Por PRODAVINCI
Cuando falta el agua por
tubería uno, diez, veinte días, tratamos de recolectar agua como sea: buscamos
manantiales o quebradas, contratamos camiones cisternas y abrimos pozos. La
almacenamos en tobos, bidones y tanques para tener una reserva. La necesidad de
almacenar agua supera la preocupación por su calidad. Aunque se vea cristalina,
el agua puede causar enfermedades. Virus y bacterias se reproducen en ella si
las condiciones son propicias. Como no se perciben a simple vista, los podemos
ingerir.
Si se trata apropiadamente
en plantas potabilizadoras, el agua que llega por las tuberías es apta para el consumo.
En Venezuela, el agua tratada puede no ser potable.
Al menos 9,7 millones de
venezolanos estuvieron sometidos a cortes formales en el suministro y
recibieron 48 horas de agua corriente en promedio a la semana entre 2016 y
2017. Prodavinci analizó esos resultados en el especial Vivir
sin agua. Cuando la vivienda no dispone de tuberías o se interrumpe el
servicio, el agua se almacena en tobos y tanques y aumenta la posibilidad de
que se contamine y cause enfermedades. Después de los apagones de marzo de
2019, la escasez de agua corriente se agravó.
La calidad del agua se
percibe por su color, olor y sabor. El agua de pozos profundos y manantiales,
aunque no esté turbia, debe ser potabilizada antes de consumirla o
almacenarla.
La potabilización es un proceso diseñado por el hombre para asegurar que el consumo del agua no cause enfermedades. Es necesario filtrar y desinfectar el agua para destruir bacterias, virus, hongos, lombrices y protozoos (como la amoeba, que causa amebiasis). Hay virus y bacterias tan pequeñas que pueden pasar a través de los filtros. Se puede desinfectar el agua en casa utilizando métodos como cloración, ebullición o exposición solar.
La potabilización es un proceso diseñado por el hombre para asegurar que el consumo del agua no cause enfermedades. Es necesario filtrar y desinfectar el agua para destruir bacterias, virus, hongos, lombrices y protozoos (como la amoeba, que causa amebiasis). Hay virus y bacterias tan pequeñas que pueden pasar a través de los filtros. Se puede desinfectar el agua en casa utilizando métodos como cloración, ebullición o exposición solar.
Fernando Morales, químico de la Universidad Simón Bolívar con posgrado en Biología, explica que las enfermedades surgen cuando la concentración de microorganismos patógenos en el agua supera las defensas del cuerpo humano.
¿Qué pasa si se toma agua
contaminada?
Dentro de las 10 principales causas de muerte en el mundo está la
diarrea, una afección relacionada con el agua no tratada. Las enfermedades más comunes vinculadas con el agua
son:
1. Por ingesta de agua
contaminada: cólera, diarrea, fiebre tifoidea, hepatitis infecciosa.
2. Por insectos que se
reproducen en el agua: malaria, dengue, chikungunya y zika.
3. Por organismos que
están en el agua: por ejemplo esquistosomiasis, que surge cuando las larvas del
parásito penetran la piel de la persona durante el contacto con agua infectada.
4. Por inhalación de
aerosoles contaminados: legionelosis.
5. Por deficiencias de
saneamiento e higiene del suelo: helmintiasis.
Para comenzar:
¿Cuáles son las normas
sanitarias para almacenar y potabilizar el agua?
Cuando se almacena el agua
en casa hay que eliminar los sólidos y luego desinfectarla para que se pueda
beber y sirva para preparar alimentos. La Organización Mundial de la Salud
(OMS) establece:
1. Utilizar ropa limpia
y lavar las manos con jabón antes de recolectar, clarificar o desinfectar el
agua.
2. Filtrar el agua para
separar los sólidos, reducir la turbidez y la presencia de agentes patógenos. Es ideal usar tela limpia de algodón
(medias, franelas o un colador de café nuevo).
3. Desinfectar el agua
por algún método casero: hervir el agua, utilizar radiación solar, ozono o
cloro no jabonoso.
