Anthony Boadle 24 de abril de 2019
Efectivos
de las fuerzas armadas venezolanas están desertando para refugiarse en Colombia
y Brasil, luego de rehusarse a cumplir órdenes de reprimir a opositores al
Gobierno del presidente Nicolás Maduro, según dijeron seis militares a Reuters.
Una
teniente y cinco sargentos de la Guardia Nacional, la principal unidad militar
destinada por el Gobierno de Maduro a contener las movilizaciones opositoras,
dijo que buena parte de quienes han desertado viajan a Colombia a través de la
frontera más accesible, aunque otros se dirigen a Brasil.
Las
autoridades migratorias de Colombia han dicho que 1.400 efectivos venezolanos
desertaron al país este año, mientras que el Ejército brasileño tiene registro
de unos 60 miembros de las fuerzas de la nación petrolera que emigraron a
Brasil desde que Maduro cerró la frontera el 23 de febrero, para bloquear los
esfuerzos de la oposición para ingresar ayuda humanitaria.
“Han
salido muchos militares, en su mayoría (de la) Guardia Nacional, hay poco
Ejército, hay poca aviación, hay poca armada. Y todavía vendrán más. Hay más
personal que se quiere ir”, dijo una teniente de la Guardia Nacional
previamente este mes. La militar venezolana llegó a pie hasta la ciudad
brasileña de Pacaraima, en la frontera, luego de caminar durante horas por
senderos utilizados por comunidades indígenas.
Las
autoridades de ambos países han dicho que el ritmo de deserciones se ha
acelerado en los últimos meses, a medida que se agrava la crisis política y
económica de Venezuela.
Los
desertores, que pidieron mantener sus nombres en reserva por temor a
represalias contra sus familias, se quejaron de que sus comandantes en
Venezuela recibían grandes salarios y comisiones por contrabandear productos,
mientras que efectivos de menor rango encaran los riesgos en las calles de
Venezuela por poco dinero.
“Ellos
ya tienen sus familias fuera del país, ellos viven bien, comen bien, tienen
buenos sueldos y buenas ganancias”, afirmó la teniente.
El
Ministerio de la Información venezolano, que se ocupa los contactos con medios,
no respondió a los pedidos de comentarios sobre el tema.
En
febrero, el embajador de Maduro ante Naciones Unidas, Samuel Moncada, dijo al
Consejo de Seguridad que el número de deserciones de militares se había
exagerado. Un portavoz de la cancillería, William Castillo, dijo en esa
oportunidad que sólo 109 de los 280.000 efectivos de las fuerzas armadas habían
escapado.
Un
sargento venezolano, que vistió orgullosamente su uniforme de la Guardia
Nacional durante una entrevista en un hotel de Pacaraima, dijo que no podía
mantener a sus dos pequeños niños con su salario equivalente a 10 dólares
mensuales.
“Arriesgamos
mucho la vida para lo poco que recibimos. Uno está para proteger al pueblo y el
Gobierno quiere que uno ataque al pueblo. No puedo”, dijo. “Me fui por la
situación y por los malos tratos de los superiores a los subalternos, las malas
ordenes que nos dan”, añadió.
El
presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, el líder opositor reconocido
como mandatario encargado por varias naciones de Occidente, busca que Maduro
abandone el poder y ha dicho que la administración del líder socialista es
ilegítima.
Pero
los altos comandantes de las fuerzas venezolanas mantienen su lealtad a Maduro
debido a sus elevados sueldos en dólares y a que tendrán mucho que perder al
abandonarlo, según desertores de la Guardia Nacional.
Maduro
ha colocado a varios jefes militares en posiciones de alto rango en compañías
estatales a fin de que le sigan siendo leales, indicó el sargento.
“El
presidente sabe que si los sacan de todos esos cargos, esos mismos militares le
van a dar la espalda y pueden darle un golpe de Estado”, afirmó.
Maduro
dice que Guaidó es una marioneta de Estados Unidos que intenta derrocarlo con
estrategias golpistas y culpa por los problemas económicos de Venezuela a las
sanciones impuestas por Washington.
RECLUSOS EN UNIFORMES
Las
rebeliones en rangos medios de la Guardia Nacional se han contenido mayormente
con intimidaciones y amenazas de represalias contra las familias de los
militares, según dijeron los desertores a Reuters. Dicen que los teléfonos de
efectivos sospechosos de oponerse a Maduro han sido intervenidos.
A
medida que las deserciones se incrementan y el apoyo a Maduro se tambalea, el
Gobierno utiliza a grupos civiles armados conocidos como “colectivos” para
amedrentar a disidentes, según los efectivos entrevistados. Grupos de derechos
humanos en Venezuela han advertido de un aumento de la violencia generada por
grupos militantes.
El
Gobierno también ha liberado de las cárceles a reclusos y les dio uniformes de
la Guardia Nacional, ante el espanto de soldados con años de carrera militar,
dijeron los seis desertores. No estaba claro si los exreos reciben salarios del
Gobierno.
La
falta de agua potable y medicinas, a lo que se suman extensos cortes del
suministro eléctrico, exacerban una percepción de anarquía en el país, dijeron
los desertores.
El
sargento uniformado dijo que teme que se produzca un baño de sangre provocado
por los “colectivos” que tratan de mantener a Maduro en el poder, si las
fuerzas armadas se resisten a las órdenes de reprimir movilizaciones.
“Si
esto sigue así vendrá mucha sangre”, comentó. “Ya no hay militares suficientes
que tengan el corazón de piedra para atacar al pueblo (....) Porque los
militares como yo sabemos que entre esa multitud hay familiares de uno que
están protestando por la libertad”.
(1
dólar = 5.100 bolívares venezolanos aproximadamente)
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