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martes, 21 de agosto de 2018

Ingobernable, por @fernandocaminop




Fernando Camino Peñalver 20 de agosto de 2018


Los anuncios hechos por el régimen el pasado 17 de este mes, le enreda más la situación a la familia venezolana. La verdad es que las medidas anunciadas, no son más que eso medidas inconsultas y arbitrarias, además de incoherentes, que pretenden gobernar lo absolutamente ingobernable: la economía

El viernes rojo pasará a nuestra historia como un día infame que aumentará los niveles de pobreza, de desempleo, de escasez y de carestía de alimentos a nuestra población. Los anuncios de ese aciago día, traerán consigo mayor desnutrición en los sectores más vulnerables, más enfermedades y se acentuará la emergencia humanitaria que está padeciendo la mayoría de nuestra nación.

En el sector de la producción agroalimentaria el aumento desmedido del salario propuesto por el gobierno es impagable para la mayoría de las unidades primarias de producción, para la pesca industrial y para las medianas y pequeñas agroindustrias, quienes tendrán que hacer una importante reducción de personal o ir a la quiebra.

Es insensato un aumento de salarios sin el aumento de la productividad. La producción y la productividad de alimentos en nuestro país están vedadas debido a la inseguridad jurídica, al irrespeto a la propiedad y a los innumerables, controles que ejerce el régimen sobre nuestro sector. Para poder soportar aumentos salariales como el propuesto por el régimen, debemos tener rentabilidad de nuestra producción, para ello es necesaria la restitución de la seguridad jurídica, el respeto a la propiedad, el restablecimiento de las libertades económicas y políticas públicas dirigidas a promover la producción. Nada de esto anunció el gobierno.

Los aumentos de salarios generan mayor demanda de alimentos, demanda que no puede ser satisfecha por la producción nacional debido a las condiciones ya señaladas. La contracción de la oferta nacional tendrá como resultado serios niveles de escasez y mayor aumento de los precios, es decir mayor crecimiento de la hiperinflación.

El aumento del diesel y de la gasolina es otra medida que elevará los costos de producción de todo el componente de los circuitos de producción agroalimentarios. Los costos de producción de la mayoría de los rubros del sector, se encuentran controlados por el gobierno y sería imposible trasladar el aumento de los combustibles al precio final. Resulta incoherente una medida de aumento de un insumo tan importante como los combustibles, sin el debido reconocimiento del impacto de éste en los costos de producción del sector agroalimentario.

Hemos venido planteando que con este régimen será imposible corregir los desequilibrios macroeconómicos que están afectando a todos los sectores productivos. Las medidas de tipo cambiario y monetario van en contravía del estímulo a la producción y a la propensión a invertir en nuestro país. Anclar el tipo de cambio a una criptomoneda de dudosa aceptación internacional, creará mayor desconfianza hacia nuestro signo monetario e impulsará el crecimiento del denominado dólar libre y con ello el aumento de la hiperinflación.

Mientras se exonera a Pdvsa y a los importadores del pago de impuesto, se castiga a la población con un aumento del IVA y de la gasolina. Pero peor aún es anunciar que no se emitirá dinero inorgánico y se propone un aumento de salarios desproporcionado en relación a los niveles de producción nacional, se promete un bono extra mediante el carnet de la patria y se asume parte del pago del aumento salarial de algunas empresas por 90 días, sin contar con ingresos adicionales que equilibren el déficit fiscal, esto es bastante más que un disparate.

Pretender avanzar una reforma económica con una industria petrolera quebrada sin capacidad de aumentar su producción, con una disminución de un -15% del PIB para finales de este año y con el pago de la deuda externa en default, es mucho más que una insensatez. El régimen está atrapado en su laberinto y no tiene forma de salir porque cerró todas las vías democráticas.

Únicamente podremos salir de esta pesadilla con la llegada de un Estado Democrático que genere la confianza tanto interna como externa, que propicie el apoyo financiero y las inversiones necesarias para desarrollar nuestro país.  Estamos en el momento propicio, el país se puede recuperar, más pronto de lo que los pesimistas imaginan.

Fernando Camino Peñalver


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