Es importante que el agua
sea transparente. Los métodos de desinfección no potabilizan agua sucia ni
potencialmente contaminada.
¿Qué debo hacer cuando
almaceno agua?
1. Evitar sacar el agua
con utensilios que no han sido lavados ya que pueden estar contaminados. Es
ideal que los recipientes de almacenamiento tengan un grifo o tubo de salida
que permita una extracción higiénica.
2. Utilizar recipientes
que no tengan grietas.
3. Mantener los
recipientes de almacenamiento cubiertos para evitar la reproducción de
mosquitos, la proliferación de agentes infecciosos y la contaminación con heces
de animales.
4. Tener cuidado al deshacerse de las sustancias utilizadas para
la limpieza y desinfección de los tanques. Las aguas residuales deben
descargarse en una alcantarilla o en un tanque séptico, no en ríos u otras fuentes de agua, ya que los materiales
orgánicos y los altos niveles de cloro pueden matar peces y plantas.
5. No hacer la descarga de forma súbita porque puede
causar erosión o inundaciones localizadas. Asegurar que el agua siga sin
obstáculos hasta su punto de disposición final.
Métodos de desinfección de
agua en casa
Hay varios métodos que se
pueden utilizar para desinfectar y potabilizar el agua en casa. En orden de
menos a más complejo:
Hervir el agua
Las bacterias proliferan
cuando la temperatura del agua es cálida, por debajo de 50 grados centígrados.
Hay bacterias resistentes al calor, pero la mayoría muere cuando la temperatura
está por encima de 50 grados centígrados.
Las algas, protozoarios,
hongos y parásitos mueren
en temperaturas de entre 40 y 60 grados centígrados. Para asegurarnos de matar a estos agentes infecciosos, el
agua debe alcanzar el punto de ebullición, cerca de los 100 grados centígrados.
No es apta para este método el agua contaminada con heces, residuos
industriales, mercurio, y otros contaminantes, y que tenga mal olor.
Método Sodis
El método Sodis (Solar
disinfection) consiste en exponer el agua al sol para desinfectarla con
radiación ultravioleta. Felipe
Solsona y Juan Pablo Méndez, ingenieros sanitarios, explican que las
ondas cortas de radiación ultravioleta atacan el ADN de los microorganismos y
los virus y los destruyen. Este método no produce cambios físicos o químicos
notables en el agua tratada. Cáritas Venezuela promueve la campaña Agua Segura con
el método Sodis.
No es apta para este método
el agua contaminada con heces, residuos industriales, mercurio, y otros
contaminantes, y que tenga mal olor. El agua no debe estar sucia: los agentes
patógenos se esconden detrás de las partículas de sedimento y los rayos UV no
los alcanzan.
Al momento de exponer la
botella al sol, asegúrese no esté tapada por sombras. Si el día está nublado,
la botella debe estar en exposición solar durante dos días continuos.
Desinfección del agua con
cloro líquido no jabonoso
La cloración es uno de los
métodos más utilizados para desinfectar el agua. Consiste en añadir hipoclorito
de sodio líquido no jabonoso, sin fragancia ni color. En su forma comercial se
puede conseguir como lejía o cloro.
El cloro es un oxidante. Al
entrar en contacto con el agua, oxida todo lo que encuentra: virus, bacterias y sustancias
orgánicas como orina. De esta forma los destruye. Otros microorganismos, como
protozoarios (amoebas) y helmintos (lombrices) son resistentes al cloro, pero
no suelen estar presentes en agua limpia: el proceso de filtración permite
retirar estos microorganismos resistentes.
Fernando Morales da un
ejemplo de la reacción del cloro en las piscinas: el cloro destruye las células
de la piel, por eso la reseca. Si una persona contagiada de hepatitis
infecciosa entra en una piscina no clorada, es probable que quienes estén ahí
contraigan la enfermedad.
