Por Julio Materano
A juicio del sindicato de la
salud, el aumento de 1800 bolívares soberanos, una medida que complementa la
reconversión monetaria, es el anticipo de una crisis que se agrava y que
empobrecerá aún más a la población si el Gobierno no contiene la corrupción,
los vicios y el alud de artimañas que son la norma en una economía cuyos bienes
y servicios se acomodan en el mercado negro para eludir el control oficial.
No solo los hospitales de
puertas cerradas necesitan saneamiento, también la economía del país, cuyas
farmacias y centros de salud están desprovistos de medicinas. Con un
diagnóstico sobrio de la crisis sanitaria expuesto por la Federación de Trabajadores
de la Salud (Fetrasalud), y una lectura del conflicto totalmente política en el
terreno del Ejecutivo, los trabajadores del sector no cesan de presionar al
Gobierno para capitalizar la mayor de sus exigencias: un salario que les
permita comer, trasladarse hasta sus lugares de trabajo y procurarse los bienes
y servicios básicos.
Es, en medio de todo el
desorden de país, el mayor anhelo de un sector que reclama equipos,
especialistas, medicamentos y seguridad para una población que se sabe
desvalida: los pacientes crónicos que penden del sistema público de
salud.
Con un aumento de antesala
que desvirtúa cualquier pretensión de tabulador salarial, el secretario
ejecutivo de Fetrasalud, Pablo Zambrano, formula un llamado al Ejecutivo para
que se respete la contratación colectiva vigente, con más de seis cláusulas
estelares. Entre ellas, la prima por hijos, que se ubica en 50 % del salario,
la antigüedad que oscila entre 10 y 60 %, en caso de tener más de 20 años de
ejercicio; la profesionalización que suma una recarga de entre 20 y 60 % sobre
el sueldo devengado y la cláusula de exclusividad que se sitúa en 70 %.
Se trata de los beneficios
que compensan el salario de un gremio frente al desprecio de un Gobierno que lo
niega todo: las muertes por los cierres técnicos que inhabilitan los
hospitales, las epidemias causadas por enfermedades emergentes y la migración de
quienes se van del país para preservar la vida. A propósito de los recientes
anuncios económicos, Zambrano pide anclar el nuevo salario mínimo a la
contratación colectiva que, según dijo, arropa a médicos, enfermeras, personal
técnico y obrero de la red pública.
Marcha del sector salud que
se dirigía al Palacio de Miraflores.
A juicio del sindicato de la
salud, el aumento de 1800 bolívares soberanos, una medida que complementa la
reconversión monetaria, es el anticipo de una crisis que se agrava y que
empobrecerá aún más a los trabajadores si el Gobierno no contiene la corrupción,
los vicios y el alud de artimañas que son la norma en una economía cuyos bienes
y servicios se acomodan en el mercado negro para eludir el control oficial.
Para contener la inflación
que galopa, de momento la Federación aspira 10 sueldos mínimos para sus
agremiados, lo que ubicaría en 18.000 bolívares soberanos los ingresos
mensuales de los trabajadores. Pero todo ello no deja de ser el anhelo de un
gremio que se dice olvidado por el Ministerio de Salud y las instituciones
rectoras del servicio sanitario. Zambrano asegura que no solo deben lidiar con
la escasez de medicamentos que la Federación Farmacéutica Venezolana ubica en
85 %, puertas afuera también batallan contra la inflación más encarnizada de la
historia del país. Según la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, la
variación anualizada de precios se ubicó en 10.664 % en julio. Solo ese mes los
precios aumentaron en 125 %.
De acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis
para los Trabajadores (Cenda), en julio la Canasta Alimentaria, que
contiene 60 productos de consumo básico, subió a 2958 bolívares soberanos
(295,8 millones del cono anterior), lo cual supone un aumento de 80,2 % si se
compara con el mes pasado. Se trata de la variación más alta registrada en lo
que va de 2018.
Marcha del sector salud que
se dirigía al Palacio de Miraflores.
“Si el Gobierno no
implementa una política seria de saneamiento, entonces continuaremos en lo
mismo”, sostiene Zambrano, quien cuestiona el hermetismo y la tozudez con la
que avanza Nicolás Maduro en la elección de sus políticas económicas. Desde el
sector salud resienten el aumento del IVA, que pasó de 14 a 16 % y entrará en
vigencia el 1° de septiembre, al igual que el incremento de la gasolina, cuyo
precio se desconoce aún. “No hemos visto una acción del Gobierno más allá de su
reacción política”, se lamenta Zambrano y cuestiona que el pago del mes en
curso se realice el 7 de septiembre.
Para abordar la cuestión
salarial y la crisis de gobernabilidad, voceros de este y otros sectores tienen
previsto hacer un encuentro en el que también pretenden abordar la respuesta
del Gobierno a sus exigencias. De momento, admiten los voceros del sector
salud, la lucha quedará en manos de la figura intergremial de salud, una
instancia conformada por profesionales de cada hospital quienes son los
encargados de elevar las peticiones de sus colegas.
“Nosotros queremos trabajar,
pedimos soluciones de fondo a los problemas cruciales del país, pero el
Gobierno disfraza las respuestas, no se doblega”, aduce la dirigencia de la
Federación de Trabajadores de la Salud. Hasta ahora, el Ejecutivo no ha girado
las instrucciones para el cálculo de los sueldo de los empleados públicos del
área. Lo que sí queda claro para los afectados es la escalada en la represión
contra quienes denuncian, el control y la escasez que asedia a la población.
Protesta del sector salud
Las estimaciones de quienes
encaran los reclamos desde el sector es poco alentador, pues aseguran que la
situación empeorará con la entrada en vigencia del aumento de la gasolina. En
un contexto de incertidumbre, el sector salud tiene previsto redireccionar su
lucha, pero hasta ahora no manejan con claridad las claves de una “batalla” que
no se ha dado por zanjada. Hasta ahora se sabe que los trabajadores se
mantienen en protesta permanente, una medida que se traduce en la suspensión de
las consultas externas, cirugías electivas y en la atención de estrictas
emergencias.
“Queremos redimensionar la
acción de calle. No solo pedimos el reivindicar los salarios, sino el derecho a
la vida de los pacientes”, dice Zambrano. Este próximo jueves los médicos
y personal de salud tienen previsto reunirse en una asamblea hospitalaria en
Lídice.
En el ínterin, el Gobierno
propone un congreso constituyente de trabajadores para debatir un programa de
recuperación económica, que excluye la lectura del gremio salud.
Fotos: Archivo Crónica.Uno
28-08-18
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