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domingo, 21 de abril de 2019

La Pascua ¿Tienes el corazón abierto a las sorpresas de Dios?, por @Pontifex_es




Papa Francisco 21 de abril de 2019

Evangelio del día: Juan 20,1-9

Evangelio de hoy (Domingo de Pascua. La resurrección de Jesús): "El primer día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra que cerraba la entrada del sepulcro había sido removida. Fue corriendo en busca de Simón Pedro y del otro discípulo a quien Jesús amaba y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". edro y el otro discípulo salieron para el sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Al momento de inclinarse, vio los lienzos tumbados, pero no entró. Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio también los lienzos tumbados. El sudario con que le habían cubierto la cabeza no se había caído como los lienzos, sino que se mantenía enrollado en su lugar. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero, vio y creyó. Pues no habían entendido todavía la Escritura: ¡Él debía resucitar de entre los muertos!". Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco
 
Los anuncios de Dios son siempre sorpresas, nuestro Dios es el Dios de las sorpresas. Y así, desde el inicio de la historia de la salvación, desde nuestro padre Abraham, te sorprende.

Y la sorpresa es eso que te conmueve el corazón, que te toca allí donde no te lo esperas. Por decirlo un poco con el lenguaje de los jóvenes, la sorpresa es un "golpe bajo" porque no lo esperas.

Sobre la prisa, las mujeres que fueron corriendo a decir: "hemos encontrado esto". Las sorpresas de Dios nos ponen en camino rápidamente, sin esperar. Y así corren, para ver... y Pedro y Juan corren. Los pastores en la noche de Navidad también corren..."

Es importante caminar, correr, para ver esa sorpresa, ese anuncio. También hoy sucede en nuestros barrios, en los pueblos, cuando pasa algo extraordinario la gente corre a ver.

Por tanto, ir con prisa. Las sorpresas, las buenas noticias, se dan siempre así: de prisa y en el Evangelio hay uno que se toma un poco de tiempo, no quiere arriesgarse, pero el Señor es bueno, lo espera con amor: es Tomás.

Pero, "¿y yo qué?", "¿Tengo el corazón abierto a las sorpresas de Dios, soy capaz de ir deprisa, o siempre estoy con esa cancioncita: "mañana veré, mañana, mañana…?".

¿Qué me dice a mí la sorpresa?. Juan y Pedro fueron corriendo al sepulcro. Juan, dice el Evangelio, creyó. También Pedro creyó, pero a su modo, con la fe mezclada un poco con el cargo de conciencia de haber renegado del Señor.

Y yo hoy, en esta Pascua, ¿yo qué?, ¿tú qué?, ¿yo qué?.

Homilía. Santa Misa de la Pascua de Resurrección, 01 de abril de 2018

Oración de Sanación

Señor Resucitado, qué bueno es sentir tu presencia acogedora que llena de vida todos mis espacios, alejando todo sentimiento de angustia y abandono.

Quiero permanecer cerca de Ti, pues solo de Ti me viene ese amor que me sostiene, esa fuerza que me restaura y el poder para seguir dándolo todo.

Gracias por tu sacrificio de amor en la Cruz, por tu resurrección que me invita renovar mi corazón en tus promesas y a dar pasos firmes en tu dirección.

Tú estás vivo y presente, siento la calidez de tu voz que a todos consuela y trae la paz al alma. Sólo tu voz quiero seguir, solo tu voz quiero sentir.

En mis tristezas, ayúdame a reconocer tu voz, a recurrir y rendirme a ella, pues Ella tiene la fuerza para sanar y levantar.

Ven y ábreme caminos de sanación, de salud y de esperanzas. Ayúdame a romper todo muro de dolor que no me deja avanzar.

Dame la gracia de poder liberarme de miedos y opresiones, de sentirme capacitado y valiente para salir y anunciar todo lo bueno de tus promesas.

Quiero nacer de nuevo en el Espíritu, rehacer mi vida para alabarte y adorarte, porque en ningunas otras manos yo podría estar más seguro. Amén

Propósito para hoy

Agradecer a Dios por todas sus manifestaciones de amor con la que se ha mostrado en tu vida: la familia, salud, trabajo, amigos, talentos.

Frase de reflexión

"Vale la pena acoger a toda vida, porque cada persona humana vale la sangre de Cristo mismo. ¡No se puede despreciar lo que Dios ha amado tanto!". Papa Francisco


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