Antes de usar cloro, hay que
considerar su porcentaje de concentración. La etiqueta del producto debe
informar este porcentaje. La concentración es importante porque con ella se
calcula la cantidad de cloro que hay que añadir por litro de agua.
¿Qué cantidad de cloro se
debe añadir al agua para desinfectarla?
Para completar el proceso de
desinfección, se debe dejar que el cloro actúe por 30 minutos. Cumplido el
tiempo, el agua debería tener un suave olor a cloro. De lo contrario, repita la
dosis y deje pasar 15 minutos antes de usarla. En caso de que el agua tenga un
sabor intenso a cloro, vierta el agua de un recipiente limpio a otro y deje
reposar durante algunas horas antes de usar.
¿Por qué se debe esperar que
el cloro actúe por 30 minutos en el agua?
Cuando el cloro oxida los microorganismos y sustancias orgánicas se
reduce en el agua. Es decir que la cantidad de cloro que se añadió en principio
al agua no será la misma luego de 30 minutos. Esa concentración de cloro que
queda se le denomina cloro residual libre y es necesario para proteger al agua
de una nueva reinfección. Cuando el agua está muy contaminada, las
posibilidades de que no quede residual son más altas. La demanda de cloro
depende del grado de contaminación del agua.
Según la OMS, se debe producir cloro libre residual de 0,2
miligramos por litro (mg/L) en circunstancias normales, y 0,5 mg/L en
circunstancia de riesgo alto. La norma sanitaria venezolana indica que el agua
procesada en las plantas de potabilización debería tener entre 0,3 y 0,5 mg/L
de cloro residual en cualquier punto del sistema de distribución para
considerarse potable.
¿El cloro es tóxico?
Fernando Morales explica que
“el cloro es principalmente corrosivo, no tóxico agudo”. Puede irritar la
garganta y los ojos, pero cuando se trata de miligramos de cloro la
corrosividad es baja. El agua que contenga una cantidad mayor a 3-5 mg/L de
cloro residual ocasionará rechazo de quien la bebe sin que existan
consecuencias importantes para la salud.
En
un manual realizado para la Organización Panamericana de la Salud, Felipe
Solsona y Juan Pablo Méndez, ingenieros sanitarios, dicen que la probabilidad
de morir por agua contaminada es mil veces mayor que la de morir de cáncer a
causa de la ingesta de agua desinfectada con cloro. También, que el cloro fue
introducido masivamente en el siglo XX y complementó
los procesos de desinfección del agua incrementando 50% la esperanza
de vida en países desarrollados.
Campañas de cloración en
Caracas
El Laboratorio de Química
Ambiental de la Universidad Simón Bolívar y la Alcaldía de Baruta promueven la
desinfección del agua con hipoclorito de sodio. Las personas interesadas
deben llevar un recipiente de plástico o de vidrio, con tapa y de 250
mililitros o más, a la Policía de Baruta en el sector Piedra Azul. También
realizan operativos en otras partes de la ciudad. Las personas reciben un kit de
cloro y una charla básica sobre desinfección del agua y prácticas sanitarias
para evitar enfermedades que se transmiten por el consumo de agua no potable.
Para informarse de los
próximos operativos en Caracas, puede seguir las cuentas de Twitter @fmoral1959, @campusb, @FCEUSB.
Filtros y ozonificación
Los filtros con generador de
ozono potabilizan el agua a través de dos procesos: filtración y ozonización.
Los filtros le quitan turbidez al agua y luego se desinfecta con ozonización.
El ozono es un gas inestable que se descompone en el agua y destruye
virus y bacterias. Actúa como el cloro porque oxida los microorganismos,
pero no deja concentración residual. Hay filtros y aparatos que tienen
incorporada la función del ozono. Fernando Morales explica que el ozono es un
método que puede emplearse al final del tratamiento de agua: “No puedo ozonizar
en Camatagua y enviar el agua porque queda desprotegida por el camino”.
