Ramón Flores 21 de abril de 2019
@liderhumano
El próximo
primero de mayo, todos los venezolanos tenemos la oportunidad de hacer
historia, en lo que será la marcha más grande jamás realizada en esta tierra
que ha parido libertadores.
La
convocatoria hecha por nuestro presidente encargado Juan Guaidó Márquez es
contundente: se trata de la activación de la fase final de la “Operación
Libertad” que tiene como objetivo acabar con el cese de la usurpación por parte
de la banda delictiva que hoy ocupa ilegalmente el Palacio de Miraflores.
Las
giras realizadas por nuestro hermano Presidente a distintas regiones del país
con el objetivo de orientar a nuestros ciudadanos, así como para explicarles
que es indispensable que se activen en esta gesta por abrir el camino a esa
Venezuela próspera y de oportunidades que nos espera, una vez desalojamos a
esta desgracia chavista, denotan su firme compromiso con la hoja de ruta que
nos hemos trazado: cese de la usurpación, Gobierno de transición y elecciones
libres.
No
podemos esperar “que vengan los marines” a liberarnos. Y aunque si bien es
cierto contamos con el respaldo de la comunidad internacional –tal como lo ha
hecho hasta ahora con el apoyo irrestricto de más de 50 países a nuestro
Presidente Encargado-, para colaborar con esta lucha que nos planteamos de
expulsar de nuestro territorio a esa invasión de la dictadura cubana -que junto
a militares rusos, chinos e iraníes mancillan nuestra soberanía-, se requiere
que nosotros estemos en la primera línea de este ferviente anhelo de cambio que
con urgencia requiere nuestra Venezuela.
Para
articular todas estas fuerzas serán juramentados el venidero sábado 27 de abril
los Comités de la Libertad, grupos que serán los pilares fundamentales en la
organización de esta masiva movilización con la que comenzaremos a construir
ese país que queremos para nuestros hijos, padres, abuelos y nietos.
Ahora,
no es casual que esta fase de la Operación Libertad coincida con la Semana
Santa, unos días que conmemoramos los cristianos, que creemos en Jesús como
nuestro salvador y que nos dejan siempre una gran enseñanza. En el caso del
Domingo de Resurrección, es el día que todos celebramos porque el Hijo de Dios
venció las tinieblas de la muerte y se elevó al cielo junto al Padre Celestial,
tras sufrir los horrores de la cruxificion y todo el calvario al que fue
sometido por la ignominia del poder.
Hoy
nosotros estamos padeciendo los estragos de una casta “chavista y socialista”
profundamente ladrona que ha provocado la muerte de venezolanos por falta de
alimentos y medicinas, así como por una violencia desbocada. Sin duda que solo
un régimen maligno es capaz de infligir tanto dolor a los ciudadanos, pero todo
tiene su final.
Ya
basta de sufrimientos.
Sigamos
el ejemplo de nuestro señor Jesús para sacar a Venezuela del sepulcro en el que
la metió este régimen chavista durante estos 20 años, y hagamos verbo la
resurrección de Venezuela para la gloria de Él.
Ramón Flores
Diputado a la Asamblea Nacional
Presidente del Parlamento Amazónico
@liderhumano
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