Mons. Fernando Castro 21 de agosto de 2018
@monscastro
“Acudiremos
a Roma para venerar la tumba de los Apóstoles Pedro y Pablo y para estar con el
Papa y sus colaboradores cercanos.”
El
sucesor del Apóstol Pedro es el obispo de Roma, cabeza de la Iglesia Católica:
hoy es Francisco. La unión con el Papa da eficacia sobrenatural y pastoral.
Mucho esperamos los obispos de la Visita ad Limina de septiembre en beneficio
de nuestro pueblo sufrido. Acudiremos a Roma para venerar la tumba de los
Apóstoles Pedro y Pablo y para estar con el Papa y sus colaboradores cercanos.
En la
Iglesia hay un componente de Dios y otro componente humano.
El de
Dios es que la Iglesia está fundada por voluntad de Cristo. No es un invento.
Él la confió a un pescador, a Pedro, cuyo amor a Cristo es incuestionable, al
igual que sus debilidades y pecados. Siempre rectificó y procuró aprender.
El
poder de la Palabra de Dios y de los sacramentos confiado a los sacerdotes es
inmenso. Tienen una trascendencia que procede del mismo Dios. ¿Qué decir de la
fuerza del Bautismo en los creyentes? Cada cristiano por la fuerza del bautismo
es un evangelizador, porque busca imitar y amar a Jesucristo en todo lugar y
tiempo: en la familia, en la política, en el mercado, en el calor, en la
abundancia y la escasez. Así, la caridad resplandece, la dignidad crece, el
respeto y el desarrollo humano están presentes. Todo esto es de Dios.
El
componente humano consiste que la iglesia la constituyen hombres y mujeres
normales con aciertos y errores, con obras de gracia y obras de pecado.
Virtudes y defectos. A veces, errores, actitudes, enfoques y acciones que
desdicen de la condición cristiana. Basta abrir los periódicos para conocer los
escándalos en la Iglesia. Nos avergüenzan y queremos “repararlos con la caridad
y la gracia”. Cristo hombre nos ayuda y da vida.
¿Cómo
no perder la fe, en unos hombres que se comportan como si no conocieran a Dios?
Únete a Pedro, atento a sus enseñanzas, huye de sensacionalismos. Es un camino
seguro que siempre nos llevará a Cristo y a María, porque la Iglesia es de
Dios, llevada por hombres.
Fernando
Castro Aguayo
@monscastro
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