Tabletas para desinfectar el
agua
Es posible desinfectar el agua con tabletas o
sustancias que contienen cloro, yodo, dióxido de cloro u otros agentes
desinfectantes. Deberían estar disponibles en farmacias y tiendas. El producto
contiene unas instrucciones específicas para desinfectar un volumen de agua,
por lo que es necesario leerlas para garantizar que el método se aplique de
forma correcta.
La Cruz Roja Venezolana ha
hecho operativos en su sede de Caracas para entregar pastillas potabilizadoras
y ha ofrecido charlas sobre cómo utilizarlas.
Recolección
Según la OMS, “el agua de lluvia está relativamente libre
de impurezas, excepto las que capta de la atmósfera”. Puede contaminarse por el
polvo que levanta el viento, por las hojas y los excrementos de aves y de otros
animales; por insectos y la basura en los alrededores, techos y cisterna.
También son contaminantes las partículas de la atmósfera, como el hollín de
materiales en combustión.
La recolección de agua
dependerá de la superficie donde caiga la lluvia. Fernando Morales, químico con
posgrado en biología, da un ejemplo: si se dejara un pipote de 150 litros a la
intemperie en la Universidad Simón Bolívar, se necesitaría casi un año para
llenarlo. Por eso, para aprovechar este método se necesitan conductos que
recolecten la mayor cantidad de lluvia desde superficies extensas y la encaucen
hacia tanques o recipientes para almacenarla.
Las consideraciones de la OMS para la captación agua
de lluvia son:
1. No almacenar el
primer flujo de agua de lluvia porque remueve el sucio de los conductos. Esa
primera caída de agua contiene altas concentraciones de agentes infecciosos.
Disminuyen a medida que la lluvia continúa. Por eso, la contaminación de los
conductos es menor en épocas de lluvia.
2. Limpiar regularmente
el recipiente de recolección de agua de lluvia.
3. Colocar en la parte
alta de los conductos mallas de alambre o filtros para evitar que caigan hojas
y otros desechos en el recipiente de almacenamiento. Además, limpie
regularmente los conductos para evitar que se obstruyan.
4. Un vez recolectada
el agua, aplicar un tratamiento de potabilización (método Sodis, cloración o
ebullición).
5. La lluvia no tiene
minerales porque no ha estado en contacto con el suelo. Es recomendable añadir 0,5 gramos de bicarbonato
de sodio o sal por cada litro de agua recolectado. En la práctica es la punta
de una cucharadita.
Otro método recomendable es su tratamiento con piedra
caliza o carbonato de calcio.
Almacenamiento
¿Qué normas sanitarias
deberían seguirse para el uso de las cisternas y tanques de almacenamiento?
La OMS indica que “los camiones cisterna deben
reservarse normalmente para el transporte de agua potable. Antes de usarlos,
las cisternas deben desinfectarse, mediante tratamiento químico o con vapor”.
Los tanques de almacenamiento de agua que están en casa también deben ser
desinfectados. Las cisternas o tanques domésticos no deben haber sido
utilizados para cargar combustibles, aguas grises o negras.
¿Qué protocolos debo seguir
para almacenar agua en cisternas o tanques?
Hay cuatro protocolos para almacenar agua en una cisterna
o tanque: el vaciado, la limpieza, la desinfección y la eliminación del agua
utilizada. Debe usar ropa protectora, incluyendo guantes, botas y
máscara.
1. Vaciado: Si el
tanque o cisterna está lleno, abra la válvula de salida de agua para hacer el
vaciado.
2. Limpieza: Quite la
tapa del tanque. Prepare una mezcla de agua caliente y jabón en polvo para
limpiar todas las superficies del tanque. Vierta la mezcla y remueva el sucio
con un chorro de alta presión o un cepillo duro de barrer. No deje residuos de
detergente en las esquinas. Abra la válvula de salida mientras limpia.
3. Desinfección: Cierre
la válvula de salida de agua del tanque o cisterna. Use cloro comercial no
jabonoso. La cantidad de cloro para desinfectar se
calcula con una fórmula que proporciona el Centro Panamericano de Ingeniería
Sanitaria y Ciencias del Ambiente. El resultado dependerá del volumen del
tanque y la concentración de cloro.
