Por Antonio Pérez Esclarín
¿Para qué sirven el
Gobernador y los alcaldes? En teoría, para garantizar los derechos a una vida
digna de todos los ciudadanos y velar por la prosperidad y seguridad de su
Estado y municipios. Por ello, uno no comprende cómo en el Zulia tengan una
actitud tan genuflexa con el Gobierno Centralista caraqueño que está
maltratando sin misericordia al Zulia, como si fuera tierra enemiga.
¿Por qué aceptar sin chistar
racionamientos inhumanos de luz mientras se privilegia a Caracas que queda
exenta del racionamiento? Si en verdad les duele el Zulia y son sus defensores,
¿por qué no convocan al pueblo zuliano a una protesta general exigiendo que
seamos tratados con los mismos derechos que los caraqueños?
Hoy se maltrata al Zulia con
verdadera saña. Los últimos gobiernos han resultado peores que el de Guzmán
Blanco o el de Cipriano Castro. Guzmán Blanco siempre trató al Zulia como
tierra conquistada. Obsesionado por humillar a nuestro Estado, lo castigó sin
misericordia hasta pretender convertirlo “en simple playa de pescadores”.
En 1881, decretó
caprichosamente la fusión de los Estados Falcón y Zulia, que habría de llamarse
simplemente Estado Falcón y, para humillar más a Maracaibo, nombró como capital
a Capatárida, un pueblito falconiano. Cipriano Castro ordenó bombardear Maracaibo,
cerró la Universidad del Zulia y le arrebató el puerto y corredor de Palmarito.
Contra el maltrato y las humillaciones, el pueblo zuliano respondió con firmeza
aglutinando una fuerte oposición y trabajando por el esplendor de su Estado.
Para 1890, Maracaibo contaba
ya con luz eléctrica, tranvías, escuelas, un instituto de educación superior,
teatro, banco, teléfonos…, cosas que hoy escasean, pues ya no estamos
retrocediendo al siglo XIX, sino a la prehistoria. Por ello, uno no entiende
cómo puede haber zulianos que apoyan el saqueo y maltrato a nuestro Estado. A
pesar de ser el que más ha dado a Venezuela, es el Estado que sufre mayores
penurias.
Es inconcebible e
insoportable la situación del agua, de la luz, del transporte, del abandono
generalizado. Nunca Maracaibo había estado tan abandonada, fea y
sucia. Antes, cuando la alcaldía estaba en manos de la oposición, la culpaban
de no recoger la basura y hasta repetían que se dedicaba a boicotear sus
políticas. Ahora, que tienen en sus manos todos los poderes, ¿a quién
culparán?, ¿al imperio?
La zulianidad, señores
gobernantes, es algo más importante y valeroso que organizar desfiles de
carrozas o montar tarimas en la feria, para tener al pueblo tranquilo y
distraído. Es la vieja política de darle “pan y circo”, como ya hacían los
romanos. Aunque al pan, tampoco se le ve demasiado la cara.
Al menos donde yo vivo,
llevamos más de cuatro meses que no ha aparecido el clap. Y si falla el
“pan y el circo”, siempre queda el recurso de recurrir a la represión. Cuando
en San Francisco se intenta alguna protesta, es reprimida con fuerza porque,
así lo repiten, “San Francisco es tierra liberada”.
Y yo me pregunto: ¿Liberada
de qué?: ¿de la inseguridad, de los apagones, del hambre, de la escasez de
agua, de la falta de medicinas, de las colas para echar gasolina, de las
chirrincheras como medio de transporte?
Es urgente que la zulianidad
se exprese como fuerza para recuperar el empuje zuliano y trabajar por la
prosperidad del Estado.
29-04-19
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