionadas
por buena parte de la comunidad internacional y la oposición venezolana.
Desconoció Falcón que la
escogencia del candidato de la MUD debía ser el resultado de unas primarias
como sucedió en 2012, acto que materializó al separarse de la plataforma
opositora y se postuló con el apoyo del Movimiento al Socialismo (MAS), una
fracción de Copei, partido intervenido por el TSJ desde 2015, y Avanzada
Progresista, tolda que fundó y lo ha acompañado desde que fue gobernador en
Lara.
En contraposición, el
secretario general de AD, Henry Ramos Allup, ha resaltado que la dirección de
su partido ha respetado los acuerdos políticos para las parlamentarias de 2015,
donde la oposición alcanzó una mayoría calificada de diputados en la Asamblea
Nacional y se han acogido a respetar la integración de las directivas de los
períodos parlamentarios, presidencias y vicepresidencias, los derechos de
palabra y las presidencias de las comisiones.
06-07-18
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