Fórmula para calcular la
cantidad de mililitros de solución de cloro por cada litro
V= Vt (volumen del tanque) x
10 / porcentaje de concentración de cloro.
Por ejemplo, para un tanque
de 1000 litros se debe añadir unos 3 litros de cloro de 3,5% de concentración.
V= 1000 litros x 10 / 3,5 =
2857 mililitros de cloro (aproximadamente 3 litros).
Para desinfectar el tanque,
hay que llenarlo de agua a su máxima capacidad, calcular la cantidad de cloro y
añadirlo. Siguiendo estos pasos también se desinfectan las tuberías y grifos de
la casa o cisterna:
a) Cuando el tanque
esté lleno con la solución de cloro, cierre la llave principal que deja pasar
el agua de la calle a la casa para evitar que se mezcle con el agua clorada.
b) Abra todos los
grifos y llaves de la casa o cisterna, y deje salir parte del agua del tanque.
Cuando se perciba un olor fuerte a cloro, cierre los grifos.
d) Vuelva a abrir la
llave principal de la casa para que pueda tener agua mientras el tanque está
desinfectándose.
4. Eliminación del agua
utilizada: Cumplido el tiempo de reposo, cierre la llave principal del agua de
la calle. Abra la llave del tanque y todos los grifos de la casa o cisterna
para eliminar el agua con cloro por las tuberías y grifos. Vuelva a llenar el
tanque o cisterna con agua limpia, déjela reposar durante 30 minutos y vacíe
nuevamente. El tanque o cisterna estará listo para su uso. Llénelo nuevamente y
agregue una gota de cloro por cada litro de agua para potabilizar. Deje reposar
por 30 minutos. El tanque debe tener un ligero olor a cloro. Si no lo tiene
repita la dosis y espere 15 minutos antes de consumir.
Nota: La limpieza y
desinfección del tanque se debe hacer cada seis meses y no debe transcurrir más
de un año entre cada operación.
¿Las mangueras y las bombas
de agua se deben desinfectar?
La OMS indica que las mangueras y bombas utilizadas
para el llenado y el vaciado del tanque deben ser desinfectadas. Este proceso
debe hacerse mientras se desinfecta el tanque, ya que se utilizará la propia
mezcla de agua con cloro que está almacenada.
Si usted tiene tanque con
bomba de agua:
1. Encienda la bomba de
agua.
2. Deje correr el agua
con desinfectante que está en el tanque a través de la manguera y la bomba.
Disponga la manguera para que el agua que se extrae regrese al tanque durante
una hora aproximadamente.
3. Repita este proceso
cuando el agua esté limpia. De esta manera la manguera y la bomba estarán
listas para su uso.
Si usted no tiene bomba de
agua:
1. Bloquee manualmente
un extremo de la manguera y por el otro deje correr un poco de agua con cloro
hasta llenar la capacidad total.
2. Manténgalo así por
12 o 24 horas.
3. Completado este
proceso, desbloquee el extremo y vacíe la mezcla.
4. Conecte las
mangueras a la salida del tanque y deje correr agua limpia. De esta manera las
mangueras estarán listas para su uso.
Créditos:
Dirección general: Ángel
Alayón y Oscar Marcano
Jefatura de
investigación: Valentina Oropeza
Jefatura de diseño: John
Fuentes
Dirección de
fotografía: Roberto Mata
Jefatura de
innovación: Helena Carpio
Texto: Ricardo Barbar
Investigación: Ricardo
Barbar
Edición: Ángel Alayón,
Oscar Marcano, Valentina Oropeza y Luisa Salomón
Infografía: John
Fuentes
Producción digital: Helena
Carpio
Fotografías por orden de
aparición: Yuri Cortez | AFP, Cristian Hernández | AFP, Ernesto Costante |
RMTF, Federico Parra | AFP
Asesoría técnica: Fernando
Morales
Redes sociales: Salvador
Benasayag
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