Fernando Camino Peñalver 20 de agosto de 2018
Los
anuncios hechos por el régimen el pasado 17 de este mes, le enreda más la
situación a la familia venezolana. La verdad es que las medidas anunciadas, no
son más que eso medidas inconsultas y arbitrarias, además de incoherentes, que
pretenden gobernar lo absolutamente ingobernable: la economía
El
viernes rojo pasará a nuestra historia como un día infame que aumentará los
niveles de pobreza, de desempleo, de escasez y de carestía de alimentos a
nuestra población. Los anuncios de ese aciago día, traerán consigo mayor
desnutrición en los sectores más vulnerables, más enfermedades y se acentuará
la emergencia humanitaria que está padeciendo la mayoría de nuestra nación.
En el
sector de la producción agroalimentaria el aumento desmedido del salario
propuesto por el gobierno es impagable para la mayoría de las unidades
primarias de producción, para la pesca industrial y para las medianas y
pequeñas agroindustrias, quienes tendrán que hacer una importante reducción de
personal o ir a la quiebra.
Es
insensato un aumento de salarios sin el aumento de la productividad. La
producción y la productividad de alimentos en nuestro país están vedadas debido
a la inseguridad jurídica, al irrespeto a la propiedad y a los innumerables,
controles que ejerce el régimen sobre nuestro sector. Para poder soportar
aumentos salariales como el propuesto por el régimen, debemos tener
rentabilidad de nuestra producción, para ello es necesaria la restitución de la
seguridad jurídica, el respeto a la propiedad, el restablecimiento de las
libertades económicas y políticas públicas dirigidas a promover la producción.
Nada de esto anunció el gobierno.
Los
aumentos de salarios generan mayor demanda de alimentos, demanda que no puede
ser satisfecha por la producción nacional debido a las condiciones ya
señaladas. La contracción de la oferta nacional tendrá como resultado serios
niveles de escasez y mayor aumento de los precios, es decir mayor crecimiento de
la hiperinflación.
El
aumento del diesel y de la gasolina es otra medida que elevará los costos de
producción de todo el componente de los circuitos de producción
agroalimentarios. Los costos de producción de la mayoría de los rubros del
sector, se encuentran controlados por el gobierno y sería imposible trasladar
el aumento de los combustibles al precio final. Resulta incoherente una medida
de aumento de un insumo tan importante como los combustibles, sin el debido
reconocimiento del impacto de éste en los costos de producción del sector
agroalimentario.
Hemos
venido planteando que con este régimen será imposible corregir los
desequilibrios macroeconómicos que están afectando a todos los sectores
productivos. Las medidas de tipo cambiario y monetario van en contravía del
estímulo a la producción y a la propensión a invertir en nuestro país. Anclar
el tipo de cambio a una criptomoneda de dudosa aceptación internacional, creará
mayor desconfianza hacia nuestro signo monetario e impulsará el crecimiento del
denominado dólar libre y con ello el aumento de la hiperinflación.
Mientras
se exonera a Pdvsa y a los importadores del pago de impuesto, se castiga a la
población con un aumento del IVA y de la gasolina. Pero peor aún es anunciar
que no se emitirá dinero inorgánico y se propone un aumento de salarios
desproporcionado en relación a los niveles de producción nacional, se promete
un bono extra mediante el carnet de la patria y se asume parte del pago del
aumento salarial de algunas empresas por 90 días, sin contar con ingresos
adicionales que equilibren el déficit fiscal, esto es bastante más que un
disparate.
Pretender
avanzar una reforma económica con una industria petrolera quebrada sin
capacidad de aumentar su producción, con una disminución de un -15% del PIB
para finales de este año y con el pago de la deuda externa en default, es mucho
más que una insensatez. El régimen está atrapado en su laberinto y no tiene
forma de salir porque cerró todas las vías democráticas.
Únicamente
podremos salir de esta pesadilla con la llegada de un Estado Democrático que
genere la confianza tanto interna como externa, que propicie el apoyo
financiero y las inversiones necesarias para desarrollar nuestro país.
Estamos en el momento propicio, el país se puede recuperar, más pronto de lo
que los pesimistas imaginan.
Fernando
Camino Peñalver
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